El mundo visto desde Asia
El Museo Guimet de París expone los mapas y la maravillosa cartografía que muestra cuál era y es la visión asiática del mundo y cómo imaginaron el 'Extremo Occidente'
19 julio, 2018 00:00El Museo Guimet de la Artes Asiáticas de París presenta una de las muestras cartográficas más interesantes de los últimos años. En cada viaje a la ciudad, merece la pena visitar la colección permanente, las exposiciones temporales y la biblioteca de la colección inaugurada por el gran viajero y escritor de Lyon, Emile Guimet. La muestra titulada El mundo visto desde Asia se inaugura con una pequeña advertencia: “Algunos mapas de esta exposición no están orientados hacia el Norte. Nos invitan a otra representación del mundo”. Pues el objeto es invertir las perspectivas y relatar otra historia del mundo centrada en Asia con obras maestras de la cartografía y la iconografía que ejemplifiquen los intercambios entre los países asiáticos, y Asia y el resto del mundo.
Se trata de la primera exhibición de mapas asiáticos expuestos en sus variados formatos y soportes: porcelana, abanicos, biombos, pinturas lacadas, seda, etc. La exposición presenta además numerosas obras desconocidas al público extraídas de las ricas colecciones del Museo Guimet, que necesitan de exposiciones temporales para verse. La tesis principal de la exposición es presentar la variedad de creencias del mundo y descentralizar las visiones más generalistas. Si Jerusalén o la Meca constituyen durante siglos el centro del mundo en los mapas, ahora se muestran las grandes cosmografías asiáticas. Los mapas hindúes, jaimistas o budistas sitúan el centro del mundo en el Himalaya con el mítico monte Meru en el axis mundi.
Cartel de la Exposición 'Le Monde Vu D´Asie /MUSEO GUIMET
Los mapas de Tianxia en China presentan el imperio chino como centro del mundo y dominación simbólica del emperador. En Japón y Corea, los mapas sitúan el centro en Asia, inscribiendo el resto del mundo en el limbo. A partir del siglo XVI, la visión del horizonte asiático se expande rápidamente como consecuencia de la influencia de la cartografía europea. Los jesuitas Matteo Ricci y Ferdinand Verbiest colaboran con los mandatarios chinos para realizar los primeros mapamundis modernos, que sitúan a China en el centro del mundo e incluyen América. Descentralizaciones, como vemos, aunque con una centralización común: todos los imperios se representan a sí mismos en algún momento como centro del mundo.
La muestra constituye una verdadera inmersión en el pensamiento asiático. La construcción de los universos físicos y mentales que transcriben los mapas y la evolución e intercambio espiritual, comercial y cultural de los continentes. Pero, sobre todo, demuestra que la cartografía, sea la que sea, presenta más una visión que una función. El mundo visto desde Asia se divide en doce apartados que ejemplifican algunas grandes ideas.
Pantalla de dieciocho paneles con decoración de mapa mundial Corea, 1860, dinastía de Choson (1392 1910) /MUSEO GUIMET
En primer lugar, la manera en que la inscripción espacial de los santos lugares transcribe la visión cosmológica. Siguiendo el budismo, las religiones asiáticas prefieren las montañas para edificar los santuarios. Vistos desde lejos, obligan a los hombres a orientar la mirada hacia el cielo para, así, estar más cerca de la divinidad. En el siglo XV, la capital imperial de Kyoto se conforma según los principios del fengshui. En China en el siglo XVI, la cartografía más abundante representa el río amarillo, cuyos diques y meandros ejemplifican la política imperial. En el siglo XVI, aparecen los primeros mapamundis chinos con la ayuda europea, los cuales, al igual que los occidentales, sitúan por primera vez a Asia en el centro del mundo, emancipándose del eurocentrismo.
De gran interés, son las representaciones de los europeos que se llevan a cabo en China y Japón, una tradición que arranca en el siglo XVI. Como el arte nanban o de los bárbaros del sur en Japón (como llamaban en el país a los europeos) y las posteriores imágenes de las porcelanas destinadas a la exportación en Europa. Los europeos se convierten en los otros.
Mapa geográfico monumental del Imperio chino durante la dinastía Ming. / MUSEO GUIMET
Los occidentales llegan a Asia siglos después que se hubieran establecido los primeros contactos comerciales entre el extremo Oriente y el Oriente islámico y deben esperar al siglo XVI para aparecer en la iconografía asiática. Así, en Japón, la gran presencia occidental se encuentra en Nagasaki y, en China, en Macao. Cantón se abre al comercio europeo entre 1757 y 1842 y, los europeos aparecen representados en el Sur de Asia en el XIX, como demuestran los mapas de Yakarta. El inicio de la globalización renueva la cartografía asiática y los mapas coloniales hechos en Asia juegan un papel determinante en la representación del propio territorio.
El encuentro con los europeos proyecta el imaginario de los artistas y sabios asiáticos que sueñan con los paisajes, villas y monumentos del extremo Occidente. Utagawa Yoshitora realiza la serie Enumeración completa de los lugares famosos de los países extranjeros paralelamente a la serie de Utagawa Hiroshige Cien famosas vistas de Edo. El trabajo del primero está inspirado por los grabados holandeses y británicos e imagina los paisajes urbanos de Londres, Japón o Estados Unidos con un detalle y costumbrismo sorprendentes. En definitiva, la cartografía asiática pone en evidencia los prolíficos intercambios entre Asia y Europa y viceversa, y demuestra que la globalización y los intercambios culturales son muchos menos antiguos de lo que se cree.