Barcelona tiene 10 distritos y más de 70 barrios, muchos conocidos, otros quizá menos, pero todos importantes. Sus historias, su evolución y configuración relatan la evolución de la ciudad. Lo cierto es que en los últimos cien años se ha modificado la piel de la urbe, antiguas villas y campos de cultivo son ahora parte integrada de la trama de esta metrópolis cuyo origen se remonta a más de 2.000 años de antigüedad.

En esta cartografía moderna surge con fuerza desde principios del siglo pasado la llamada Esquerra de l'Eixample. Ildefonso Cerdá la había dibujado entre villas que la circunvalaban, Les Corts, Sants, Sant Antoni, y campos de cultivo que la ocupaban. A su derecha, su Eixample homónimo, con edificios más señoriales, no en vano fue la zona de crecimiento natural al derribar las murallas de la ciudad antigua a mediados del siglo XIX. La Exposición Universal de Barcelona de 1888 fue el zenit y motivo de su expansión. La izquierda fue vía de comunicación ágil entre las zonas adineradas de la ciudad y los despachos de oficinas que estaban en el corazón de la urbe. Balmes, Urgell, Muntaner y Aribau son sus vías más emblemáticas y rápidas.

En los mapas del siglo XIX se perfilan unos centros de gran capacidad para responder a las demandas de una ciudad en crecimiento: el Hospital Clínico, la Escuela Industrial, la cárcel Modelo, el mercado del Ninot, el matadero (ahora convertido en el parque de Joan Miró). Durante muchos años, la calle Aragó, con sus vías de tren a cielo abierto, hizo de frontera. Este Eixample de grandes equipamientos se fue consolidando a partir de los años sesenta, con el edificio de la Telefónica (en la actualidad edificio Estel) como símbolo de la nueva modernidad, y la estación de Sants como frontera de otros barrios y puerta de acceso a Barcelona en su dimensión regional y nacional. Esta zona ha vivido, ha crecido, de estas instalaciones, pero en la actualidad vive pendiente de completar, de renovar, de adaptar algunas de ellas; primero fue el matadero creando una de las primeras reconversiones de usos para parque urbano de la ciudad; posteriormente, la renovación del mercado del Ninot. Pero hace falta un nuevo impulso a ese pulmón que es L'Esquerra de l'Eixample, la apertura de la Escuela Industrial que haga de su recinto un territorio más permeable a la ciudad. ¿Puede ser el antiguo edificio de la Telefónica el prototipo de los jardines verticales? La definición de los nuevos usos de la antigua cárcel Modelo, el espacio que dejó el antiguo parque de bomberos, situado entre el mercado del Ninot y el Hospital Clínico, la ampliación de usos de la estación de Sants con el entorno urbano...

Barcelona demanda microcirugía urbana, pero no anestesia permanente. El parque del Escorxador (matadero), con la escultura de Joan Miró Dona i ocell, es un buen ejemplo de urbanismo, de cultura y de dignificación de un territorio. Posponer es empobrecer la ciudad. Rediseñar una ciudad y en especial uno de sus pulmones de la mano de los libretos de rápida lectura ideológica es mal consejero. No olvidemos los cambios demográficos que la urbe está viviendo, el espacio para el autobús, el taxi, la ambulancia, la carga y descarga de las tiendas, la limpieza. No todo es bicicleta, patinetes y transeúntes. Tenemos una movilidad poliédrica. El corazón de Barcelona que diseño Cerdá, con criterios igualitaristas, se merece un debate sereno, sin aspavientos, que necesitaremos a corto y medio plazo; recordemos que el plan se aprobó en Madrid, aquí lo vivimos en una primera etapa con rechazo. Las mixturas de usos. El residente permanente, el ocasional, el que viene a trabajar desde otros lugares, hospitales, oficinas, mercados. Nos hace falta una visión amplia, el barrio está bien, pero sin una perspectiva de ciudad y región metropolitana los colapsos son más fáciles. Hemos de aprender a gestionar los riesgos, y todo no es lineal.

Calcular los costes sociales, económicos, ambientales es básico, me temo que en la toma de algunas decisiones estas variables y otras que podemos incluir no las tomemos suficientemente en consideración.