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Rosa Prat, concejal de ERC en Breda

Rosa Prat, concejal de ERC en Breda

Pensamiento

Rosa Prat, un ejemplo para todos, todas y 'todes'

"Hasta ahora, era, además de concejal por ERC en el área de Salut, Benestar Social i Esports, secretaria de organización y formación del sindicato de enfermeras Satse, y además ejercía como educadora en la Universitat de Girona"

Publicada

Con estupor leí ayer una noticia que publicó Aida Torrubia en este diario:

La teniente de alcalde de Breda Rosa Prat acumulaba tres empleos dentro de la Administración pública. Sometida a investigación por este dizque abuso, y determinado, por el Institut Català de la Salut, que estaba cometiendo un fraude de ley, ha tenido que renunciar a uno de ellos. 

Hasta ahora, era, además de concejal por ERC en el área de Salut, Benestar Social i Esports, secretaria de organización y formación del sindicato de enfermeras Satse, y además ejercía como educadora en la Universitat de Girona, en la especialidad de enfermería.

Su ejemplar laboriosidad nos daba a todos una lección. No hay que acomodarse en tu puesto de trabajo y esperar a que pasen las horas para poder irte a casa y apoltronarte ante la tele con una cerveza para ver First dates, que es lo que sin duda haces. Si te da la vida, ¡aprovecha para buscarte otro curro y redondea tus ingresos!

Cómo lograba ella compaginar tres tareas sin duda tan exigentes es cosa digna de admiración. Debía de robarle horas al sueño. ¡Debía suprimir la “hora del desayuno”, y suprimir la “hora del cafetito” y la hora del pitillito --¡cuán gratamente abrevian esos momentos de descanso la monótona mañana del funcionario!--, iría como una lanzadera de un puesto de trabajo a otro! ¡Pobre Rosa!

A raíz de las investigaciones del mencionado Institut, la laboriosa concejala ha renunciado a su empleo en el sindicato. Parece que había algunas posibles incompatibilidades, al estar a los dos lados de la barrera en posibles conflictos consistoriales: por un lado, tendría que ponerse a favor del ayuntamiento, pero por el otro, dando caña sindicalista a ese mismo ayuntamiento.

Eso, naturalmente, en caso de que en el momento del conflicto no estuviera ausente de Breda, impartiendo alguna clase en Girona… 

Cuesta de entender la cosa, pues en el sector privado el pluriempleo es muy habitual. ¿No puede serlo en el público? ¿Por qué habéis de cortarle las alas a Rosa Prat?

Pilar Rahola, que cobraba 5.000 euros al mes por estar 15 minutos de lunes a jueves largando por la boca en TV3, sostenía famosamente que con un sueldo de seis o siete mil euros no hay manera de llegar a fin de mes, ya que luego vienen los impuestos, y tienes que cotizar en la franja alta, o sea un 44%, y está el cole de los niños, y la gasolina… Por suerte ese no era su caso, pues ella tenía otros ingresos. 

De acuerdo con Rahola, es obvio que para vivir un poco desahogadamente es imprescindible superar esa barrera psicológica de los seis, siete mil euracos, que bien mirado no son más que calderilla. 

Aun sin saber cuánto ganaba la abnegada señora Prat con sus tres empleos (cosa que, la verdad, tampoco nos interesa), no podemos sino simpatizar con ella por su carácter positivo y emprendedor: sabe desdoblarse, y multiplicarse, para llevar a casa unos emolumentos razonables, con tres empleos, tres, y sus respectivos sueldos.

Y todo sin salirse de la Administración, pues sin duda ella conoce el axioma de Pío Baroja: “Vivir fuera de los presupuestos del Estado es vivir en el error”. 

Pero más allá de la ambición personal o la avidez de sueldos, lo que se refleja en los tres trabajos que ejercía la señora Prat era su voluntad de servicio, pues en todos los empleos estaba trabajando por la salud del ciudadano. Bien puede decirse que la señora nos ayudaba de tres maneras distintas, sin salir del ámbito de la enfermería.

Más que censurarla por ello, yo creo que se merece la Medalla al Mérito en el Trabajo.