Fachada del Ayuntamiento de Barcelona
Se busca candidato para Barcelona
"Entre los que se postulan, pero no hallan gracia a ojos de Puchi y los que le caen bien a este, pero no quieren saber nada del asunto, van pasando los meses y Collboni cada día se las promete más felices"
Parece que en Junts no encuentran un candidato a la alcaldía de Barcelona ni a la de tres, como demuestra el hecho de que suene el nombre de Tatxo Benet, exmagnate de Mediapro que, además, es de Lleida (bueno, eso es lo de menos, también Bob Pop es de Madrid y ahí lo tenemos, postulándose por los comunes).
Previamente sonaron Quim Forn, que no quiere saber nada del asunto desde que lo ficharon, precisamente, en Mediapro, o el Astut Mas, personaje gafe y más que amortizado, aunque nunca sirviera para gran cosa, más allá de liarla parda y el que venga atrás, que arree.
Me extraña que aún no hayan recurrido a aquella monjita amiga de la difunta Marta Ferrusola y enamorada del Astut, sor Lucía Caram, pero también es verdad que la tenemos por Ucrania, dispuesta sin duda a amargar un poco más la vida de sus habitantes, como si no tuvieran ya bastante los pobres con los bombazos que les envía esa hiena calva que atiende por Vladímir Putin.
Juraría que este baile de nombres al que se entregan en Junts se debe a la falta de confianza en sus propias fuerzas. Y a que Puchi no está por la labor, centrado como anda en esa amnistía que no llega nunca y que, en su mente calenturienta, pondría patas arriba con su regreso triunfal la política catalana y la española, que nunca volverían a ser las mismas (me temo que, si algún día vuelve, se va a encontrar con un comité de recepción muy menguado: es lo que tiene vivir en otro país mientras se intenta influir en el propio).
Sus secuaces, a todo esto, hacen lo que pueden para hacerse la ilusión de que están de maravilla. Ahí tenemos al dúo dinámico Turull & Nogueras, compitiendo para ver quién se muestra más desagradable con los españoles.
Nogueras ha llegado al extremo de decir en voz alta algo que solo debería pensarse, por lo miserable que resulta: nada menos que sostener que hay que aprovechar la putrefacción del PSOE para sacarle a Sánchez hasta las tripas (tesis en la que abundan los responsables de los digitales del Ancien Regime, con el inefable Partal a la cabeza, para que quede bien claro que los catalanes de bien nos alegramos de las desgracias del país vecino mientras les rapiñamos todo lo que podemos: Belle mentalité, que dirían los franceses).
Por su parte, Toni Comín, tal vez para celebrar que hace cierto tiempo que no lo pillan sisando, se ha sacado de la manga una corriente de opinión izquierdista para la que cuenta con gente como Agustí Colomines, siempre empeñado en aparentar que es de izquierdas, o Ferran Mascarell, quien debe considerar que aún no ha rentabilizado lo suficiente su traición al socialismo catalán y que yo diría que es muy capaz de presentarse a alcaldable del partido por Barcelona, algo que siempre le hizo ilusión y de lo que se quedó con las ganas, del mismo modo que, en sus buenos tiempos, no le hubiera hecho ascos al Ministerio de Cultura español.
De todos modos, las iniciativas de Turull & Nogueras y Comín no parece que vayan a llegar muy lejos. No sé ya qué le pueden sacar los primeros a un agónico Sánchez y dudo mucho que nadie se crea que en Junts cabe un alma izquierdista. Y a todo esto, se van acercando lentamente las elecciones municipales y el partido no se aclara.
Entre los que se postulan, pero no hallan gracia a ojos de Puchi y los que le caen bien a este, pero no quieren saber nada del asunto, van pasando los meses y Collboni cada día se las promete más felices.
No, si aún tendrán que irse a Kiev para fichar a la monja tucumana. Y si no pica, a por la monja Forcades, que la tenemos muy olvidada, a la pobre, y siempre ha sido molt de la ceba.