Laila Gohar: comida, arte y fenómeno de Instagram
Esta reconocida chef y artista egipcia afincada en Nueva York se dedica a crear experiencias culinarias multisensoriales en todo el mundo
23 octubre, 2022 00:00En un restaurante es habitual que a uno le sirvan la mantequilla fresca cortada a dados, pero si es Laila Gohar quien se encarga de presentar la comida en la mesa, quizás aparezca en forma de flor, del David de Miguel Ángel, o de pollo.
Nacida en 1988 en El Cairo, Egipto, Laila Gohar es hoy una de las chefs y artistas culinarias más solicitadas del momento en el mundo de la moda y el diseño, y le llueven los encargos cuando se trata de servir cenas de gala, inauguraciones y celebraciones de alto nivel en ciudades como Nueva York, Londres, París y Milán.
Los restaurantes, lugares cómodos
Con un estudio de diseño propio (Gohar World) y cerca de 250.000 seguidores en Instagram, sus creaciones con comida o con forma de comida, desde vajillas y mantelería, a velas y accesorios de mesa, pasando por instalaciones artísticas y creaciones específicas para marcas de moda como Gucci, Prada y Hermès, han logrado elevar algo tan básico y funcional como los alimentos a una experiencia estética y sensorial.
“Los restaurantes, por su diseño, deberían ser lugares para que uno se sienta cómodo. Entras, te saludan, la gente es amable contigo. Pero los espacios donde trabajo no suelen ser así”, comentaba Gohar en una entrevista reciente con The New Yorker. Su trabajo, añadió, actúa como un “rompehielos” instantáneo en este tipo de espacios, desde restaurantes y galerías a desfiles de moda o ferias de diseño. Los invitados dejan de estar al acecho para convertirse en niños. “Empiezan a hablar entre ellos, preguntándose: ‘¿Qué es eso? ¿Puedo comerlo?’”, explicó la artista egipcia.
Instinto de supervivencia
Gohar empezó a desarrollar su pasión por la comida por instinto de supervivencia. De niña, recuerda que no le gustaba nada la comida que preparaba su madre en casa: puré de guisantes flotando en salsa de tomate, carne con el rebozado que se despegaba, tortillas demasiado hechas… Así que ella y su hermana Nadia, su socia en Gohar World, empezaron a colarse de noche en la cocina para preparar platos que les despertaban la curiosidad, como el merengue o el pollo teriyaki, cuya receta sacó de un libro de cocina para niños de Naciones Unidas que corría por casa.
Al terminar el instituto, Gohar, criada en el seno de una familia acomodada y secular, se marchó a Estados Unidos para estudiar en la universidad de Miami. Allí empezó a trabajar en las cocinas de algunos restaurantes y también como ayudante de un artista local, quien le permitía prepararse los almuerzos en el estudio. Sus platos empezaron a llamar la curiosidad de otros artistas, vecinos y amigos, convirtiéndose sus almuerzos en acontecimientos tan populares que llamaron la atención de la prensa local. Más adelante, Gohar se marchó a Nueva York para continuar con sus estudios de comunicación y medios y seguir colaborando con chefs y restaurantes. Pronto abrió su propio negocio de cátering, Sunday Supper, y con la ayuda de un amigo que trabajaba en el mundo de la moda empezó a recibir encargos de grandes marcas y tiendas de lujo, que la llamaban cada vez que organizaban inauguraciones, fiestas o cenas de gala. Sus cáterings, cada vez más experimentales (en una ocasión sirvió una montaña hecha con cinco mil nubes de azúcar para Tiffany) asombraban tanto a los invitados que enseguida aparecían fotos del evento en las redes sociales. Sus clientes quedaban encantados con las creaciones de Gohar, ya que los invitados etiquetaban a la marca y a la artista (@lailacooks), convirtiéndose en publicidad gratis en Instagram.
Un toque surrealista
En los últimos años, las creaciones de Gohar se han vuelto más llamativas y experimentales. En 2019, Galeries Lafayette encargó a la artista el cátering de la inauguración de un nuevo local en Champs-Élysées. Para la ocasión, diseñó una tarta de frambuesas con la forma de un hula hop y esculturas a tamaño real de manos, pies y orejas hechas con mantequilla. También “sirvió” una mortadela gigante que reposaba sobre un podio rosa, un homenaje a la grandeur de los embutidos. En junio de este año, Gohar colaboró con la prestigiosa Feria del Mueble de Milán (Salone del Mobile) con un diseño de mesa inspirado en las perchas y jaulas para pájaros del Egipto de su infancia.
Bautizada por el rapero Drake como la Björk de la comida, muchas de sus creaciones --un cisne hecho de hojas de alcachofa, una cuerda de mozarela trenzada tan larga como una mesa de banquete, una sola rosa dentro de un pez translúcido moldeado con gelatina de champán-- sugieren alguna forma de conexión con los artistas del Surrealismo. El propio Dalí publicó un libro de cocina, Les Diners de Gala, donde aparecían montañas de langostinos, pollos con camisas de fuerza y otras inquietantes composiciones. Sin embargo, Gohar dice estar menos interesada en explotar el inconsciente que en crear momentos de sorpresa y asombro en el invitado.
Estética antimilenial
“Mis creaciones son lo contrario a una pantalla”, dijo la artista a la revista The New Yorker, que define su obra de aspecto táctil y artesanal como un “rechazo profundo a la estética milenial, anónima y afectada por la tecnología, que ha dominado los bienes de consumo en los últimos años”.
Tras una década trabajando para grandes marcas de diseño y moda, Gohar intenta llegar ahora a nuevos mercados. Desde febrero de este año escribe una columna mensual en la revista de fin de semana del Financial Times, How To Spend It, antes un suplemento dedicado al lujo que ahora, bajo el nuevo nombre HTSI, intenta reflejar sensibilidades más profundas y otras prioridades en un mundo cambiante. En sus columnas, Gohar da consejos sobre cómo organizar una cena vecinal en la calle, llevar a cabo un pícnic perfecto libre de plástico o explica por qué está de moda comer pescado enlatado.
Boda y separación
En España, la obra de Laila Gohar sigue siendo bastante desconocida, a pesar de que en verano de 2018 se casó en Andalucía con el diseñador barcelonés Omar Sosa, cofundador de la revista de arquitectura Apartamento. Su boda, que incluyó paseo a lomos de un burro y exhibición de caballos en una plaza de toros, llamó la atención de varios medios del sector del diseño. Desafortunadamente, la pareja ya no está junta.