Pensamiento

La leche

12 junio, 2014 09:06

Los propagandistas de la causa nacional catalana usan todos los medios a su alcance. La leche, por ejemplo. Sí, han leído bien: la leche. Vayamos al grano. Es decir, a la leche. Catalana, por supuesto.

La cosa tiene su historia. Hace un par de años, el Centre Català de Negocis (CCN) hizo un llamamiento a favor del consumo de leche catalana. ¿La razón? El CCN consideraba que una corporación alimentaria española –"estrechamente unida a la oligarquía castellana", aseguraba- discriminaba a los productores catalanes, porque les obligaba a vender a "un precio de escarnio, discriminatorio respecto del precio de mercado y por debajo del precio de coste".

El "escogemos" y "boicoteamos" del correo equivale al "votemos" en un referéndum de autodeterminación y si la consulta no se celebra verán ustedes de lo que somos capaces

Ahora -dos años después del llamamiento del CCN y haciendo referencia al mismo-, eso que llamamos la red, ha puesto en circulación un correo electrónico, ampliamente difundido y rebotado, que a continuación resumo. Anoten: "Por favor, no es un tópico... es bien real y está pasando ahora... nos han declarado la guerra del siglo XXI... la que no se basa en tanques, ni invasiones, pero que aniquila igualmente... hay que reaccionar frente a tantas agresiones... es vital que, al ir al supermercado, los catalanes tengamos presente el nombre de las empresas lecheras que boicotean Cataluña... [una lechera española] no solo se ha negado a dialogar [con una lechera catalana] sino que ha decidido hundirla y comprarle únicamente leche en polvo al precio humillante de 76 euros la tonelada... nos están discriminando y ahora tenemos claro que no existe ninguna voluntad de llegar a acuerdos... somos una empresa catalana que funciona y nos veremos obligados a cerrar porque alguien, desde España, ha decidido que nos debía escarmentar".

Pero no todo está perdido, porque, "por suerte, el eurodiputado Ramon Tremosa ha pedido a la Unión Europea que investigue la razón por la que se están 'perjudicando seriamente a las pequeñas y medianas productoras catalanas'". Ante situación tan grave, el correo se pregunta "¿qué puedo hacer yo, para ayudar, si únicamente soy una persona de la calle?". La respuesta: "Nosotros podemos hacer mucho gracias a la fuerza inmensa que tenemos... una fuerza que cuando cree en sí misma es imbatible". El correo concreta: "Resulta vital que al ir al supermercado, los catalanes tengamos presente los nombres de las empresas lecheras que boicotean a Cataluña". La consigna: "Nosotros consumimos, nosotros escogemos. Y, si conviene, boicoteamos". Por lo demás, el correo habla del "apoyo militante de la sociedad catalana" y de un "producto creado, pensado, etiquetado y dirigido al mercado catalán". Finalmente, quien envía el mensaje añade, a modo de presentación, lo que sigue: "Difundidlo, que por lo menos lo sepan todos... a partir de aquí haced lo que creáis más oportuno, ¿nos defendemos o miramos hacia otro lado?".

Como habrán observado, se trata de una historia que narra las desventuras de una empresa lechera catalana que tiene problemas con sus clientes. El comprador atornilla al productor lechero y paga poco. Cosa, por cierto, bastante habitual en el mundo de los negocios. A partir de ahí –la propaganda nacionalista lo aprovecha todo-, surge el relato analógico o metafórico –implícito, pero evidente- de una España que "aniquila", "hunde", "discrimina", "humilla" y "escarmienta" a Cataluña. Una España sin "ninguna voluntad de llegar a acuerdos". ¿Todo eso –todo ese lenguaje-, les suena? ¡El proceso! ¿Les suena que sea un político de CiU el que planta cara a quienes "perjudican" a las empresas catalanas? ¿Les suena que –para superar el conflicto con quien maltrata- se apele "a la fuerza inmensa que tenemos" que es "imbatible"? ¡La movilización de la "persona de la calle" que impulsa el independentismo! En este sentido, el "escogemos" y "boicoteamos" del correo equivale al "votemos" en un referéndum de autodeterminación y si la consulta no se celebra verán ustedes de lo que somos capaces. Y ahí está la tramposa y manipuladora pregunta final –un chantaje inmoral en toda regla que genera mala conciencia en quien disienta del relato: el texto señala con el dedo al lector, que invita a defenderse –"apoyo militante", se lee en el correo- o a ser un egoísta antipatriota que, objetivamente hablando, favorece el interés del Otro. De la "oligarquía castellana", por utilizar la terminología del CNN. Seguro que eso también les suena. Una cuestión que –lo confieso- no tengo resuelta: ¿existe una leche "creada" y "pensada" para el ciudadano catalán? ¿Quizá un rasgo diferencial de la identidad catalana en el cual no habíamos reparado hasta ahora? ¡La leche!