¿Quién está con Ada Colau en la crisis de seguridad de Barcelona? La alcaldesa de la Ciudad Condal se está quedando sola y sin apoyos en su negación del repunte delictivo que azota la capital catalana. La munícipe ha sublevado a la oposición, a los sindicatos de la Guardia Urbana de Barcelona, a los vecinos que conforman la antigua base de votantes de Barcelona en Comú (BComú) y a los medios. Mientras, el PSC, socio de gobierno municipal, opta por el trabajo discreto y evitar el cuerpo a cuerpo con las "derechas y los medios", la estrategia de la jefa de corporación.
Colau inició el domingo el curso político tratando de golpear doble para golpear dos veces. Lanzó otro de los vídeos que popularizó durante la campaña electoral de las elecciones municipales del 26 de mayo. En el corto, arremetió contra la Generalitat de Cataluña, Crónica Global y "las derechas". Denunció una campaña mediática contra su equipo. Ya el lunes, repitió el mensaje en Els Matins de TV3 y el programa Todo es mentira de Cuatro. Fue en vano, la actualidad devoró a la primera edil y líder de Barcelona en Comú. Hubo más robos que ocultaron su relato, como la sustracción a un equipo de Antena 3 en el Raval; 30 asociaciones de vecinos dieron más detalles de la manifestación múltiple del 14 de septiembre contra la inseguridad, y el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle (PSC) hizo caso omiso a las pullas de su compañera y se reunió con el titular de Interior, Miquel Buch.
A remolque de la crisis y la oposición
En síntesis, Colau trató de ganar oxígeno, pero no lo logró. La crisis de seguridad en la capital catalana ha alcanzado tal magnitud que la alcaldesa está perdiendo apoyos. Si hablaran los spin doctors en confianza, dirían que la líder de BComú se está quemando. "El gobierno municipal está sobrepasado. No tiene espacio para maniobrar y para colocar su relato de los hechos". Esto es lo que indican fuentes de la oposición municipal. "[Colau] ha vuelto de vacaciones y se ha encontrado la ciudad en ebullición. Lo cierto es que el Ejecutivo local pidió un año para remediar el repunte delictivo en Barcelona [lo dijo el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, el 15 de agosto]. Es posible que no tengan ni un mes. Tienen que reaccionar, y hacerlo ya", agregaron. Precisamente, Batlle trató de buscar ese achique de espacios una vez el gobierno municipal se ha quedado sin balón. Se alejó de las acusaciones de la alcaldesa y se dejó ver con Miquel Buch, titular de Interior. Quiera o no, el trabajo silente y eficaz --a juzgar por la opinión de comerciantes y sindicatos de la Guardia Urbana-- muestra otro perfil que las "campañas mediáticas" que denuncia Colau. Dos enfoques. La sintonía entre socios de gobierno no es total.
Ello es una estrategia que está por ver si es suficiente. Ciudadanos, por citar un partido, redoblará esta semana su ofensiva con actos el martes y el miércoles en Barcelona. Hurgará el partido naranja en la herida abierta en el gobierno municipal de Barcelona. En uno de ellos participará CSIF-Guardia Urbana. "Es lamentable que Ada Colau desvíe culpas y apunte a todo el mundo menos a ella. Es la ciudadanía de Barcelona la que es víctima. Y la Guardia Urbana, infraequipada y con menos efectivos de los necesarios para lidiar con la crisis de criminalidad, también", explicó su portavoz, Eugenio Zambrano, en conversación con este medio. Según el funcionario y activista, "no vale con desviar la culpa hacia el campo jurídico. Cambiar el Código Penal para endurecer las penas está bien, pero hay que dar pasos antes de eso", agregó. ¿Qué pasos? "Equipar adecuadamente a la Urbana. Dotarla de medios y personal suficiente. Prepararla para la nueva criminalidad, que es mucho más violenta de la que solía haber en Barcelona y es en grupo. Sin atestados policiales que identifiquen a los agresores en manada, los fiscales no pueden pedir imputaciones y los jueces no pueden acusar", enumeró el efectivo policial.
