Carles Puigdemont parece decidido a hacerle el juego a los países que, como Rusia, Venezuela o Irán, quieren ver destruida la UE. Lo hace a modo de venganza por el rechazo de las instituciones europeas a apoyar su independentismo unilateral. Y a espaldas de la red de delegaciones del Govern que controla ERC, las llamadas “embajadas” catalanas. A las puertas del juicio del 1-O, el expresidente radicaliza desde Waterloo su eurofobia --denunció “la completa destrucción de la autoridad moral de la UEen un diario ruso-- con la complicidad de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que el pasado día 1, ocupó la sede de la Comisión Europea en Barcelona coincidiendo con el traslado de los presos independentistas a Madrid. El club europeo toma nota de ello.

El eurodiputado del PSC, Javi López, explica a Crónica Global que “una parte relevante del independentismo está cayendo sobre la pendiente del euroescepticismo después de haber pasado años proclamando un europeísmo entusiasta. ¿Por qué? Han acabado atrapados en su fantasía y proyecciones absolutamente irreales sobre el rol comprensivo que iba a tener la Unión Europea con el procés en favor de la secesión”.

La hora de la verdad

Al respecto, añade que cuando ha llegado “la hora de la verdad” la Unión Europea ha demostrado que “es un actor hecho para difuminar las fronteras no para crear nuevas, para compartir soberanía no para parcelarla o para evitar los conflictos que tengan como raíz la identidad nacional, no para promover choques de identidades. Pero esto, que me parece una obviedad, o fue escondido o ignorado”.

López considera que, tras el fracaso del proceso, “esas proyecciones irreales han acabado por generar el caldo de cultivo perfecto para el ascenso del euroescepticismo en parte del independentismo catalán. Y quien mejor simboliza esa nueva realidad es Puigdemont”. El socialista afirma que, desde su llegada a Bruselas “ha decidido atacar recurrentemente a la UE y ha acabado por tener como aliados partidos y actores que desprecian a la UE. En las instituciones europeas y en las capitales han tomado buena nota de ello”.

Europeísmo

El candidato a las elecciones europeas del PSC recuerda los análisis que algunos politólogos hicieron sobre la confianza en la UE antes y después del convulso otoño de 2017 -- cuando se llevó a cabo la aprobación de la declaración unilateral de independencia y la aplicación del 155--. “Según los datos del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, bajaba la confianza entre los no independentistas y subía entre los independentistas. Y mi opinión es que eso no fue culpa de la UE, sino de los dirigentes independentistas que contaron una proyección absolutamente falsa de lo que era, diría y haría la UE llegado el momento de la verdad”.

Puigdemont y su equipo de asesores pagados por la Generalitat --Aleix Sarri, Josep Lluís Alay…--, se han convertido en una especie de diplomacia paralela a la que ejercen las oficinas de la Generalitat en el exterior. Éstas dependen de ERC, que se desmarca de las salidas de tono del expresidente. “Lo de Puigdemont queda circunscrito a su agenda personal de charlas donde le reclaman. La acción exterior la gestiona Alfred Bosch (consejero de Exteriores)”, explican fuentes soberanistas. Y añaden: “No tiene ni idea de qué se hace ni donde se abren delegaciones. Tiene su corrillo de propagandistas y poca cosa más”. El desmarque, acorde con la pugna intergubernamental entre Junts per Catalunya y ERC, está muy claro, pero ¿suficiente?

Mensaje eurófobo

“La mayoría de la Cámara sabe ya de sobra quién es este señor y en qué está. A algunos ha habido que explicárselo, pero que Puigdemont se acerque a Putin y comparta mensaje eurófobo con los extremistas es algo que no puede sorprender a nadie. Su discurso y la naturaleza del secesionismo ha sido siempre antieuropea, pretenden destruir la UE por la vía de descomponer un Estado Miembro”, explica la europarlamentaria liberal Beatriz Becerra. Recuerda que el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, a preguntas suyas, aseguró que “atacar a la Constitución de un Estado miembro es atacar al marco legal de la UE”. A juicio de Becerra, “lo que hay detrás del secesionismo es xenofobia y discriminación, luego es lógico que encuentre aliados en Moscú y rechazo en Bruselas”.

Respecto al impacto del procés en la opinión pública, la eurodiputada asegura que “ahora mismo, Cataluña ya ocupa un lugar muy pequeño en las noticias fuera de España. El momento ha pasado, pero hay que seguir haciendo una labor pedagógica, sin cansarse, para explicar la realidad de lo que ha pasado y lo que está pasando, sobre todo por si en el futuro la cuestión vuelve a tener relieve internacional”.

"Un modo de vida 3%"

Sobre el agitprop de cara al juicio del 1-O, considera que tiene dos objetivos, “uno el puramente propagandístico y otro garantizar a Puigdemont y otros fugados el modo de vida 3% al que están acostumbrados. Por eso han montado CATglobal, un chiringuito con apariencia de asociación que pretende capturar fondos europeos para actividad antiespañola y para que los gerifaltes secesionistas fugados puedan darse la gran vida”. Se refiere a la asociación belga, con sede en el mismo chalet de la localidad de Waterloo donde el expresidente tiene fijada su residencia, cuya inscripción en el registro de grupos de interés (lobbies) de la Unión Europea no ha sido validada por falta de información necesaria. En este sentido, Becerra ha pedido a la Comisión que actúe “para evitar que con dinero público de la UE se termine financiando un ataque al Estado de derecho español que, insisto, es también un ataque a la Unión Europea”.

