La monja benedictina Teresa Forcades, líder de Procés Constituent

La monja benedictina Teresa Forcades, líder de Procés Constituent

Política

El Vaticano critica el salto a la política de Forcades

Consideran incompatible el compromiso político activo con el hecho de ser monja de un monasterio.

25 junio, 2015 09:39

El presidente del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales del Vaticano, monseñor Claudio María Celli, ha criticado la entrada en política de la monja benedictina Teresa Forcades al considerar que la vida religiosa no es compatible con la actividad política.

"Clausura o no clausura, la vida religiosa no debería verse involucrada en actividades de tipo político de una cierta manera", ha afirmado Celli durante un encuentro informativo en el que ha ahondado sobre el concepto de vida religiosa cuando ha dicho que "la vocación de clausura" debe estar centrada en "rezar y amar a Dios profundamente".

Forcades, por su parte, permanece a la espera de que el Papa Francisco otorgue el "plácet" a su exclaustración, que comenzó el pasado 15 de junio con el visto bueno de la abadesa de Montserrat y del obispo de su diócesis, para implicarse activamente en la plataforma Proceso Constituyente a Cataluña.

El obisbo Cortés también considera que son actividades incompatibles

El obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés, también hizo público el pasado lunes un comunicado explicando que desde un primer momento él mismo expresó a Forcades que era incompatible el compromiso político activo con el hecho de ser monja de un monasterio. En este sentido, Cortés ha afirmado que ha aceptado que Forcades "permanezca en situación de exclaustración durante tres años y no que 'pida un simple permiso' para actuar en política".

El obispado ha tramitado ya ante la Congregación para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica la solicitud para que conceda la dispensa de exclaustración de la religiosa del Monasterio de Sant Benet.

En caso de que la dispensa sea concedida, Forcades no perdería su condición de monja. Es decir, seguiría vinculada por los votos, pero estaría dispensada y privada de los deberes y derechos propios de la vida claustral, y requeriría de la autorización de la Sede Apostólica para su retorno de la vida monástica.