¡Ay! Lo que se le viene encima a Mariano Rajoy. Dicen que está dormido. Bueno, debe dormir con un ojo abierto, como las liebres. Porque está al tanto de todo lo que sucede. Pero no actúa, que es lo que le piden parte de sus seguidores. Otra parte de la sociedad prefiere que no actúe, que siga dormido, aunque lo haga con un ojo abierto. Pero son tantos los problemas de esta España que gobierna que un grito se está apoderando de las calles de España. ¡Despierta, Mariano! Es hora de levantarse. Es hora de actuar.

O no. Puede que la filosofía mariana de "dejar pasar el tiempo que todo lo cura" dé resultados. Puede. O no. Cualquiera sabe. Lo que sí es cierto es que hay tensión, hay nervios entre los ciudadanos. Por la calle, por los bares. En el mercado de abastos, en la frutería o el estanco. Nervios. Todo el mundo habla de Cataluña. ¡Vaya! Lo que nos faltaba. Que el ciudadano de la calle esté intranquilo por el tema catalán. Con lo de problemas que tiene el país, como el paro, las pensiones, la sequía y la izquierda dividida. Bastante problema es que no haya oposición en el Parlamento. Pero grande es el problema que el partido en el poder no tenga ideas ni propuestas que llevar al Parlamento. Y que el Gobierno sea un Gobierno apagado, sin ideas, quemado. Más que ministros hay muñecos de feria. No se enteran lo que quieren los ciudadanos, los visitantes. Y encima de todo ha estallado el problema catalán. Como en 1934. La historia se repetirá o no. Depende de Mariano. Por eso los ciudadanos quieren acción. ¡Despierta, Mariano!

El 1-O está a la vuelta de la esquina. ¿Habrá referéndum? Depende de Mariano

El 1-O está a la vuelta de la esquina. ¿Habrá referéndum? Depende de Mariano. Puigdemont quiere pasar a la historia siendo presidente de la República Catalana, aunque sea por dos horas. O cuatro. Y de Mariano depende abortar la declaración de independencia unilateral. Primero hay que abortar el referéndum. Y depende de Mariano. Es su reválida. La historia le juzgará por esto. O será el gran fracaso de Mariano. El fracaso será tremendo. Las consecuencias, pésimas. Para Mariano y para los españoles. También para los catalanes.

Se está terminando el tiempo. Fin de las palabras con buena intención. Fin de discursos y rollos de nacionalidades como predica Pedro Sánchez. Llegan los hechos. La realidad. Ya está aquí y Mariano sigue con un ojo cerrado. No se sabe si duerme o aparenta. Pero la Ley de Referéndum ya está firmada. ¿Responsable todo el Gobern o sólo el president? En cualquier momento se firma la Ley de Transitoriedad Jurídica. Que se celebre la Diada en todo su esplendor. Que no falte de nada. Porque alguna sorpresa habrá por parte de Puigdemont. No se va a quedar de brazos cruzados. Ni dormido como Mariano. Muchos temas, presidente, como para que estés todavía bostezando.

Y no hablamos, o escribimos sobre los problemas nacionales, de la vida diaria. El paro ha crecido demasiado y tu ministra Báñez sigue cantando al sol. No se entera y tú la mantienes en el cargo. Lo de salir de la crisis cuéntaselo a las clases humildes y verás cómo te responden. Salarios y desempleo. Dos patas del banco que están rotas. Sin mencionar la corrupción que salpica a tu partido, Mariano. De sanidad y educación mejor no hablamos en este comienzo de curso. Miles de profesores fuera. Miles de médicos, enfermeros, ayudantes, etc., fuera. Las pensiones se han quedado sin el colchón. Lo has gastado, Mariano. Había más de 64.000 millones. Herencia de Zapatero, y mira que lo hizo mal. Pero dejó herencia y tú lo has quemado, Mariano. No mencionamos la inmigración, la inseguridad, los recortes, los partidos o la juventud. Demasiados temas, Mariano. Por cierto, ¿tiene usted Gobierno? No se le ve. Otro tema importante. La mitad de sus ministros están fuera de lugar y de silla. Desastre. Se pide a gritos un cambio de Gobierno, Mariano.

Despierta o entre unos problemas y otros la vida diaria te puede comer. El otoño se olfatea caliente. Muy caliente. Y no hemos empezado. Que el amanecer del dos de octubre te encuentre despierto. Y duchado. Muy despierto, Mariano.