Jordi Pujol Júnior o los siete años que separan La Camarga de Soto del Real
María Victoria Álvarez, que explicó vida y milagros a Alicia Sánchez Camacho, compareció ante la Udef y encendió la mecha de un caso en el que está implicado todo el clan Pujol
26 abril, 2017 00:00A principios de 2013, la examante de Jordi Pujol Ferrusola, María Victoria Álvarez, fue invitada por un policía que se hizo llamar Luis Hidalgo a comparecer ante la Udef. No fue amenazada, pero se le dijo que, o explicaba lo que sabía del dinero, cuentas bancarias y negocios oscuros de su amante, o quizá ella acabaría siendo imputada algún día como cómplice de lo que vio y no denunció.
Han pasado cuatro años largos, una legislatura completa. Pero en realidad todo había empezado antes, tres años atrás. En total, los siete años que median entre un almuerzo en La Camarga y la entrada de Pujol Júnior en Soto del Real, donde pasa su primera noche en prisión.
Sin duda, algo sabía sobre la fortuna de la familia aquel policía que hablaba con la examante de Jordi Pujol Ferrusola porque en 2010 Álvarez le explicó a la entonces líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, los tejemanejes de su amante en Andorra. Fue la famosa comida en el restaurante La Camarga. Y esa conversación descansaba en algún cajón del Ministerio del Interior desde entonces.
Victoria tiró de la manta
Álvarez desembuchó. Dicen que tan pronto como el agente que le tomó declaración puso el sello oficial encima del papel, esa denuncia salió a toda prisa hacia el juzgado de guardia de la Audiencia Nacional. Aquel día le tocaba a Pablo Ruz, que aceptó el documento policial y le puso número a las diligencias previas. Nació el caso Pujol.
Las revelaciones de María Victoria Álvarez eran escandalosas a la par que inconexas, así que el juez puso en fila los indicios y empezó a separar el grano de la paja.
Cascada de acusaciones
A todo esto, El Mundo publicaba poco antes del verano de 2014 que la familia Pujol tenía cuentas en Andorra nutridas con dinero negro, es decir no declarado.
El día 25 de julio de ese año, el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, para estupefacción de seguidores y de detractores, lanzaba aquel famoso comunicado auto inculpatorio atribuyendo el origen de la fortuna oculta a la herencia de su padre, Florenci Pujol.
Lo de la herencia (delito fiscal reconocido y eventual delito de blanqueo) recayó en el juzgado de instrucción número 31 de Barcelona, que inició las pesquisas a la vez que otro juez, en este caso de la Audiencia Nacional, abría otra pieza contra la familia, en concreto, contra Oleguer Pujol. Se le acusaba de comisionista en operaciones fraudulentas.
La fiscalía pone orden
Con toda esa erupción de noticias, acusaciones y contra acusaciones, la Fiscalía Anticorrupción nombró a dos fiscales, Fernando Bermejo, y la teniente fiscal, Belén Suárez, responsables de la investigación. Desde un primer momento, Anticorrupción intentó, hasta conseguirlo, que toda la causa Pujol (padre, primogénito, Oleguer y el resto de miembros del clan) recayese en un único juzgado, el que dirigía Ruz y que ahora dirige José de la Mata.
Mientras tanto la Udef, utilizada por las cloacas del Estado para oficializar aquellas informaciones que brotaron en la comida de La Camarga, se ha reconvertido y se ha quitado de encima el lastre necesario como para investigar, sin apriorismos, este complejo entramado.
Así, hace un mes, los investigadores policiales entregaban a De la Mata un informe lapidario sobre Júnior: Pujol Ferrusola movió entre Argentina y México más de 14 millones entre 2013 y 2015, estando ya imputado. Esas inversiones son una tapadera para “despatrimonializarse”, según la fiscalía, ante la tormenta que se cernía sobre él. Eso dice la Udef. Eso piensa el fiscal y el juez, aunque lo cierto es que entonces, Pujol Ferrusola, no tenía las cuentas bloqueadas ni el pasaporte requisado por el tribunal.
Duro interrogatorio
Si embargo lo que se desprende del interrogatorio judicial (más de 5 horas), es que el primogénito de los Pujol fingió prestamos millonarios para justificar la procedencia de un dinero que movió y maquilló a través de facturas falsas y de hipotéticos negocios fallidos.
Un Pujol en la cárcel. Hay quien no se lo puede creer y hay quien se lo esperaba visto el clima político y judicial que sin duda lo contamina todo y en todos los sentidos.
Primera noche entre rejas de Pujol Ferrusola.
El policía que llevó de la mano a María Victoria Álvarez ante la Udef no es otro que el autoproclamando miembro de la operación Cataluña, el comisario José Villarejo. Luis Hidalgo era uno de sus nombres de guerra.