Itziar Castro (Barcelona, 1977) no sólo actúa, sino que recita poemas, los escribe e incluso se dedica en sus ratos libres a labores sociales con diferentes entidades con las que colabora. Y en toda esta vorágine también ha publicado un libro, Con el corazón por delante (Ediciones Martínez Roca).
Este poemario tiene varias características que lo hacen particular. No por el hecho de que una actriz escriba poemas, sino por su edición. Un cuidado con el juego de colores, las fotografías e ilustraciones que lo acompañan, y unos QR que llevan a unos vídeos grabados por la propia autora en los que recita los textos.
Actuar y no
La escritora no se siente tal. Se sabe actriz que “vomita poesía”, como ella misma dice, pero sus palabras han llegado al corazón de miles de lectores que la tienen como referencia por su talento, su compromiso social y su manera directa de decir las cosas.
En una entrevista con Crónica Directo, la catalana habla sobre la situación política, la defensa de los derechos humanos y de dónde saca la fuerza para compartirla con los demás. Momentos en que deja su profesión a un lado y se muestra como es, sin tabúes.
--Pregunta: ¿Por qué un poemario y por qué ahora?
--Respuesta: Yo siempre he escrito poesía de forma necesaria y visceral. De hecho, nunca digo que escribo, sino que vomito poesía. Por Sant Jordi y de forma reducida había realizado pequeños recitales con gente cercana, pero nunca me atreví a ponerlos en papel porque me daba respeto. Durante el confinamiento, Elvira Sastre nos propuso participar en la iniciativa Poesía en tu sofá leyendo poemas. Yo pregunté si podía leer los míos y aceptó. A partir de ahí, Martínez Roca me hizo la propuesta de ponerlos en papel y como no sé decir que no pensé en sacarme esta espinita y que la gente también los pueda leer de otra manera.
--¿Lees poesía generalmente? ¿Cuáles son tus referentes?
--Además de mis maravillosos padrinos, Marwan y Elvira Sastre, yo siempre he sido muy fan de Gloria Fuertes porque dice cosas aparentemente muy sencillas y hay un subtexto incluso en los silencios, lo que dice lo que no se dice.
--¿Crees que el libro puede acercar a la juventud o a lectores no dado a la poesía a entrar en ese mundo?
--Espero que sí. Creo que los jóvenes. A mi gustaban los poetas que hablan de una forma llana. Los jóvenes entenderán el lenguaje de todo el libro, además a quien le dé pereza leer tiene los QR y unas ilustraciones y fotos maravillosas. Creo que es una muy buena manera de entender o adentrarte en el mundo de la poesía sin miedo y sin esa cosa de “no entenderé nada”. De hecho, una apuesta: si alguien no entiende mi libro le invito a una caña.
--Al libro le das una propuesta diferente con unos QR que aparecen en las páginas y recitas.
--Yo soy actriz que comunica. Lo mío es interpretar e interpretar mis poemas, como alguna gente había visto, me pareció un valor añadido. Asimismo, para la gente que tenga problemas de vista que me pueda escuchar. Y luego, otra cosa, somos modernos, estamos en una era digital y si ahora vamos a un bar y tenemos un poema en el móvil, porque no tener un poema también que se lo podamos a enviar a alguien en algún momento.
--La edición tiene algo de juego cromático con el rojo y el negro, ¿tiene alguna explicación?
--El rojo es mi color desde siempre, que me acompaña. Y cuando hablamos de amor y emociones, las vísceras, están ahí. Unía muchos sentimientos que hay en este libro. El rojo tenía que estar. Además, he tenido la suerte de que me han dejado escoger todo: portada, contraportada, tipografía, orden de los poemas… Y otra como que me gusta es que el título pudiera estar metido dentro del poema, destacado, y no al principio, y que, si había una palabra dentro del poema que tenía que ver con amor, sentimiento, vida, estuviera en rojo. Es un libro muy visual y con la mirada puedes ver que hay y luego ya entras con la lectura.
--Dedicas bastante espacio a la amistad, no sólo al amor. ¿Es muy importante para ti?
--Tengo la suerte de que tengo muy buenos amigos y muy buenos conocidos también. Soy una persona a la que le gusta conocer gente, tejer una red y de las que está en contacto de gente. En un libro donde se habla de amor, me parecía importante que se hablara de la amistad porque el amor no es solo el romántico o carnal, también está el de la familia, los amigos, la profesión y a uno mismo. Me parecía importante que aparecieran todos los tipos de amor. El amor de mi mejor amigo, con el que pasan parejas, trabajos, amantes y siempre está ahí me parece el amor más puro y debía de estar.
