Por fin termina el juicio. Largo ha sido. Deseamos no esperar mucho tiempo por la sentencia. Dicen que se dará a conocer en octubre. Otoño. Será un otoño calentito, por lo menos en Cataluña. Si el president Quim Torra le añade la convocatoria de elecciones la temperatura subirá al nivel de hace dos años. Dos años ya han pasado. Parece que fue ayer, pero van dos años del llamado por la Fiscalía como golpe de Estado. Aquellos días del 6 y 7 de septiembre de 2017 fueron algo tremendo. Fin de las garantías constitucionales, fin del Estatuto de Cataluña y proclamación de la República catalana. Mucha historia para contar. Muchos acontecimientos para juzgar. Le toca al Tribunal Supremo. Quedamos a la espera. Tras las vacaciones de verano que sino puede pasar desapercibida la sentencia. Mejor en otoño. La sentencia de otoño. Se caerán la hojas de los árboles y las ilusiones independentistas de muchas cabezas. Toca esperar.

Mientras se espera, disfrutamos de un final de juicio animado. La Abogacía del Estado ha contradicho, de nuevo, a la Fiscalía. Parecen navegar por ríos distintos. Preocupan sus enfrentamientos. Algo debe fallar en las alturas. O no obedecen al mismo amo. La Abogacía ha respaldado a Junqueras para que salga de prisión a recoger el acta de diputado. Peligro. ¿Qué busca la Abogacía del Estado? ¿A quién obedece? Si Junqueras recoge el acta de eurodiputado adquiere la inmunidad. Fin del juicio. Junqueras queda libre. Se paró el juicio del procés. Vuelta a empezar. No, por favor. Otra vez, no. ¿A quién obedece la Abogacía del Estado? Si obedece a la ministra de Justicia en funciones quiere decir que el Gobierno persigue la libertad de Junqueras. Para negociar. O ya está negociado el futuro. Todo puede ser. Tocar esperar.

Rosa María Seoane, la abogada del Estado jefe de lo penal, sostiene su posición en el antecedente que permitió que el propio Junqueras y el resto de diputados presos pudieran acudir al Congreso a cumplimentar con los trámites para ser parlamentarios y asistir a la sesión constitutiva de las Cortes. El circo de hace unos días. ¡Qué leyes tenemos! Más antiguas que las pirámides. Pero el Congreso no se inmuta. Los diputados van a negociar sus cargos y al país que le den. Nada de actualizarlas. Nada de proyectos de leyes para vivir en el siglo XXI. Así ocurre lo que ocurre. Que la Fiscalía va por un lado y la abogacía del Estado por otro.

Dice la Fiscalía que autorizarle a adquirir la condición de eurodiputado “supondría abrir un escenario en el que podrían producirse interferencias absolutamente irrazonables en el ejercicio de la función jurisdiccional”, pues otorgaría al poder legislativo, en el este caso el Parlamento Europeo, una función de “revisión” o “control” sobre el judicial. La inmunidad parlamentaria se convertiría así en un “privilegio” o “derecho particular” de determinadas personas, explica la Fiscalía, que recuerda además que el juicio oral casi ha concluido y que el dictado de la sentencia “no puede sujetarse a condición alguna”.

Así han sido los últimos días del juicio. Así ha finalizado. Así hemos pisado estos lodos formados tras las lluvias otoñales del Gobierno de Mariano Rajoy. Nadie actuó contra el primer referéndum de Artur Mas. Nadie actuó en los días señalados de septiembre. Y llegó el 1 de octubre con otro referéndum. Y llegó, --tarde, mal y nunca--, la aplicación del 155, usado sólo para convocar elecciones y desaparecer. Eso hizo Mariano Rajoy y su enviada especial a Cataluña, Soraya Sáenz de Santamaría, la Triple S, hoy de Cuatrecasas. Largos paseos se dio la dama por Barcelona y largas siestas en su habitación. Se supone que para descansar de los paseos. Pero efectividad política, ninguna. Sólo querían largarse. Como luego hizo Mariano con la moción de censura. Desaparecer. Ahí os dejo el problema.

El problema toca solucionarlo. Fin de juicio. Esperar la sentencia. Sea cual sea, dura o blanda, justa o injusta, se prepara un otoño caliente en Cataluña. El cambio climático tiene estas cosas. Calor en invierno. Calor en los fiscales Zaragoza y Moreno al escuchar al abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero, dando un baño de realidad al procés y desmontando las acusaciones de la Fiscalía. “¿Qué clase de rebelión armada es aquella a la que vas sin armas y por tanto no puedes deponerlas y conseguir un atenuante?”, se preguntó Melero. Una ausencia. Al fiscal Maza, fallecido, no se le ha mencionado en todo el juicio. Sorprendente. Toca esperar la sentencia. Por fin, el juicio ha llegado a su fin. Sólo falta lo principal. La sentencia.