Pensamiento

El Supermástil vuelve a 'La seva'

12 junio, 2014 09:05

El Supermástil de titanio que algún día servirá de soporte a la bandera estelada más grande de la Vía Láctea, y su legítimo propietario, Joel Joan, han vuelto a su casa, a ‘La seva’, a esa televisión patriótica que pagamos todos, pero que solo sirve a la raza superior, a esas personas clarividentes que han superado la miopía del unionismo y el autoodio, y que merecen un medio de comunicación digno de su elevada altura de miras.

Todo lo que cobre Joel es poco, porque cuando tu único desvelo es servir honestamente y desinteresadamente a tu patria, lo que menos importa es el cofre lleno de maravedís que te den

Tan elevada, suponemos, como la factura que la productora de turno nos habrá cobrado a todos los catalanes para poder gozar de ese peazo ‘crack’, de ese actor y director digno de un Óscar, de un Goya, de un Gaudí, de un Ozores (el premio de la futura Frikicinema Cinema Academy). Todo lo que cobre Joel es poco, porque cuando tu único desvelo es servir honestamente y desinteresadamente a tu patria, lo que menos importa es el cofre lleno de maravedís que te den.

Se ha solucionado una injusticia. Todo patriota que se precie ha de tener programa en TV3. Lo que nos indigna es que junto a Toni Soler, Mikimoto, Jaume Barberá y el Gran Supermástil de Titanio no le creen un espacio a Núria Feliu. ‘De Sants a la independència’ o ‘La Marató de cremar contenidors’ podrían ser dos opciones que satisfarían a la musa más importante del pujolismo sociológico, el pal de paller ideológico más respetado por su superioridad moral e intelectual.

Cataluña avanza decidida hacia su plena realización nacional. Y Joel, Toni, Mikimoto, Jaume y, espero, Núria, nos guiarán desde las pantallas de la, deseo y espero, única televisión en el futuro espectro comunicativo catalán hacia nuestra salvación. Gracias a ellos los unionistas que sufrimos autoodio no tendremos miedo a la habitación 101 del futuro Ministeri de la Veritat. TV3 nos ha convertido en unos yonkis del horror, y cuando triunfe el ‘procés’, cada vez que veamos un retrato del Big Brother Mas lloraremos de emoción y nuestras almas soñarán en clave estelada. Seremos felices.