Vecinos: "Los políticos, a trabajar"
También percibe esa tipología de crimen más violento Manel Martínez, portavoz de Tsunami Veïnal. "El tirón en Barcelona existió toda la vida, pero es que estamos hablando de una nueva criminalidad más agresiva, que se ceba con turistas y vecinos", explicó a este medio. El Tsunami -- no confudir con la plataforma independentista-- saldrá a la calle el 14 de septiembre. Exigirá atajar la inseguridad, sí, pero también medidas sociales. "Mira, Barcelona no sufre un bulo ni es el Bronx. Hay un problema que hay que abordar, y no solo con medidas policiales. La policía es necesaria, pero no suficiente. Es la primera medida. Después, tienen que venir soluciones sociales", razonó Martínez. El activista vecinal cita el caso de los manteros. Desvincula a este colectivo de la crisis de seguridad, pero sí los coloca como víctimas --nunca autores-- de la degradación del espacio público. "Los manteros no son culpables de nada. Son víctimas de las mafias que los explotan. Si una persona migra desde un país en el que hay carencia, ¿no es racismo explotarlo para vender productos falsificados? Hay que implementar medidas sociales, de inserción laboral", añadió.
Ello presupone que las administraciones hagan su trabajo. Esta es otra de las peticiones del Tsunami Vecinal, que ya suma más de 30 asociaciones "y subiendo cada día". Se alejan de "las patrullas vecinales y las soluciones extremistas", y prefieren "presionar para que los políticos hagan su trabajo". Tal y como explica Martínez, "Barcelona tiene un problema que requiere de soluciones no mediáticas ni efectistas. Es momento de que las instituciones se pongan las pilas y lo aborden. Con soluciones en torno a la seguridad, sí, pero siempre con el horizonte de las soluciones sociales". Advierte el activista que la manifestación del 14S pretende ir en esa línea. "Que sean los vecinos los que hablen, porque son los afectados. Un vídeo de un robo de un reloj a un turista impacta, pero no soluciona. Quien realmente sufre la inseguridad son los vecinos. Un grupo de chicas latinas que no puede salir a correr si no es acompañadas, y esta historia es real: son las últimas que se han unido al Tsunami", detalla.
Colau lamina las bases de Barcelona en Comú
El ejemplo del grupo de vecinas originarias de Suramérica es significativo. Si Colau se está quedando sola y sin apoyos en la crisis de seguridad de Barcelona, lo está también porque tres barrios en los que su partido gozaba de apoyo han protagonizado protestas o tienen movilizaciones programadas. Son el Besòs-Maresme, la Verneda i la Pau y Ciutat Meridiana. "La alcaldesa está desquiciando a sus bases. Eran su gente. Y quizá no los ha perdido, pero ahora son muy, muy críticos", insiste Manel Martínez. Otra fuente de la oposición es también muy clara. "Si fuéramos asesores de Colau le diríamos que debe acudir a la Verneda y hablar con los vecinos como manera de desactivar la crisis. Pero no lo ha hecho", ha señalado.
En efecto, Barcelona en Comú se aupó en la zona norte de la capital catalana para cimentar su victoria electoral en 2015. Cuatro años después y con evidentes problemas de gestión, como las promesas incumplidas en viviendas de alquiler asequible o la propia degradación y repunte de los hechos delictivos, muchas de estas zonas le dieron la espalda. En Ciutat Meridana, el apoyo pasó del 36,2% en 2015 al 18,4% el 26M de 2019. En Besòs-Maresme los comunes también arrasaron con un 34,7% para quedarse con un 19,5% este año. En la Verneda, BComú arañó un 31,9% de los votos cuatro años atrás por un 18,3% el 26 de mayo. Estas dos últimas acudirán a la manifestación del 14 de septiembre. Ciutat Meridiana hará concentración propia contra la inseguridad este jueves.