Las estadísticas dicen que cada día hay más personas que viven solas, no es fácil encontrar una pareja. ¿Razones? De todos los colores: empleos con horarios incompatibles, expectativas no cumplidas, entender que el otro es un freno para disfrutar de la vida, experiencias negativas previas...

Según los psicólogos, el deseo natural de encontrar a alguien con quien compartir nuestra existencia puede transformarse en causa de angustia, cuando no hallamos al adecuado/a. Aconsejan no buscar desesperadamente y, sobre todo, ser siempre uno mismo; no hay que intentar parecer lo que no eres. Añaden que deben trabajarse las dificultades personales, hacer autocrítica y respetar y valorar al otro. Casi nada.

Ante los grandes males, grandes remedios. Habrá que encontrar nuevas fórmulas y para eso está la tecnología. Hemos pasado de las agencias matrimoniales de toda la vida, a buscar el amor de forma virtual en la supuesta intimidad de nuestro ordenador. Hay webs de citas rápidas en las que puedes hablar (y ver) al candidato/a de tres a diez minutos y luego decides si pasas a una relación más personal.

Hemos pasado de las agencias matrimoniales de toda la vida, a buscar el amor de forma virtual en la supuesta intimidad de nuestro ordenador o en programas de televisión

Pero lo mejor es el espectáculo televisivo. En las cadenas de todos los países podemos encontrar diversos formatos, desde padres que buscan novio/a a su retoño y que deciden cuál es el adecuado, hasta un restaurante ficticio que ofrece cenas con un desconocido/a supuestamente compatible contigo, siempre ante las cámaras, y que tras pagar lo que has comido, deberás decidir si quieres una segunda cita. En EEUU, en el programa Conquístame, una chica guapa, con dinero, buena familia e incluso un buen trabajo como ayudante del fiscal quiere encontrar novio entre veinticinco candidatos afines a ella (todos son, cómo no, guapos, ricos, hay hasta un cantante de ópera y un jugador de béisbol). Una no puede evitar preguntarse si tanto ella como ellos necesitan salir en televisión si tantas cualidades tienen. Las malas lenguas dicen que en estos programas todos son actores o personas que quieren promocionarse y ganar un dinero.

Por seguir con los psicólogos, algunos dicen que lo mejor es conocerse en ropa interior porque aquí ya no caben subterfugios: te sobran quilos, tienes arrugas, haces visibles todos tus defectos, pero como la otra persona está igual que tú, te sientes más vulnerable y explicas más cosas que si estuvieras vestido. Y dicho y hecho, hay un programa en el que ponen a una pareja en dicha situación. Primero vestidos, y cuando empiezan los treinta minutos que dura la cita, se quitan la ropa uno al otro y deben pasar a una cama de sábanas blancas con una pantalla delante en la que aparecerán mensajes tales como “dale un masaje”, “abrazaos durante treinta segundos”, “¿qué estáis sintiendo?”, “beso esquimal”, y así sucesivamente. Acabado el tiempo, hay que decidir, si quieres una segunda cita con esa persona. Lo malo es cuando uno dice que sí y el otro que no.

No acabo de ver que todo este circo sirva para hallar a la persona que estás buscando, ni tampoco como entretenimiento. Quizá sea una buena ayuda para los que padezcan de insomnio; para el resto, creo que podemos prescindir de la cita espectáculo.