Marc Murtra, socio fundador de Crea Inversión / CG

Marc Murtra, socio fundador de Crea Inversión / CG

Pensamiento

Marc Murtra: “Barcelona compite contra sí misma, contra las inercias administrativas”

Socio de Crea Inversión, el analista señala que las organizaciones empresariales se han centrado en buscar un acomodo con la Generalitat y la sociedad civil movilizada "principalmente independentista"

22 diciembre, 2019 00:00

Marc Murtra (Blackburn, Reino Unido, 1972), es uno de los termómetros de lo que ocurre en el ámbito tecnológico y económico en Barcelona. Es, junto a Marcel Prunera, y sus socios de Madrid y Pamplona, socio fundador de Crea Inversión, una firma especializada en operaciones corporativas y búsqueda de financiación. Trabajó como director general en los gabinetes de los ministros de Industria, entre 2006 y 2011, y mantiene la conexión con el nervio económico de la ciudad. En esta entrevista con Crónica Global, Murtra señala que, pese a tener entre el 50% y el 60% del ecosistema digital español, la falta de dirección política y empresarial ha dañado la imagen de Barcelona. “Barcelona compite contra sí misma, contra las inercias administrativas”, asegura, para criticar a las organizaciones empresariales, que, a su juicio, han estado más pendientes de tener un buen “acomodo” con la Generalitat, desde el inicio del proceso independentista, que de liderar los procesos de modernización que necesita la economía catalana.

--Pregunta: Usted es buen conocedor de la actividad de las empresas tecnológicas en Barcelona. ¿Dónde está la ciudad, con quién compite?

--Respuesta: La ciudad está en un buen momento respecto al sector tecnológico y el mundo de los emprendedores. El sector tiene un buen tamaño, aunque sea sensiblemente más pequeño que el de otros grandes centros como Londres, Berlín o París, y crece rápidamente. Como referencia podemos pensar que Londres ha producido 17 unicornios (empresas valoradas en 1.000 millones de dólares); Berlín, siete; París cuatro; y Barcelona acaba de ver nacer a su primer unicornio, Glovo. En cuanto al ecosistema digital en general, es cada vez más profesional, y eso incluye a emprendedores, inversores, asesores y clientes. Nosotros creemos que el sector crece más o menos un 35% al año. Sin embargo, Barcelona compite, sobre todo, contra sí misma, o sea contra las inercias administrativas, empresariales y de consumo que cuestan cambiar. Somos una sociedad conservadora y más bien desconfiada. Se ha podido ver con Cabify y el Taxi. Y es necesario decir, por ello, que si no se cambian las cosas con empresas de origen local se acabarán cambiando con empresas de origen lejano. Barcelona también compite, aunque menos de lo que dice la intuición, con Londres, París, Berlín y Madrid.

--¿Considera que Barcelona debe dejar de compararse con Madrid, que son dos modelos económicos diferentes?

--Compararse en términos emocionales o de competencia tribal no es demasiado útil y es contraproducente. Compararse para entender las dinámicas que nos llevan a mejorar, en cambio, es útil. También es positivo si es para entender cuál es el potencial de tu ciudad. A mí lo que me gustaría es que las ciudades se comparasen sobre todo desde la fraternidad y sabiendo que el triunfo de una alimenta el de la otra. Los modelos de las dos ciudades son diferentes. Simplificando diría que en términos empresariales en Madrid hay claramente muchas más grandes empresas y más conocimiento financiero sofisticado. Madrid ha tenido éxito económico en las últimas dos décadas, y vemos como su PIB ha alcanzado a Cataluña y este fenómeno no se debe sólo por los presupuestos públicos. En Barcelona hay más emprendedores, y sigue habiendo un tejido de pequeñas empresas poligoneras que son muy competitivas y exportadoras. Las exportaciones catalanas suponen un 25% de las exportaciones españolas cuando Cataluña supone un 16% de la población española. Y eso se debe también destacar.

--¿Hay una gran diferencia entre el mundo de los inversores, que buscan oportunidades, y talento, y la percepción que maneja el poder político, de que Cataluña, y Barcelona en particular, pueden perder peso por la situación política y lo que ha ocurrido en los últimos años con el proceso independentista?

--Según veo, oigo y me dicen a menudo en el resto de España, sí. Lo dan como un hecho fehaciente. Dan por supuesto que Barcelona y Cataluña van a perder peso. No detecto ninguna alegría sino incomprensión y tristeza. En cuanto a los inversores extranjeros, no tienen una opinión desarrollada al respecto y no creen que Barcelona vaya a perder peso. En mi opinión, no obstante, el procés no ha sido gratis y por tanto sí vamos a pagar un precio, lo que implicará perder peso.

Marc Murtra, presidente de Indra / CG

Marc Murtra, presidente de Indra / CG

--¿Qué busca un inversor, y qué busca un emprendedor, un creativo, en un mundo en el que compiten las grandes ciudades?

--El inversor busca invertir su dinero en una compañía para ganar dinero. Simplificando, quiere comprar acciones baratas y venderlas caras. En general el inversor analiza las compañías en función de cómo creen que van a generar caja en el futuro, ya que eso marcará la valoración presente y futura. Para ello analizan ¿van a tener mercado? ¿podrán reclutar talento? ¿Conocimiento? Si la compañía se mueve en un entorno en el que los clientes consumen, hay personas con experiencia y hay asesores buenos, es mucho más probable que crea que la compañía generará caja. Los emprendedores buscan un ecosistema que les acompañe en forma de amigos, otros emprendedores, inversores y conocimiento, pero también buscan calidad de vida en términos de ciudad y diversión. Y en esto Barcelona compite muy bien.