--También hablas de cuando uno se esconde, ¿lo has vivido, es una sensación?
--Yo he tenido parejas que no querían que nos vieran juntas, o no han querido salir del armario, ni vivir su vida con total libertad y de manera afectiva. Hay muchas personas que no viven la vida con total libertad, sino que siguen ciertos cánones o la que le han impuesto.
--Tú en cambio te desnudas emocionalmente, ¿te ha costado?
--Yo nunca me he escondido de nada. Tengo la suerte que he vivido en total libertad mi vida a nivel personal, afectiva y profesional. He tenido una familia que me ha dado la libertad que quería. Es verdad que con la vida aprendes a mostrarte diferente. Cuando era más joven sí me costaba mostrar mi vulnerabilidad por la cosa de que has de ser fuerte, luchadora… y lo soy, pero para serlo y reponerse de los insultos o lo que sea pasaba por mostrar mi vulnerabilidad porque me hacía más fuerte. No esconderte te hace más fuerte.
--¿Qué son estos éxitos deseados de los que hablas en algunos poemas?
--Va dentro del contexto de la pieza, pero es cierto que he tenido mucha suerte. Pero a mí se me conoce a nivel audiovisual por personajes muy fuertes y ariscos, pero en el teatro por ser Madame Tabú durante muchos años, en corsé y siendo el fetiche deseado de muchos y muchas. La sensualidad es una de las facetas que he trabajado.
--Haces muchas referencias al cine, le dedicas un poema a tus actrices referentes
--¡Y me faltan tantas!
--¿Qué papel ha tenido el cine en tu vida?
--Para mí interpretar, en general, me ha hecho superar todos los miedos. Llegar a convertirme en actriz, como era mi meta cuando era pequeña y me insultaban, ha hecho que yo pueda sentirme muy bien conmigo misma y fuerte. Ser actriz implica hacer cine, teatro, televisión… No hay un arte mejor que otro. El cine tiene ese punto de glamour y la sensación de verte en una pantalla inmensa… Pero el teatro tiene esa maravilla de poder escuchar hasta la respiración de la gente. Es cierto que el cine, cuando eres pequeña tiene ese punto de sueño, de inalcanzable y cuando lo consigues te sientes muy realizada.
--Dices que para llegar aquí has tenido que luchar contra insultos y prejuicios. ¿Cuándo sentiste que lo habías conseguido y callar bocas?
--Yo siempre he callado bocas. Siempre se me ha acusado de no callarme, no esconderme, no dejaba que pasaran las injusticias. Cuando eres visible recibes cosas muy buenas y muy negativas. Yo recibía muchos insultos, me han hecho daño, pero tampoco callaba y era delegada de la clase. Lo que sí es cierto es que gente que de pequeña me insultaba ahora es fan mía. Todo tiene que ver en cómo consigues tus objetivos, las ilusiones y sueños. Sentirte realizada te empodera mucho.
--¿Crees que eso te ha convertido ya en un referente?
--Nunca he querido ser un referente. Pero cuando eres tú misma, visible y no calles, te conviertes en referente. Ser una misma en esta sociedad se ve que no se estila mucho, entonces cuando uno es la gente lo valora. Y sí, sé que soy un referente porque me lo hacen saber. Hay gente que me escribe agradeciéndomelo. No soy perfecta evidentemente y estoy en constante revisión de mí misma.
--¿Has tenido que pasar por terapia?
--Creo que todo el mundo debería ir a terapia. Yo misma he ido a muchas, muy distintas. Si vamos al dentista cuando se nos rompe una muela, ¿por qué no vamos a terapia cuando se nos rompe algo emocionalmente para que nos ayude a solucionarlo? La salud mental no supone sólo tener que medicarse, también es no poder con lo que tienes alrededor. Hay un estigma muy grande alrededor de la salud mental y debemos ir a terapia cuando lo necesitemos. Y no sólo un tipo.
--¿Y cuándo ves entonces momentos como el que ha vivido por Iñigo Errejón en el Congreso, qué sientes?
