Jardines de estío (II): Bath y el 'circus' georgiano de John Wood, El Viejo

Jardines de estío (II): Bath y el 'circus' georgiano de John Wood, El Viejo FARRUQO

Ideas

Jardines de estío (II): Bath y el 'circus' georgiano de John Wood, El Viejo

El entorno paisajístico y urbano de la ciudad de Bath destaca por construcciones como el Circus o el Royal Crescent, ideadas por el arquitecto John Wood, el Viejo y su hijo, que se inspiraron en la arquitectura clásica romana

Pasión por Jane Austen: su vida fascina y su obra se lee más que nunca

Publicada

Los jardines no son siempre arriates de claveles, caléndulas o milenramas. Una zona verde circular delante de los edificios idénticos dispuestos en círculo, con una reunión de plátanos de sombra en el centro, es lo que inventó John Wood, el Viejo en la ciudad de Bath (Somerset). Hace casi trescientos años que Wood creó el Circus de Bath, una de las mejores piezas de la arquitectura georgiana del Reino Unido.

Su jardín interior no es un pulmón; es una naturaleza moderna, el título homónimo del libro de Derek Jarman, –publicado en español por Caja Negra (2019)– cineasta y artista polifacético, capaz de entender los jardines británicos como una comunicación única con el pasado, lejos de la nostalgia del cricket y de la cerveza caliente de John Major.

El Circus tiene como lejana fuente de inspiración el Coliseo Romano, ya que se trata de una gran construcción circular para albergar más de una treintena de casas idénticas. Y como es habitual en la arquitectura georgiana, se recurre al empleo de elementos clásicos, mezclándolos, para configurar fachadas remarcables.

El 'Circus' de Bath

El 'Circus' de Bath Wikimedia Commons

La severa estética del Circus y su enorme cottage acaban resultando más evocadoras que el lenguaje secreto de las flores. Lleva la huella imponente del periodo situado entre 1720 y 1840 que inspiró el estilo renacentista clásico con edificios de bellísimas fachadas, construidos de manera perfectamente simétrica, con entradas coronadas por espejos de popa rodeados de pequeñas ventanas. En el Circus, las casas tienen todas tres plantas adornadas con frisos, balaustradas y columnas de distintos órdenes en las que predominan el dórico y corintio.

Escenario de novela

En Bath hay un segundo conjunto de viviendas, esta vez en semicírculo, las terraced house del Royal Crescent, obra de John Wood el Joven (hijo). Los Wood siguieron la ruta de Andrea Palladio, nacido en el rechazo del barroco y ejemplo de la arquitectura de línea clara, sin cúpulas ni ventanales neogóticos.

El primer Wood remozó las antiguas termas de Bath, sobre un terraplén romano, siguiendo el modelo de Caracalla y, en medio del complejo del Royal Crescent el Joven situó el Hotel Crescent, el lugar frecuentado por la gran escritora Jane Austen que mantuvo el toque literario de dos colosos como Charles Dickens y Stefan Zweig.

En sus terrazas inspiró Austen una parte de su obra, especialmente en Mansfield Park y Orgullo y prejuicio, dos ficciones llevadas al cine y a las series televisivas de gran audiencia de la BBC. El humor y la botánica son dos elementos siempre presentes en Austen, donde converge el genio anglosajón, marcado por la simplicidad y el orden, junto a la gracia patricia, entre severa y sencilla, de su origen social, la gentry británica o nobleza menor del mundo rural.

Austen no salió de su contexto familiar, pero la aparente candidez de su literatura huye del perfil conservador que tanto ha predicado la crítica fácil para vincularse al sarcasmo despiadadamente sutil contra la educación eduardiana.

Entre el ruido y el desorden

El genio paisajista de Bath pertenece a la occidentalización cuyo origen encaja con el oasis geométrico del norte fundido con la inspiración mediterránea del mundo romano. El jardín representa la supervivencia del espíritu militarmente vencido, el abandono del guerrero entre el ruido y el desorden; es un residuo ante la depredación de la naturaleza.

'Parade gardens' en Bath

'Parade gardens' en Bath Wikimedia Commons

En casi toda Inglaterra, la continuación paradisíaca del jardín está circunscrita por campos estériles y árboles tonsurados. En la campiña de Bath, la naturaleza se abandona con prodigalidad; no hay separaciones artificiales entre el bosque y el rincón donde los arbustos se inclinan sobre las aguas rápidas de los ríos.

Los murales romanos que le sirvieron de referencia a Wood el Viejo no buscan una métrica desnaturalizada sino que, en su rotunda precisión, evocan entornos selváticos.

Los paisajistas posteriores de Bath fueron influidos para siempre por el Circus del mismo modo que los campanarios rurales han determinado el paisaje o el cultivo de la vid. Puede decirse que, mientras el anglicanismo decantó la espiritualidad cristiana de las gentes, los urbanistas ejercieron su arte con la misma emoción que se levantó el vergel de Horacio en la Antigüedad.