Que Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España, y Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, no coinciden en su línea política no es un secreto. Sus discrepancias han sido muchas. Sus encontronazos, bastantes. De su encuentro en Medina del Campo para comer y discutir sobre el futuro de Herrera o buscar un sustituto se ha escrito y hablado bastante. Herrera se negó a seguir al mando de la Comunidad Autónoma si tenía que seguir las directrices de Mariano o su lugar-teniente Martínez Maíllo. No le gustan ni uno, ni otro. Total, Herrera se va y aparece Fernández Mañueco, de la cuerda de Maíllo, en vez de Rosa Valdeón, de la cuerda de Herrera. Cuentan por el Campo Grande, delante del colegio de los agustinos, que Herrera se puede ir antes de las elecciones autonómicas. Está hasta la coronilla.

Pues el último encontronazo ha sido el cierre de la central de Garoña. Herrera ni apareció en la rueda de prensa para comentar la medida adoptada por el ministro de Energía, Álvaro Nadal. No fue. Mandó a su segundo, José Antonio de Santiago, para dejar claro que se oponen al cierre de la central. Lo consideran “una tropelía y un hachazo” para los intereses de la comunidad de Castilla y León. Y a Mariano y a Nadal les da igual pues la comunidad es sufrida y pacífica. No habrá jaleo ni manifestaciones. Una comunidad sumisa a todo lo que le impongan. Pueden hacer lo que les venga en gana, al final gana el PP, como siempre. Pues así le va. A la cola. Nadando en la miseria están sus pueblos. Deshabitados y muriendo deprisa. Sin vida y sin futuro.

Parece ser que Herrera le remitió una carta a Mariano Rajoy quejándose por el abandono de la comunidad. Da igual. Mariano ni responde. ¿Y los puestos de trabajo que se pierden? A Mariano le da lo mismo. O sea, se la suda, como diría Pablo Iglesias. Está de vacaciones y con dolor de espalda. Será por el tiempo que hace en Galicia, que parece que también lo domina Mariano. Coño, viene Mariano y hace bueno; se va Mariano a las Baleares y no hay dios quien salga a pasear por Playa América, en Nigrán, por el molesto y frío aire que hace. También domina el tiempo gallego.

La movida de las eólicas puede afectar a los electores. Sería la bomba perder Castilla y León. El fortín que le queda al PP. Herrera se puede ir antes de tiempo. Está decepcionado. Y cabreado. Muy cabreado

Herrera lleva un tiempo molestando. Este veterano presidente, de cuando Aznar, con cinco mandatos consecutivos, está cansado de las directrices de Madrid. Ni Soraya Sáenz de Santamaría, la Triple S, se ha interesado nunca por la comunidad de Castilla y León. Parece mentira, siendo de Valladolid. Obedece a Mariano. Y esa comunidad es un terreno seco y sus ciudadanos duros y serviles. Así les va. Y de esa manera también se va Herrera. Paso atrás. Pasen los siguientes. Maíllo y Mañueco. Pero cuidado. Herrera ya necesita a Ciudadanos para gobernar. Se le fue la mayoría absoluta. Cuidado. En las próximas elecciones puede que los ciudadanos castellanoleoneses les den la mayoría a otros grupos. Les estaría bien empleado a Mariano, Maíllo, Mañueco y todas las emes del PP. Ya no estará Herrera. Le ha pasado factura su sinceridad con Mariano. La sugerencia a Mariano de que “se mire en el espejo” no se lo perdona. Mariano no perdona. Tritura cualquier contradicción. Cuidado con Mariano. No conoce la palabra perdón.

La línea de Herrera en la comunidad la han cortado en seco. Ni Valdeón, enemiga de Maíllo; ni Antonio Silván, alcalde de León; ni Pablo Casado, propuesto por Herrera cuando amenazó con largarse a su casa. Fernández Maíllo, de Zamora, con muchos intereses en la comunidad, impuso a Mañueco. Valdeón le discutía día sí, día también. Mañueco todo son reverencias. De momento. Ahora es el candidato, mañana puede ser el presidente. Pasado mañana puede revelarse contra tanta sumisión de la comunidad. La más sometida y explotada desde los tiempos de Aznar. Ya iba dinero de la comunidad para Madrid para tapar agujeros. Ahora, la movida de las eólicas puede afectar a los electores. Sería la bomba perder Castilla y León. El fortín que le queda al PP. Herrera se puede ir antes de tiempo. Está decepcionado. Y cabreado. Muy cabreado. Con Mariano, con Maíllo y con Mañueco. No comulga con ninguno.