El juez José María Asencio, y Manel Manchón, en el acto de 'Letra Global'

El juez José María Asencio, y Manel Manchón, en el acto de 'Letra Global'

Músicas

Asencio con 'Letra Global': “Con Grândola, Vila Morena sabemos que las revoluciones pueden ser pacíficas”

El juez desgrana en un acto público en 'Letra Global' las canciones que han marcado época y que ha recogido en el libro 'Entre Acordes y Cadenas' como la que protagonizó el cambio político en Portugal

16 mayo, 2024 19:20

“Podía haber sido otra flor, una margarita, por qué no, el hecho es que fueron claveles, los que llevaba una mujer y que ofreció a un soldado, que la puso en el cañón de su fusil, dejando claro que iba a ser una revolución pacífica”. El juez José María Asencio sonríe, y muestra su esperanza en que las revoluciones, las que aparezcan, puedan ser también pacíficas, como la del 25 de abril de 1974 en Portugal. La canción que lo ponía todo en marcha era Grândola, Vila Morena, compuesta por José ‘Zeca’ Afonso, que había sido prohibida por el régimen dictatorial portugués.

Se difundió en la emisora católica Rádio Renascença. Era el segundo aviso, después de un primero, en el que sonó E depois do Adeus, de Paulo de Carvalho, que había representado a Portugal en el Festival de Eurovisión. Los militares del MFA, avisados, ocuparon sus posiciones en los puntos estratégicos del país, y la revolución resultó un éxito, sólo algo ensombrecido por los disparos de la policía política que mataron a cuatro civiles en las calles.

Acto con el juez Asencio en 'Letra Global'

Acto con el juez Asencio en 'Letra Global' GALA ESPÍN Barcelona

Es una de las 50 canciones recogidas en el libro de Asencio, Entre Acordes y Cadenas, que se presentó este miércoles en Letra Global, en un acto público, en un auditorio que se llenó para conocer la historia y los entresijos de muchos temas que han marcado época. Asencio traza en el libro perfiles y anécdotas, explicaciones históricas y contradicciones, pasiones amorosas e himnos belicistas. Es la evolución política y social a través de canciones, que, en muchas ocasiones, son puro arte, poesía, y en otras, verdaderos mensajes que buscan movilizar y “hacer la revolución”.

El juez Asencio y Manel Manchón, en 'Letra Global'

El juez Asencio y Manel Manchón, en 'Letra Global' GALA ESPÍN Barcelona

El juez alicantino, escritor, autor de la novela En busca de la irrealidad, ha querido reflejar más de cien años de historia. El libro lo ha planteado Asencio como un “concierto”, con preludios y codas. En la versión catalana el preludio lo firma Lluís Llach, quien define al juez como alguien inclasificable, que ha querido ofrecer 50 temas muy variados, con el mensaje claro de que cada uno de nosotros interiorizará sentimientos propios, porque las canciones llegan de forma distinta, y también se acogen de diferente modo a lo largo de la vida.

Eso se puso de manifiesto en el acto de Letra Global, donde se abordaron algunas canciones muy representativas, como la ya citada sobre la revolución de Portugal, junto a Le temps des cerises, que marcó la revolución en la Comuna de París; Die Fahre hoch!, de Horst Wessel, y que se convirtió en el himno nazi; Minor Swing, de Django Reinhardt, un referente para siempre del jazz; Hasta siempre Comandante, de Carlos Puebla, sobre la figura de Che Guevara; Je t’aime…moi non plus, de Serge Gainsbourg –con una historia de amor con Brigitte Bardot y Jane Birkin; o La vida sigue igual, de Julio Iglesias, que tiene como gran enganche una entrevista entre el alcalde de Benidorn y Franco, para que se pudiera permitir el bikini en las playas de la localidad alicantina.

El juez Asencio firma uno de los ejemplares de 'Entre Acordes y Cadenas'

El juez Asencio firma uno de los ejemplares de 'Entre Acordes y Cadenas' GALA ESPÍN Barcelona

La velada se prolongó con otras propuestas que figuran en el libro de Asencio, con casi himnos, como San Quentin, de Johnny Cash, un alegato en contra de los excesos en los establecimientos carcelarios; Una, dos y tres, de Patxi Andion, sobre el Rastro de Madrid y su propia vida como ex militante del FRAP; la citada Grândola, Vila Morena, de José ‘Zeca’ Afonso; Al Alba, de Luis Eduardo Aute, que era, antes que un referente antifranquista, una canción de amor; Nanga Bahutu, de Simon Bikindi, sobre cómo se puede incitar al odio con una canción difundida en la radio, y que dio origen a los asesinatos de tutsis, por parte de los hutus en Ruanda; y No soy de aquí, ni soy de allá, sobre el argentino Facundo Cabral, que fue asesinado por error, cuando querían matar en Guatemala a un narcotraficante.

El cierre, ya con el auditorio entregado, lo puso La leyenda del tiempo, de Camarón de la Isla, un referente de la fusión en el flamenco, y que llevó a la incomprensión inicial, cuando los compradores del disco fueron a las tiendas para que se les devolviera el dinero, al entender que aquello no era Camarón. “Es una prueba de la importancia de Camarón, que creía en la mezcla, a partir de canciones que son todas poemas de García Lorca”.

El juez Asencio, profesor universitario, es un enamorado de la música. Con la elección de las canciones ha querido expresar, como señaló en Letra Global, una apuesta “por la libertad y la mezcla, en contra de los sectarismos y de las verdades absolutas”. En muchas de sus intervenciones, a lo largo del acto, incidió en la necesidad de “ser valiente, en contra de lo políticamente correcto”, algo que ha demostrado con la propia elección de los temas, y con una aseveración: “Las canciones pueden servir para lo mejor y para lo peor”, teniendo también en cuenta que cada uno “acaba interpretando aquello que siente o le interesa, al margen de cual fuera la intención inicial del compositor”.

Con la conversación con el juez Asencio, sobre el libro Entre Acordes y Cadenas, Letra Global ha inaugurado su auditorio para nuevos actos sobre las distintas actividades que cubre en el medio digital, en el seno del Grupo de Medios Global.