--La economía catalana ha aguantado en los dos últimos años. Los porcentajes de crecimiento no distan de lo que ha pasado en el resto de España. Pero, ¿se puede hablar de lucro cesante, de lo que podría haber ocurrido, o son intangibles muy difíciles de calibrar?

--Sí, el término sería coste de oportunidad. Se ha perdido riqueza concreta, por ejemplo, en turismo, con sedes de empresas que se han ido y por el hecho de que casi toda la Generalitat ha ignorado la gestión de sus responsabilidades. También se ha debilitado la marca Barcelona y se han roto confianzas que tendrán un impacto real en el futuro. Creo que esto será tangible y medible. Si no se pudiese medir significaría que el impacto no ha sido grande. Veremos. Yo deseo que no haya impacto.

--¿El entorno institucional y financiero es el adecuado en Barcelona y Cataluña, o la clase política en su conjunto se ha dormido sin pensar la velocidad con la que compiten el resto de territorios?

--Ha habido algunas iniciativas institucionales que han funcionado muy bien, como, por ejemplo, el ICF, Barcelona Activa, algunas iniciativas de Acció10 y algunas Direcciones Generales muy efectivas. Ahora, más allá y en general, el entramado institucional y político se ha deteriorado en cuanto a políticas industriales y políticas de mejora competitiva y, hoy, aparte de anunciar tópicos e impulsar actuaciones de bajo riesgo, no hay un trabajo efectivo para ayudar a competir.

--¿Debería Cataluña situar dos o tres cuestiones y especializarse en ellas para que tiren del resto de la economía?

--No creo que las administraciones deban intentar escoger a sectores ganadores, aunque sí debería ayudar a reforzar sectores que ya han demostrado que funcionan para que tiren del resto. Yo sugeriría apoyar al turismo, en el que somos una potencia mundial y es un sector que necesita infraestructuras, regulación y seguridad. También apoyaría al boyante sector digital, que está llamado a tener un gigantesco impacto futuro. En el ámbito digital nosotros creemos que entre el 50% y el 60% del ecosistema digital español está en Barcelona. También reforzaría el sector agroalimentario, que ha demostrado tener una grandísima importancia y dinamismo.

Marc Murtra, socio fundador de Crea Inversión / CG

Marc Murtra, socio fundador de Crea Inversión / CG

--Uno de los ámbitos que es objeto de un debate constante es el turismo. ¿Es compatible el crecimiento del turismo, y no sólo en ciudades como Barcelona, con el día a día y las políticas públicas que se prestan a los ciudadanos que viven en ellas?

--Creo que sí es compatible si se gestiona correctamente. La demanda de turismo tendrá que ver con la oferta. Si la oferta se gestiona en términos de calidad, distribución y precio, debería ser compatible con la generación de riqueza y la convivencia con los que vivimos en Barcelona.

--Siempre hay un riesgo de pecar de pesimista o de optimista. Pero, ¿en qué liga juega Barcelona y Cataluña y en qué liga podría jugar, aceptando las limitaciones, pero sin minusvalorar las potencialidades?

--Barcelona y Cataluña son zonas que objetivamente han prosperado mucho en los últimos 50 años. A finales de los 80, y con motivo de los Juegos Olímpicos y un potentísimo proyecto de ciudad, Barcelona pasó a competir y a ser comparada con las ciudades más punteras del mundo. Nunca llegó a ser equivalente a Nueva York o Londres, pero sí era copiada, respetada y listada como una gran ciudad. Ahora ya no es el caso y la Barcelona actual ya no es fuente de inspiración. Pero bien gestionada Barcelona podría volver a ser una ciudad en ebullición, con ideas y crecimiento.  

--¿Qué papel deben tener las organizaciones empresariales y los lobbies económicos para ser una economía puntera? ¿Han asumido todas sus responsabilidades?

--Cuando funcionan bien, tienen un papel relevante, aunque no crucial. Pueden ayudar a interaccionar con los poderes públicos, a influir en la opinión pública y a ayudar a las empresas dando, por ejemplo, formación, información y espacios de encuentro. En los últimos diez años, hasta donde yo he visto, las organizaciones empresariales han renunciado a interaccionar con los poderes públicos e influir en la opinión pública y se han centrado en buscar un acomodo con la Generalitat y la sociedad civil movilizada, que era principalmente independentista. Esto, en mi opinión, ha sido una mala actuación.

--¿Considera que, si se forma Gobierno, se puede establecer algún tipo de puente con el independentismo?

--Sí, creo que se debería intentar, por motivos éticos y prácticos. En esta sociedad vivimos todos e ignorar al contrario es una irresponsabilidad y dejación de funciones. Los problemas no siempre se solucionan solos y la responsabilidad principal de los partidos políticos es solucionar problemas políticos, y la división y el envite independentista es un problema político y no veo cómo se puede solucionar si no hay comunicación entre las partes. Algunos creen que comunicar es simplemente ceder y no estoy de acuerdo con ellos. Además, establecer puentes genera empatía, entendimiento y hasta confianza y todo esto ayuda a encontrar soluciones a problemas complejos.

--¿A qué ha obedecido a su juicio el movimiento independentista? ¿Es Cataluña un laboratorio de muchos fenómenos que ocurren en otras partes del mundo?

--Creo que ha sido el resultado de una gigantesca crisis económica, de una acumulación de ofensas, de una financiación injusta, del oportunismo de algunos líderes y del idealismo poco contrastado de muchos activistas. Y no, no creo que Cataluña sea un laboratorio, ni que esté en una posición más avanzada, ni que sea un espacio predictivo ni nada de eso.