Manifestación en Castelldefels contra el ataque al centro de MENA/ @MOVEM_

Manifestación en Castelldefels contra el ataque al centro de MENA/ @MOVEM_

Política

La Generalitat, incapaz de gestionar los 3.600 MENA llegados a Cataluña

Educadores y sociólogos denuncian la falta de planificación y de información a los ayuntamientos por parte de un Govern instalado en la "urgencia" y que, aseguran, no puede alegar que esté desbordado

12 marzo, 2019 00:00

Ni es una cifra inasumible ni se han adoptado las medidas preventivas necesarias. Así opinan los educadores y sociólogos consultados por Crónica Global, quienes vienen advirtiendo, desde hace años, de la necesidad de abordar el fenómeno de los menores extranjeros no acompañados (MENA) de una forma planificada, no a golpe de titular, como ha hecho el Govern. Esto es, en momentos de máxima tensión.

Así ha ocurrido en municipios como Castelldefels o Canet de Mar, donde la Generalitat instaló a los menores sin informar con antelación a los respectivos ayuntamientos. En menos de una semana, ambas localidades han sido escenario de ataques racistas contra estos chicos. La falta de coordinación entre la Generalitat y los consistorios también quedó en evidencia en noviembre de 2018 en Santa Coloma de Gramenet, donde un grupo de menores extranjeros agredieron sexualmente a una joven.

El ayuntamiento había advertido en tres ocasiones al Govern sobre el problema de los MENA. En Arenys de Mar y Mataró, los consistorios temen que se produzcan situaciones similares, a pesar de que la Generalitat ha incluido la comarca del Maresme en su plan de choque impulsado a finales de 2018 para erradicar la imagen de menores durmiendo en comisarías y hacer frente a la llegada de 3.600 menores.

Menores extranjeros no acompañados (MENA) en una comisaría de los Mossos d'Esquadra de Barcelona / EFE

Menores extranjeros no acompañados (MENA) en una comisaría de los Mossos d'Esquadra de Barcelona / EFE

Menores extranjeros en una comisaría de los Mossos d'Esquadra de Barcelona / EFE

Pedro González es educador de menores desde hace 29 años y asegura que el ataque registrado en Castelldefels el pasado fin de semana tiene precedentes. “Se abren centros en municipios sin informar a la población, por lo que se pierde la oportunidad de ejercer la solidaridad, de participar en la atención a esos niños. Porque son eso, niños. Sean marroquíes o finlandeses. Yo ya he vivido intentos de agresión en centros donde trabajaba por parte de jóvenes locales”, explica a este medio.

Asegura que la Dirección General de Atención a la Infancia (DGAIA), dependiente de la Consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat, “está instalada en la urgencia e improvisa. Da prioridad a la apertura de centros nuevos en lugar de buscar perfiles profesionales adecuados a cada situación. Hay niños que necesitan familias de apoyo. Otros más mayores que quieren trabajo, y otros que tienen problemas con las drogas”.

"Aprovechamiento racista"

En este sentido, González afirma que el problema de estos menores “afecta a diferentes departamentos de la Generalitat, no solo a la DGAIA. Tiene que ver con salud mental, con Justicia porque, efectivamente, hay situaciones de delincuencia; enseñanza… Hay que dar un enfoque más transversal”. Teme que las elecciones favorezcan el “aprovechamiento casi racista” de algunos partidos políticos. “Aquellos que tienen un enfoque humanista, bienvenidos sean al diálogo con nosotros”, afirma el educador.

En 2001, la Fundación Bofill había abordado en fenómeno en un estudio en el que analizaba la realidad y hacía algunas propuestas de actuación: mejora de la coordinación entre los diferentes servicios, agilidad en los procesos para evitar las listas de espera, formación permanente y asesoramiento de los equipos; conveniencia de separar claramente acción educativa de control social y de acción policial, e incorporar educadores de origen magrebí en los equipos.

Dieciocho años después, la situación no ha mejorado “y se va a complicar todavía más en primavera”, advierte el diputado del PSC, Raul Moreno, quien ha presentado varias iniciativas parlamentarias sobre la situación de los MENA. Y justifica su alerta. “Aumentarán significativamente las llegadas, estamos en prórroga presupuestaria y las elecciones municipales aplazarán las decisiones importantes. La inseguridad va a ser tema de campaña y faltan mossos que garanticen la seguridad. Y, sobre todo, el Govern ha mostrado su incompetencia en este asunto”.

El octubre de 2018, el Parlament aprobó una propuesta de resolución en la que se pedía al Govern una “estrategia de país para abordar la acogida y acompañamiento de los MENA”. Entre las medidas se reclamaban  “recursos presupuestarios necesarios para la protección de la infancia con la implicación transversal de todo el Gobierno y no sólo de la DGAIA".

