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Rosa Cullell opina sobre el lema Ara toca Catalunya, del PSC

Rosa Cullell opina sobre el lema "Ara toca Catalunya", del PSC Fotomontaje CG

Pensamiento

Ahora toca España

"Nadie duda que el PSC apoya y responde a las peticiones del Gobierno de Sánchez, pero muchos españoles, incluidos catalanes, creen que 'ara no toca Catalunya'. Entre ellos, un buen número de socialdemócratas"

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Resistir es la consigna del Gobierno. A Pedro Sánchez le sobran los motivos para dimitir, pero quiere ganar tiempo. El acoso a las mujeres en Moncloa, en ayuntamientos y otros organismos ha sido la puntilla al espectáculo de corrupción chulesca ofrecido por Ábalos, Cerdán, Koldo, Leire y otros miembros del sector negocios.

El presidente del Gobierno español sabe que sólo conseguirá oxígeno pagándolo cada día más caro. O sea, llegando a nuevos acuerdos con partidos independentistas catalanes y vascos contrarios al Estado español. Le da igual.

Cuánto podrá aguantar, se pregunta el país entero. La resistencia numantina de Sánchez no tiene fecha. En Numancia, la mayoría de la población ni siquiera murió luchando contra Roma, se suicidó. En este mismo siglo, el socialismo ha ido desapareciendo en Francia, Italia y Grecia. Ha perdido el Gobierno en el vecino Portugal o en los lejanos Finlandia o Chile. La debilidad y falta de peso del Gobierno de Sánchez es visible en cada votación de la UE, en cada foto de los líderes europeos (donde no sale).

La siguiente travesía por el desierto del socialismo puede acabar siendo a través del fango, no de la arena. Tras haberse cuestionado la Constitución, también la separación de poderes dentro del Estado, además de insultar a la justicia, qué podíamos esperar. Hoy, el Gobierno del Estado presume de crecimiento económico, pero los funcionarios ya cobran más que el resto, el salario medio baja, miles de autónomos protestan por la asfixia que sufren las empresas y los jóvenes más preparados, médicos incluidos, se van a otros lugares para progresar. Los que se quedan, dicen las encuestas, piensan votar a nuevos partidos, radicales o extremos, a izquierda o derecha.

En realidad, estamos ante lo que se conoce como “crecimiento falso”. La baja productividad, el estancamiento del PIB per cápita y la alta deuda pública cuestionan el modelo del sanchismo como antes dejó en evidencia al de Zapatero, ahora convertido en asesor e intermediario del presidente. Fuimos los últimos en salir de la crisis financiera de 2008; también fuimos los últimos en recuperar el nivel económico pre-Covid.

El mayor problema de esta legislatura sin fin cierto es que el Gobierno socialista depende, cada vez más, de la izquierda y del nacionalismo más radical, además del menos inteligente y preparado de la historia de la democracia española. Con sus líderes, como ya se ha anunciado, pactará lo que haga falta. Los vascos herederos de ETA, ahora en Bildu, exigen un trato semejante al que antaño y siempre tuvo el PNV. O sea más, mucho más. En Cataluña, Oriol Junqueras aspira a mantener su silla de presidente de Esquerra; los suyos conservan innumerables puestos en la Administración de Cataluña. El líder, cuestionado por las bases de ERC, ya tiene hora con Pedro Sánchez para después de fiestas.

Los de Junts, mientras, llaman mentiroso al PSOE y no encuentran líder para competir con la nueva derecha catalana, la de Silvia Orriols. ¿Qué será de Puigdemont? Por el momento, el PSC de Salvador Illa pide en voz bien alta su amnistía, única forma de obtener el apoyo neo-convergente al Gobierno socialista de España.

Más me ha sorprendido que el PSC haya pensado que es una buena idea copiar la frase preferida de Jordi Pujol: “ara toca” o “ara no toca”. El líder de CiU la utilizó durante 23 años para decirnos cuándo podíamos hablar y cuándo callar. Entiendo que quiera mostrar su respeto al enfermo y viejo nacionalista, incluso que le invitara a un café para charlar en el Palacio de Pedralbes, pero imitar sus modos, su vocabulario, parece excesivo en este momento. Justo cuando empieza el juicio a la “famiglia”.

Este mismo lunes, la presidenta de la Diputación de Barcelona, la socialista Lluïsa Moret, dio una rueda de prensa delante de una pancarta que advertía: “Ara toca Catalunya”. Acompañada de ese mensaje pidió a los socios de Sánchez (a la izquierda que ni puede ni suma, también a los independentistas) que mantuvieran su apoyo “porque el Gobierno funciona”.

Nadie duda que el PSC apoya y responde a las peticiones del Gobierno de Sánchez, pero muchos españoles, incluidos catalanes, creen que “ara no toca Catalunya”. Entre ellos, un buen número de socialdemócratas. Ahora, toca España.