--Estamos en una época que se dicen unas barbaridades… Cada vez más, la vida se está convirtiendo en algo dual en todos los ámbitos. No puede ser que alguien que cobra un sueldo público tenga la mala educación de gritar lo que gritó. Los partidos políticos que generan odio y que están contra los derechos humanos no deberían recibir sueldos públicos. Y me da igual el color que tengan. Sólo defiendo o voto a partidos que defienden los derechos humanos, los derechos LGTBI y los de las mujeres, son la base de mi decisión de voto. Las formaciones políticas o las personas que generan odio no los quiero cerca.
--Usted que siempre defiende a las mujeres, ¿cómo se posiciona en el caso de Rocío Carrasco?
--Hablar de violencia de género en la televisión en prime time no me parece frívolo sino necesario. Hablar de la salud mental en la televisión me parece necesario. A veces aceptamos o normalizamos la violencia machista o los micromachismos que nos puede hacer tanto daño. Hablar de la violencia psicológica no es frívolo, es necesario
--En el libro hay poemas en catalán y en castellano. ¿En qué idioma sueles escribir?
--Yo soy bilingüe. Con mi madre hablo castellano y con mi padre, en catalán. Con mis hermanos hablo catalán y con mis cuñados también, pero entre mi hermano y su pareja hablan en castellano… o sea, es un poti-poti constante. Escribo en el idioma que me nace en aquel momento, incluso en inglés y en italiano, a veces, pero no los he puesto en el libro. En este hay más poemas en castellano, porque escribo más en castellano, y algunos que he escrito en catalán y los he traducido yo misma al castellano. Y si el poema está y nació en catalán, en el QR está recitado en catalán, porque así lo quise.
--Tú que eres bilingüe, ¿cómo vives esta lucha entre el catalán y el castellano en Cataluña o las acusaciones de colonización lingüística?
--Para mí no es ningún problema ser bilingüe. En este país deberíamos aprender todos los idiomas oficiales. Un país cuanta más riqueza cultural tenga se vuelve más importante y potente. Si se hiciera como en Bélgica que estudian flamenco, francés e inglés seríamos todos unos prodigios. Yo hacía matemáticas, naturales en catalán o castellano en función del profesor que tenía, aunque el libro estuviera en catalán y sé que aún ahora es así. Creo que ese problema no existe, es una politización. Lo importante en la cultura y los derechos humanos es sumar, no restar y la gente que hace estas polémicas es porque quiere restar.
--El libro refleja también los altibajos emocionales del confinamiento
--Esta época que aún vivimos es una montaña rusa de emociones y durante el confinamiento fue muy heavy. Yo estaba en Madrid, sola, y aquí se notó muchísimo, había una sensación de desolación. Para mí era importante que, además de poemas de hace años, hubiera algunos de ese momento.
--¿Crees que se gestionó bien?
--Una pandemia mundial no se gestiona bien o mal sino como se puede. No me gustaría nada estar dentro de un gobierno tratando de gestionar esto, porque por mucho que lo hagas nunca estará bien para todos. Hay diferencias entre comunidades, pero también entre Estados. Si no se está de acuerdo en cómo se ha hecho debemos usar nuestro voto. Pero no ha sido fácil. Yo fui voluntaria de la vacuna del Covid en el estudio del Hospital Clínic y me dicen que lo mejor es que tendríamos que estar todos confinados, pero encontrar el equilibrio entre salud, economía y trabajo es complicado.
--No paras. ¿En cuántos proyectos estás metida?
--En la nueva serie de Manolo Caro para Netflix, con Asier Etxendía, Rossy de Palma, Daniela Vega, Sebastián Yatra… y luego el estudio del Covid, que son las dos cosas grandes.
--¿Le afectó la pandemia a nivel laboral?
--Evidentemente. Perdí varios trabajos que tenía apalabrados. Tenía una gira de teatro que cayó entera y estuve sin ingresos, como muchos otros, unos cuatro meses. Y sin proyectos a la vista. Curiosamente yo empecé el confinamiento promocionando dos series, con esa dualidad que tenemos los actores. Una vez empecé, en el teatro, cumplimos todas las medidas de seguridad. Yo tuve suerte porque muchos teatros no han podido abrir, y otros que no pueden hacer tests a los actores. Es triste porque somos los únicos que trabajamos sin mascarilla y es muy peligroso y un riesgo para los actores. Y que te pongan en esa tesitura entre salud y trabajo es sacarnos un derecho fundamental. No es justo.