Un centro destinado a otros usos

En diciembre de 2018, la DGAIA instaló una treintena de menores en el Centro Cal Ganxo de Castelldefels, “niños que hasta entonces estaban en condiciones indignas a comisarías. Este traslado se llevó a cabo a espaldas del Ayuntamiento, que fue informado posteriormente, y del que no se aceptó ningún tipo de colaboración que permitiera trabajar la acogida de estos jóvenes en la ciudad, como sí que sucede en otros centros ubicados en Castelldefels”, explican desde Movem Castelldefels. El consistorio pretendía destinar este equipamiento a otros usos, por lo que llegó a un acuerdo para que la acogida fuera temporal.

En Canet, el asalto de un individuo, machete en mano, a la casa de Colonias Can Brugarolas, venía precedido de un  escrache ante el consistorio para protestar contra la presencia de los jóvenes.

"Estigmatizados injustamente"

Para Gaby Poblet, antropóloga, investigadora social y directora de Europa sense murs, los MENA “son los más estigmatizados justamente porque son los más desprotegidos y no hay una conciencia social de lo significa una tutela por parte de la administración. Pero en realidad son chavales espabilados que han cruzado una frontera porque tienen un proyecto migratorio claro: trabajar, buscar un futuro digno, salir de la pobreza y ayudar a su familia en origen”. Según Poblet, que está realizando un estudio sobre la estigmatización de los menores no acompañados en Melilla, para Europa Sense Murs, estos chicos “asumen la vida de una forma madura y al encontrarse desprotegidos, construyen sus propias comunidades de protección”. 

Centro para menores extranjeros no acompañados en Castelldefels / GOOGLE MAPS

Centro para menores extranjeros no acompañados en Castelldefels / GOOGLE MAPS

Centro para menores extranjeros no acompañados en Castelldefels / GOOGLE MAPS

Su estigmatización también tiene que ver con la relación entre España y Marruecos durante siglos. La construcción del imaginario del ‘miedo al moro’. Pero en tiempos de globalización esto ya debería estar desmontado, Marruecos está ‘al lado’ de España y comparten muchísimo en común. Y con la tasa de natalidad tan baja, y una Europa envejecida, estos jóvenes deberían ser mirados como una oportunidad. Son parte de la juventud global que quiere alcanzar sus aspiraciones”. 

Precarias condiciones laborales

Toni Mora, secretario de Política Territorial, Acción Social y Migraciones de la CCOO de Cataluña, critica también la improvisación con la que actúa la DGAIA y aunque admite que existe un número importante de menores acogidos en Cataluña “no se puede decir que la administración esté desbordada. Hace años que ni hay recursos suficientes. En la DGAIA hay buenos profesionales, les conozco. Pero si se aborda siempre estas situaciones como una emergencia, sin planificar, no avanzaremos”.

Considera muy grave lo ocurrido en Castelldefels y Canet, donde se ha puesto en peligro la vida de los menores y de los profesionales que les atienden. “Hemos pasado de la urgencia, a la emergencia y de ahí, a un problema de seguridad”, indica Mora, quien denuncia las precarias condiciones laborales que sufren los trabajadores de los centros de acogida, especialmente en las empresas privadas que gestionan esos servicios”. En este sentido, considera que esa gestión debería ser pública. Apunta también a la descoordinación entre administraciones. “Los ayuntamientos tienen derecho a quejarse, ha habido picos de llegadas de menores pero no cuesta nada coger el teléfono y avisar”, explica.

Trabajadores de centros de menores se manifiestan ante la sede de la Consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat / CG

Trabajadores de centros de menores se manifiestan ante la sede de la Consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat / CG

Trabajadores de centros de menores se manifiestan ante la sede de la Consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias / CG

Unicef considera que el volumen de MENA que atiende España no es inasumible, aunque subraya el importante aumento registrado en los dos últimos años. “El ingreso de niños y niñas migrantes no acompañados por la frontera sur española (principalmente Andalucía, Melilla y Ceuta) se ha incrementado de manera sustancial. De 2017 a 2018, las llegadas por vía marítima han aumentado un 158%, y un 103% el número de niños y niñas migrante no acompañados en el sistema de protección. A finales de 2018, había 13.012 en el Registro de Menores Extranjeros No Acompañados”, indica el informe Los derechos de los niños y niñas migrantes no acompañados en la frontera sur española que acaba de publicar.

Denuncia, asimismo, el “modelo de atención inadaptado” que se aplica en los centros de protección. Al respecto, alude a los retrasos generalizados en los procedimientos y tramitación de documentación; sobresaturación y hacinamiento; insuficiente número de profesionales especializados --faltan mediadores culturales, psicólogos, trabajadores sociales y abogados--, personal sin formación suficiente, retrasos en la escolarización, disfuncionalidades relacionadas con la asistencia sanitaria, traslados excesivos entre centros y empeoramiento del clima en los centros.