El gran conspirador Víctor Tarradellas (Reus, 1962) no quiere que lo archiven. Todos lo recordamos (los que lo recordamos) como uno de los liantes mayores del caso Voloh, aquel sidral de procesistas y rusos que tanto dio que hablar en todo el sainete independentista del 2017 y que a mediados de diciembre de este año recién acabado fue archivado por la Audiencia de Barcelona (aunque algunos creíamos que el asunto merecía un poquito más de investigación, no tanto por sus consecuencias, tirando a nulas, sino por los elementos de conato de alta traición que se desprendían de la conjura puesta en marcha por una pandilla de patriotas delirantes entre los que brillaba con luz propia el señor Tarradellas, que no en vano había sido nombrado en 2011 secretario de Relaciones Internacionales de CDC, con los mismos y brillantes resultados de la trapisonda rusa).

Puede que otro, ante el archivo de su causa seudo putinesca, hubiese respirado satisfecho antes de ponerse a buscar el siguiente complot patriótico en el que embarcarse, pero en el caso de Tarradellas, más bien da la impresión de que se ha tomado el archivo del caso Voloh como un desprecio, como si la justicia lo considerara un tarambana, un iluso y un quimérico al que no hay que tomar demasiado en serio (y puede que, de ser así, la justicia esté en lo cierto, pues sus iniciativas no eran atendidas ni por el propio Puigdemont, aunque le ofrecieran 20.000 soldados rusos para contribuir a la independencia del terruño). Terradellas no es de los que se calla para no liar más la troca, sino de los que se vindica a sí mismo en la liberación de la patria. Por eso concedió a finales de diciembre una entrevista a El Punt/Avui en la que reivindicaba todas sus conspiraciones con los rusos, insinuando que Puchi no le había hecho todo el caso requerido al respecto. En dicha entrevista, procedió a destacar sus grandes hits: los 20.000 guripas rusos, los peces gordos del putinismo a los que habría captado (total, para que Puchi no los quisiera ver), sus reuniones al más alto nivel con funcionarios rusos de esos que cobran por sembrar cizaña en Europa….Vamos, que yo diría que en esa entrevista había material suficiente para reabrir el caso Voloh y buscarle la ruina al señor Tarradellas, pero como parece que una instancia superior ha decidido esconder el asunto bajo la alfombra, supongo que no pasará nada y nos encontraremos ante otro de esos casos de la justicia española relacionados con el prusés que no hay quien entienda muy bien (o que se entienden demasiado bien, disculpen el arrebato conspiranoico).

Nos quedaremos, pues, con la parte más propia de un iluminado que nos ofrece la entrevista de marras: según el ínclito Tarradellas, se impone una reordenación de Europa, incluyendo a Rusia en la Unión Europea y, prácticamente, dirigiéndola. Según el señor Tarradellas, la UE es un fantasmón burocrático que no pinta nada en comparación con China y los Estados Unidos y que solo puede salvarse con un líder fuerte como la Rusia de Putin. Si, lo han entendido bien: don Víctor quiere salvar a Europa poniendo a su mando al país que más le está haciendo la puñeta y más se mueve para debilitarla y desunirla. Ahora ya las acusaciones de alta traición podrían ampliarse de España a Europa, lo cual, en mi opinión, debería propiciar una reapertura del caso Voloh de alcance europeo. Puede que nuestro hombre sea un fantasista y un cantamañanas, pero yo diría que ha dado un paso de gigante con su teoría de poner al frente de Europa al país que quiere acabar con Europa (para más inri, asegura que, después de la Segunda Guerra Mundial, el general De Gaulle ya tuvo una idea similar: envidioso de que Julià de Jòdar se haya inspirado en las Tesis de Abril de Lenin para sus trascendentales Tesis de Agosto, Tarradellas se ha lanzado también a buscar un antecedente glorioso).

Yo diría que el archivo del caso Voloh ha sido una humillación para el señor Tarradellas. Dado su interés por poner las cosas en su sitio y contribuir a la realidad de los hechos, creo que lo menos que podría hacer la Audiencia de Barcelona es reabrir el caso Voloh. Corregido y aumentado por la justicia europea.