Antes del “yo soy el pueblo” del president Quim Torra, otros líderes políticos jugaron esta carta para justificar cualquier desafío al Estado de Derecho. Según el relato del teniente de la Guardia Civil ante el Tribunal Supremo, el exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras comentó que "tenía que entender" que hubiese una manifestación de protesta porque era "la voluntad del pueblo”. El líder de ERC se refería a la protesta ante la Conselleria de Economía del 20 de septiembre de 2017.
Según el oficial del Instituto Armado, Junqueras acudió a la consejería sobre las cinco de la tarde. "Le dije 'buenas tardes', me dijo que iba a trabajar y que iba acompañado de sus escoltas y de un asesor o un abogado, y le dije que por supuesto, que esa era su casa. Entró, estuvo como una hora o así y cuando salió se despidió y dijo que tenía que entender que era la voluntad del pueblo, y yo le dije que tenía que entender que estaba haciendo mi trabajo", ha contado a preguntas del fiscal Jaime Moreno.
Blanco de las protestas
La versión de los dos agentes de la Benemérita que han declarado este lunes ha ido encaminada a marcar la pasividad de los Mossos d’Esquadra y el rol protagonista de los líderes de ANC y Ómnium Cultural Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. A este respecto, el teniente ha asegurado que los guardias civiles de la entrada, que eran los que estaban a su cargo, fueron el blanco de las protestas y los insultos de los concentrados allí desde poco después de las nueve de la mañana.
Para el teniente, la peor parte de ese día para el equipo de seguridad de la Guardia Civil se la llevaron los agentes del GEAR (antidisturbios) que se estuvieron relevando en la puerta de la consejería durante todo el día y parte de la noche, pues estaban a muy poca distancia de los manifestantes.
Políticos por el Departamento
La escena que han retratado los dos agentes ante la sala segunda del Supremo es una jornada donde, además de Sánchez y Cuixart, varios políticos como Junqueras, Forcadell o diputados de la CUP entraban y salían del Departamento y los únicos que no tenían esa facilidad de movimiento eran las propias fuerzas de seguridad del Estado. Este escenario “hostil” contra la Guardia Civil se vio aumentada, según los agentes, por una actuación de los Mossos d’Esquadra destinada a “acatar” las órdenes del líder de la ANC en lugar de mostrarles su colaboración para abandonar el edificio con el material requisado.
"Estuvieron recibiendo insultos, amenazas, les tiraban botellas, recibían humillaciones, algún escupitajo que otro... Por eso decidí ir relevándolos", ha indicado el guardia civil, que ha dicho que los insultos más repetidos fueron "hijos de puta, cabrones, fascistas, vosotros sois los terroristas" y que "con el dedo hacían como que cortaban el cuello". "Así desde las nueve y media de la mañana hasta las dos o las tres de la madrugada", ha concluido.