Aunque estos días la atención está centrada en el Banco de Sabadell por la oferta de compra del BBVA, que de llevarse a cabo sería una mala noticia para casi todos, como rápidamente desde Crónica Global se puso de manifiesto, la opa que el grupo portugués José de Mello, a través de la empresa química Bondalti, lanzó en marzo sobre Ercros merece también alguna reflexión. Es un ejemplo más de la debilidad del mercado bursátil español, lo que sitúa a algunas de nuestras mejores empresas a tiro de piedra para ser adquiridas por capital extranjero.
En los últimos años, se han producido algo más de una docena de opas, recientemente sobre Talgo, aunque está difícil que obtenga el visto bueno del Gobierno español por la presencia de capital ruso en el grupo húngaro que pretende su adquisición, o la que ahora comentamos de Bondalti sobre Ercros, que a priori no plantea ningún obstáculo para lograr la autorización de la CNMV. Al tratarse de un grupo que ya tiene negocios en España, no hay razones para activar el escudo antiopa, una prerrogativa de los Gobiernos europeos que se puso en marcha con la pandemia por la debilidad de muchas empresas. Ahora bien, que sea legalmente viable no significa que vaya a producirse.
La adquisición no ha sido solicitada ni consensuada por Ercros, cuyo consejo de administración está diseñando una estrategia de defensa a cargo de Evercore y Uría Menéndez para hacer frente a lo que se conoce como una opa hostil. Si no aparece ningún otro pretendiente, lo cual es posible hasta prácticamente el último momento, la decisión requerirá el aprobado del 75% del accionariado, que está compuesto por minoristas en más de un 80%.
Los principales tenedores, como el empresario Joan Casas Mallofré, el abogado Víctor Manuel Rodríguez, o Dimensional Fund Advisors, propiedad de Arnold Schwarzenegger, son contrarios porque significa vender muy por debajo del valor de la empresa, pero juntos no alcanzan ni el 20% del capital, que se reparte en más de 91 millones de títulos. Por tanto, el futuro de Ercros estará en manos de los pequeños (y sufridores) accionistas que, hasta la aparición de Bondalti, han visto cómo la cotizada española se hundía en bolsa más de un 50% desde 2023.
La oferta del grupo portugués, presentada el pasado 5 de marzo, es de 3,6 euros por acción, lo que supone una prima del 40,6% sobre el precio al cierre del día anterior, lo que puede parecer mucho, pero equivale a comprar Ercros por solo 329 millones, una cifra ridícula para los activos que tiene la empresa o el plan de inversiones en marcha desde 2020 en digitalización, descarbonización y diversificación, que supone un gasto de 92 millones hasta 2029. Como se verá es una auténtica joya industrial a precio de saldo. El mercado reaccionó disparando a Ercros muy cerca de ese precio ofertado, y ahí sigue desde entonces con pequeñas variaciones.
Ercros, que llegó a ser el mayor conglomerado industrial de España, nació como resultado de la fusión con Española Minas de Río Tinto en 1989. Cinco años más tarde, hizo suspensión de pagos con una deuda de 1.700 millones de pesetas. Fue rescatada por el grupo Torras, que a su vez estaba controlado por el fondo kuwaití KIO, y fue dirigida primero por Josep Piqué, antes de ser ministro, hasta que, tras un ínterin, tomó el mando Antonio Zabalza en 1996, que es el artífice de la resurrección de Ercros, reinventando la empresa, controlando la deuda y volviendo al pago del dividendo. Hoy tiene 10 fábricas, comercializa más de 150 productos químicos, con ventas por valor de 707 millones, exporta el 52%, y emplea directamente a más de 1.300 personas.
La paradoja es que ahora pueda ser devorada por quien ha visto hábilmente la oportunidad de comprar barato. La brusca caída de Ercros en el parquet se debe a dos motivos. Uno coyuntural y otro de carácter bursátil estructural. El primero es el ciclo bajo del momento económico que afecta a los tres segmentos industriales de su actividad (química intermedia, farmacia y sobre todo derivados del cloro como sosa cáustica y PVC). Ahora bien, ese sería un hecho puntual si no fuera porque no tiene ningún sentido que una empresa como Ercros capitalice tan poco, esté tan barata.
El problema es que el mercado continuo español es raquítico a diferencia de otros mercados de capitales, donde las empresas cotizan más cerca de su precio objetivo aproximado. No es algo exclusivo de Ercros, sino un hándicap estructural que deja a nuestras mejores empresas a la intemperie de opas hostiles, también en el Ibex 35. Por eso, hay que aplaudir que un holding de inversión como CriteriaCaixa apueste por tener una posición relevante en el accionariado de empresas españolas, como Teléfonica, Naturgy y Cellnex, que son estratégicas para nuestra economía desde muchos puntos de vista.
Para cerrar con Ercros, lo que sería deseable no es que Bondalti la opase, sino que el grupo luso se integrase en el accionariado con un peso notable y se fuera hacia un proceso de sinergias con la química portuguesa.