De Cobi al Covid-19. De la Barcelona olímpica, abierta al mundo, a la Barcelona cerrada, zarandeada por el coronavirus, a pesar de que esta enfermedad ni está ni se espera en la capital catalana. El argumento de los riesgos de contraer el virus de Wuhan se ha llevado por delante el MWC, una de las grandes citas internacionales en todos los sectores, y deja un buen boquete en la economía catalana y, de paso, en la española. Pero, ¿nos creemos que esta neumonía es la razón de tamaño descalabro?
El cuento chino del coronavirus no se sostiene por ningún lado. China ha tomado todas las precauciones necesarias, incluida la cancelación del Gran Premio de F1, por lo que las probabilidades de que un infectado o sus allegados pisaran Barcelona con motivo de la feria del móvil eran entre muy bajas y nulas. Las autoridades sanitarias españolas siempre han transmitido que no había riesgos. Tal vez les ha faltado contundencia, pero de poco hubiera servido un mensaje más convincente. En todo caso, el grueso de enfermos está en la potencia asiática, que no es ejemplo de transparencia en este asunto, por cierto.
La excusa del Covid-19, de hecho, se desmonta en el mismo instante en el que otra feria tecnológica, la ISE 2020, en Ámsterdam, se está desarrollando con total normalidad estos días: hay visitantes asiáticos (cierto es que en menor número que los esperados en Barcelona), nadie utiliza mascarilla y, lo que es más llamativo, algunas de las firmas que anularon su presencia en el Mobile World Congress con el argumento del riesgo para la salud sí están en los Países Bajos. Mención especial para las americanas. Y alguna europea. Para sospechar.
En algún momento de estas dos intensas semanas llegué a pensar que todo era una mezcla de ignorancia y xenofobia (en Cataluña vamos sobrados de las dos en las instituciones), que las multinacionales tenían miedos infundados contra los chinos que pudieran cruzarse en Barcelona. Pero la ISE 2020 me hace cambiar de parecer. Así que hay que preguntarse otras cosas. Sin ir más lejos, las grandes marcas chinas improvisan un Mobile alternativo para presentar en la segunda urbe española lo mucho y bueno que tienen que ofrecer, que para algo han trabajado tantos meses en ello. En cambio, ¿tenían grandes novedades aquellas firmas que se dieron de baja de la cita tecnológica? Hay quien sugiere que no.
Amplío el radio. EEUU está en guerra comercial con China. Y no solo eso: hay una guerra por el desarrollo y el mercado del 5G. ¿Recuerdan el reciente veto de los americanos al fabricante Huawei? Algo de eso había, del mismo modo que los estadounidenses aprietan a Suiza para que no acepte la 5G de la compañía china. Ahora, Huawei resistía el envite, pero las presiones que ha recibido la organizadora (incluso desde dentro) han aislado al gigante asiático (y a otras empresas tecnológicas de la potencia oriental) y lo han privado del lucimiento que esperaba tener. Sobre todo cuando comenzaron a caer las firmas occidentales más potentes. Por cierto, Ericsson, una de las primeras que se desconectaron del MWC y dejaron tambaleando el evento, se posiciona como opción europea en la carrera del 5G. También Nokia, otra de las desertoras, está muy al día con esta tecnología.
Con todo, falta por repasar lo que supone la hasta ahora desconocida Wuhan para China. Resulta que es una de las zonas más desarrolladas del país, una especie de subcapital, un centro político, financiero, económico, educativo y cultural de su área de influencia. Tiene decenas de institutos de investigación, miles de empresas de tecnología, y los inversores ponen sus ojos y su dinero allí. Es uno de los motores de la potencia asiática. Un ejemplo: en esta ciudad se produce el 6% de los vehículos del gigante oriental. Pero el Covid-19, que nadie sabe de dónde ha salido todavía (la última sugerencia es que un murciélago, que no puede infectar a los humanos, habría pasado el virus a un pangolín traficado ilegalmente, que sí habría contagiado a una persona) lo ha paralizado todo. Los fabricantes de teléfonos hasta temen quedarse sin stock en China; los productores de coches, de vacaciones.
Será mala suerte el origen del brote. Será casualidad todo lo que está conllevando el coronavirus. Puede que todo se haya desarrollado sobre la marcha. Pero lo que tengo muy claro es que la cancelación del MWC puede tener algo que ver con esta gripe, aunque otros factores han pesado más. Claro, que tampoco hay que olvidar el perfil bajo de los políticos de Barcelona, Cataluña y España, y los líos internos del país (que si el procés, que si los contactos del Gobierno con Venezuela…), que poco ayudan en crisis así.