El 12M ha sido la noche que ha dado la puntilla al proceso independentista catalán. La misma Cataluña que llenó de esteladas sus balcones en 2017 ha dado un correctivo a las fuerzas políticas que prometieron la secesión, y abre una nueva etapa.
Carles Puigdemont clamaba en la noche electoral por un "gobierno sólido de obediencia netamente catalana" y lamentaba el mal resultado obtenido por ERC y la CUP, a los que acusaba del fracaso de unas elecciones que él convirtió en dicotómicas desde el primer minuto. Recordaba que Junts es la primera fuerza en más de 700 municipios, aunque pasó de puntillas sobre el hecho de que el bloque secesionista ha sido fuerte cuando han sumado en el área metropolitana. Y en este territorio, han arrasado tanto PSC como PP.
ERC se ha impuesto en localidades como Amposta, Deltebre o Roquetes, pero se ha descolgado de las dos primeras fuerzas del Parlament en la provincia de Tarragona y Lleida, y ha sufrido en Girona. En la considerada zona cero del independentismo se ha dejado 25.605 votos y dos escaños. Los que se han repartido tanto Aliança Catalana -la ultra independentista Sílvia Orriols entra en la Cámara catalana por esta demarcación- y el PP.
La estrategia de Alberto Núñez Feijóo y Alejandro Fernández ha resultado un éxito y se convierte en la segunda fuerza política en grandes ciudades metropolitanas como L’Hospitalet o Badalona, a mucha distancia de los partidos que son la tercera fuerza en ambas plazas (ERC y Junts).
La noche electoral en Cataluña no se puede entender sin tener en cuenta lo ocurrido en localidades como Badia del Vallès. Las tres primeras fuerzas en esta ciudad metropolitana son PSC (2.200 votos, +492), Vox (717, + 112) y PP (659, + 475). En el municipio con el que colinda, Barberà del Vallès, vence PSC (5.599, +1.313), seguido de PP (1.984, + 1.477) y ERC (1.746, -512).
Salvador Illa ha conseguido una victoria más cómoda de lo que plantearon las encuestas, los mismos sondeos que no vieron la debacle ni de ERC ni tampoco el pinchazo de Puigdemont. Tiene varias posibilidades sobre la mesa para sacar adelante la investidura y afianzar su Gobierno. El primero en 12 años sin atisbos de procés.