Sobre la aparente doble red diplomática que supone la acción de Puigdemont y las embajadas gestionadas por ERC, la eurodiputada de ALDE asegura que “no me interesan las sutilezas de la pelea entre secesionistas. Esta lucha es obvia, pero también es cierto que al final no terminan de romper; exconvergentes, la secta de Puigdemont y ERC están encadenados entre ellos y en Europa tienden a decir las mismas mentiras más o menos en el mismo estilo. Lo único que me preocupa es la respuesta que damos los europeístas”.

La imagen de España

Pero ¿están cuajando, no ya en las instituciones, sino en la opinión pública europea, las campañas del expresidente? El Instituto Elcano hizo una encuesta a finales de 2018 sobre la imagen de España en base a 3.790 entrevistas realizadas en once países europeos. El resultado fue una valoración de muy alta, ocupando el tercer puesto, al mismo nivel que Alemania. El barómetro indaga el percepción del movimiento independentista catalán.

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Encuesta del Instituto Elcano sobre la imagen de España

En la mayoría de países se percibe como un problema grave, especialmente en los dos países que hacen una valoración más alta de España, es decir Portugal y Polonia. En Italia, Holanda, Reino Unido y Suecia son más los que creen que este es un problema poco importante. En el caso de Italia, la respuesta puede deberse, según indican los autores del barómetro “a su experiencia con la llamada Padania, la aparición y desaparición de un separatismo de las regiones del norte del país, la conversión de la Liga Norte en Liga a secas”. También en Reino Unido “la experiencia de coexistencia con un separatismo escocés de ya larga historia puede llevar a relativizar la importancia de este problema”. Bélgica, donde la comunidad flamenca aspira a la secesión, el procés se percibe como un problema grave por la mayoría de la población valona (59%), mientras que la flamenca está mucho más dividida en su valoración y predominan ligeramente los que consideran que el problema no es importante (42%).

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Valoración del separatismo catalán según el barómetro del Instituto Elcano

No obstante, Alfonso Valero, abogado y fundador de Foro de Profesores, considera que no se puede bajar la guardia en este asunto porque “en determinados sectores pseudointelectuales, es muy fácil tener una opinión contraria a España”. Se refiere a la prensa anglosajona y a valoraciones como la del historiador Paul Preston, quien en una entrevista en The Beaver, el diario de la universidad London School of Economics (LSE), defendió el derecho a la autodeterminación y aseguró que la vida intelectual española "tiende a ser maniquea", pues es un país donde "es fácil hacer enemigos porque o bien estás con ellos o bien estás en contra de ellos".

Un europeísmo independentista que fluctúa

Foro de Profesores es una plataforma de profesionales que rechaza las “mentiras del separatismo” y defiende la unidad de España y el Estado de Derecho. Valero cree que el nacionalismo catalán “fluctúa” entre la defensa de “los valores europeos” que el consejero de Acción Exterior, Alfred Bosch, hizo durante una conferencia en la citada LSE a finales de enero --dijo que los independentistas catalanes son remainers, término que en el Reino Unido se aplica a aquellos que rechazan el Brexit--, y los posicionamientos de Puigdemont en el diario ruso, previamente citado. No obstante, critica que el resto del nacionalismo catalán no se haya desmarcado explícitamente del político prófugo. “No es la primera vez que el expresidente expresa su eurofobia. Antes del 1-O aseguró que era europeísta, pero cuando la UE se puso al lado de España, intensificó su propaganda contra las instituciones europeas”.

Una propaganda que, dice Valero, incluye la organización de charlas, financiación de cátedras universitarias, presión a corresponsales extranjeros o personalidades catalanas que están al frente de instituciones internacionales, como el PEN Club, que recientemente pidió la liberación de los “activistas independentistas” y cuyo director ejecutivo es el escritor catalán Carles Torner, afín al procés.

Tremendamente activos

“Europa tiene un público muy sofisticado y las imágenes de la intervención policial durante el referéndum calaron hasta el punto de que se temió por una mediación”, explica a este diario una funcionaria europea, quien asegura que el independentismo “es tremendamente activo”. Y aunque afirma que los mandatarios europeos han sido muy contudentes, coincide con Valero en que “hay que estar atentos para que la imagen de España no retroceda”.

Maite Pagazaurtundúa, eurodiputada por UPYD en el grupo ALDE, afirma que “Puigdemont ha logrado convencer a unos 30 o 40 eurodiputados, un daño limitado por ahora. Fue mayor durante los meses de septiembre y octubre de 2017 pero el interés ha decrecido”. No obstante, se muestra muy crítica con las negociaciones --que califica de “cesiones”-- entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat. “Los independentistas destinan mucho dinero a atacar a España, pero el Estado no respondió”, afirma.

Pagazaurtundúa define al expresidente huido a Waterloo como “un personaje descarado, excéntrico, que ha despertado interés en Europa. A modo de venganza, se posiciona ahora al lado de Rusia, que junto a Irán o Venezuela, desean ver destruida la UE”.