Quim Torra ha sido elegido presidente de la Generalitat con los votos de su grupo, Junts per Catalunya, ERC y la abstención de la CUP. Lo ha hecho por mayoría simple tras reafirmarse en sus intenciones independentistas, que toda la oposición ha coincidido en valorar como "excluyentes" e incluso "supremacistas". PSC, PP, Ciudadanos y Catalunya en Comú han redoblado sus críticas sobre un programa de gobierno que, auguran, está dirigido a provocar la aplicación de un nuevo 155. Ya investido presidente, Quim Torra se ha comprometido a “hacer república catalana” y ha exclamado: "Visca Catalunya Lliure!".
Torra ha moderado su discurso respecto a su intervención del pasado sábado, cuando no pudo ser ungido presidente al no conseguir la mayoría absoluta. Incluso ha llenado de contenido social y económico sus propuesta de gobierno. Pero a continuación, ha vuelto a las andadas, prometiendo a la CUP que no ejercerá una presidencia autonomista y que "las calles siempre serán nuestras". También ha confirmado que será un presidente provisional, teledirigido por Carles Puigdemont desde Bruselas o Waterloo.
Dos bloques
La líder catalana de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha sido muy crítica respecto a la ideología antiespañola que Torra ha dejado plasmada en tuits y artículos periodísticos. Sobre la acumulación de escritos antiespañoles se ha referido Miquel Iceta, primer secretario del PSC, quien ha recordado que Torra se debe a las leyes y al pueblo catalán, no a un Gobierno "en el exilio".
Sergi Sabrià, portavoz de ERC, ha acabado sus intervenciones insistiendo en su independentismo integrador y con guiños a Catalunya en Comú, cuyo líder, Xavier Domènech, le ha respondido con críticas al apoyo republicano y de la CUP a un candidato heredero del partido que recortó las políticas sociales. Carles Riera, por parte de la CUP, ha avisado de que estará muy atento ante cualquier atisbo de "involución autonómica". El presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, ha calificado a Torra como una amenaza a la convivencia.