Cada cierto tiempo aparece un nuevo friki en el circo del procés. Y esta semana le ha tocado el turno a un tal Marc Artigau. Durante el discurso de recepción del premio Josep Pla (madre mía, si Pla levantara la cabeza…), el escritor quiso tener su minuto de gloria y lo consiguió. Aprovechó su breve intervención para confesar su “tristeza” y “rabia” por “vivir en un país en el que hay presos políticos y en el que el Gobierno legítimo de la Generalitat está exiliado”.

Manuel Valls, que estaba presente en la ceremonia, saltó indignado. “¡Pesados...! Mas, tú tienes la culpa”, exclamó. “¿Nadie tiene nada que decir?”, se preguntó en voz alta. Y cuando se cruzó con la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, le espetó: “¿Pero cómo permites esto?”. Más tarde, desde su cuenta de Twitter, remató: “Esta noche he sentido tristeza, rabia y vergüenza de este discurso y de esta demagogia. Pobre Josep Pla. ¡Basta!”.

La claca nacionalista y la jauría indepe se lanzaron al cuello de Valls en las redes. Pero destaca un tuit de Ada Colau en el que tilda el gesto del candidato naranja de “histriónico” y “fuera de lugar”. “Me quedó la duda de si no era todo una performance calculada para ser la noticia de la cena”, añadió.

La alcaldesa vuelve a meter la pata. Lo cierto es que lo histriónico y fuera de lugar fueron las palabras de Artigau, no las de Valls. De hecho, lo insólito es que no hubiera más gente que, como Valls, mostrase su indignación pública ante las mentiras del premiado. Y cualquiera de las dos posibles razones del silencio de los asistentes es estremecedora: ya sea porque se creen el discurso nacionalista de que España no es una democracia, o bien porque no se atreven a mostrar su desacuerdo públicamente.

Al día siguiente, Artigau volvió a la carga. Al ser preguntado, por las palabras de Valls, respondió con desprecio y soberbia: “Me pillas en un momento en el que no sé quién es Manuel Valls. ¿Es el fichaje en el mercado de invierno del PSG? Me sabe mal, pero me cogéis en un momento en el que no sé quién es. ¿Es político? ¿Por qué partido va?”.

Parece que al poeta se le ha subido el premio a la cabeza bien rápido. No hace falta ser maleducado ni arrogante para mostrar el desacuerdo con otra persona. Y no estaría de más un poquito de humildad al referirse a un tipo que ha sido primer ministro de Francia.

El tal Artigau colabora con Jordi Basté en El món a RAC1 --incluso han publicado un par de novelas que firman al alimón--. Su contribución consiste en unos microrrelatos de ficción de apenas un minuto con un tono irónico y no faltos de moralina. Aunque lo cierto es que ninguno ha tenido el éxito del discurso novelado del domingo durante la recepción del premio.

También en este caso nos ha querido dejar su sabia lección el rapsoda. “La cultura nos debe incomodar, cuestionarnos y yo estuve muy tranquilo y dije lo que me salió del corazón. Si a alguien le supo mal, pues mira, dos piedras”, ha dicho en relación a la polémica.

Hombre, Marc, en la Cataluña oficial por la que te mueves, el discurso cómodo es el tuyo, no el de Valls. Pero, en todo caso, quien me temo que se va a tener que aguantar un tiempito más con sus “presos políticos” y “exiliados” virtuales eres tú.