A comer. Aquí se viene a comer, no a hablar. Es lo que se deduce que Mariano les dijo a sus barones en la comida que tuvieron el pasado lunes. Increíble, es increíble. Por más que Fernando Maíllo, el único fijo que le queda a Mariano y quien tiene que dar siempre la cara por todos, se empeñara en mantener que no se habló de Rivera, ni de cambiar ministros (esto seguro que no), ni de la parálisis del Gobierno, ni de los tornillos sueltos del partido, ni de Cataluña, ni de la caída al pozo de Albiol, ni de lo que dijo Granados, ni de lo que dijo Costa en Valencia, ni de cómo van a enfrentarse a Ciudadanos en las próximas elecciones. No se habló de nada. “Ni un segundo”. “Nada, de nada, de nada”. Coño, Maíllo, comisteis tú y Mariano aparte y no te enteraste de lo que habló el resto. Puede. No me extraña nada. No se habló de nada. Ni de corrupción. ¿Para qué? Los que allí no estaban, ya no cuentan para nada, nada, nada.

En los años setenta Luigi Comencini, cineasta italiano, hizo una película titulada Buenas noches, señoras y señores, y empezaba con una entrevista en la cual el periodista preguntaba a un político corrupto: "¿Va usted a dimitir?". "De ninguna manera; sin mi cargo no podría comprar a los jueces", respondió el político. "¿Y los votantes?", preguntó el periodista. "Dimitir sería traicionarlos; me han votado para mentir, prevaricar, malversar fondos y no voy a desilusionarlos". No necesita comentarios. Se adelantó Comencini al tiempo. Aquí la realidad supera a la película-ficción. Sin comentarios señor Maíllo, no se precisan y no es necesario que ustedes, mientras comen, hablen de algo. Lo suyo es que no hablen de nada, de nada, de nada. Porque el tema de corrupción no tiene importancia para ustedes. Costa y Granados; los dirigentes del PP en las comunidades de Valencia y Madrid, más los que aparezcan, son personajes ajenos al Partido Popular. Además, cuanto más mentían y malversaban los dirigentes mencionados, más les votaban los ciudadanos. Comencini podía rodar otra película si no hubiese fallecido. Pero aquí, en España.

Maíllo, comisteis tú y Mariano aparte y no te enteraste de lo que habló el resto. Puede. No me extraña nada. No se habló de nada. Ni de corrupción

O sea, que entre las lentejas, el pescado y el solomillo no hubo conversaciones. Sobre nada. ¿No, señor Maíllo? Cualquiera abre la boca. Pierde bocado y se arriesga a ser triturado por la mirada de Mariano. Y por los hechos siguientes. Comamos, bebamos, café y chupito de aguardiente, a ser posible de Zamora, del valle Tera, y no hablemos de problemas, ni de Rivera ni, incluso, de Montoro, presente en la comida. ¿Financiación autonómica? No moleste, juntaletras. Haremos lo de siempre. Lo que necesite Cataluña y el País Vasco. ¿El norte? ¿Y el oeste? No incordie, juntaletras. Eso no existe. Cierto. El norte-oeste de España no existe para este gobierno ni para este partido. Teniendo en el poder a Rajoy y Maíllo, de esa tierra. Ya conocen todos los pueblos. Ya conocen las miserias. Es igual. Ni un euro. Tranquilidad para Montoro. Y no se hable más. De nada, de nada, de nada.

¿Decía algo de Rivera? De ése no se habla. Bastante tiene con figurar en las paredes y estar pintado en todos los cristales de la gafas. Todos las llevan puestas. ¿No hablaron de Rivera? Raro. Pues a Arrimadas la mencionó usted al minuto de hablar. Que se postule de candidata en Cataluña. Que la trituren, que estorba, pensaban todos en la comida, pero sin hablar. Bueno, dicen que Mañueco, su protegido señor Maíllo, el nuevo presidente del PP en Castilla y León, nombró al innombrable y se hizo el silencio. Silencio. Y fue Rajoy quien rompió el mismo. Cualquiera hablaba. No es buena idea arremeter contra el socio, salvo para defenderse. Él sí puede hablar. Ya lleva varios fines de semana lanzando flechas al escudo naranja. Con poca fuerza. Primero hay que negociar los presupuestos, pero como no haya presupuestos... a la yugular. Cuidado Rivera. Toma nota cómo deja a los suyos. Aunque no hablen de nada, de nada, de nada.

De las encuestas no hablaron. Que hace seis años tenían el 45% del electorado y ahora están, según el CIS, en el 26%, no parece importarles. No hablaron de ello. Que el país está inmerso en una parálisis política y legislativa no les preocupa. ¿Cuántas leyes se aprobaron en el Congreso el pasado año? Dos. Vergüenza. Que el Gobierno hace agua por muchas averías, tampoco hablaron. Que los allí presentes, bastantes, se van a quedar sin cargo, tampoco hablaron. Cospedal y Cifuentes se pegaron a Mariano para la foto. Pegadas al tronco, por si acaso vienen mal dadas. Y Soraya de Castilla al córner de la foto. Curioso. Menos mal que Herrera mantuvo el tipo y el decoro. Posiblemente el único. Los demás a obedecer, en la foto, a Mariano. Otra cosa es lo que dicen fuera de la foto. Pero en la comida, nada, de nada, de nada.

No pasa nada. Nos quedan el 26% de los votantes, deben pensar. Irán con la nariz tapada a votar al PP. A votar a Cospedal y a Cifuentes y... ¡uf! Con lo que está saliendo y lo que va a salir... nube tóxica. Pero no hablaron de nada, de nada, de nada. Dicen que Mariano y Maíllo comen aparte y no se dicen nada, de nada, de nada. Toca esperar un año.