'Comtes': así cimenta TV3 el relato nacionalista
La serie proyectada por la televisión autonómica intenta documentar la existencia de un país, incluso de otro 'procés' antiquísimo y sus estructuras de Estado para crear sentimiento independentista
1 abril, 2018 00:00Estos días hemos tenido la oportunidad de ver en TV3 la serie sobre la génesis de Cataluña, Comtes. L’origen de Catalunya, cuatro capítulos que narran las gestas de los primeros condes de Barcelona. Al ver el tráiler uno puede imaginarse la pretensión de esta producción, ya que nos advierten de que son unos hechos indispensables para conocer nuestra historia a través de la dinastía “nacional” que comenzó el idolatrado Guifré el Pelós, continuó su sucesor, Guifré Borrell, luego Sunyer I y Borrell II, en un tiempo en el que no existía Cataluña.
El principal objetivo de la cinta es remarcar al espectador que va a disfrutar de una serie de gran rigor histórico. Por este motivo cada capítulo comienza con el típico “basada en hechos reales”.
Documentación no histórica
No obstante, y ahí se inicia un hilo de incoherencia, al mismo tiempo admiten las diferentes interpretaciones, así como la escasez documental para este periodo, pues se trata de los siglos IX y X. De ese periodo, la única documentación conservada son contratos de compra-venta de tierras, cesión o donaciones, así como testamentos.
Una documentación que impide una reconstrucción tan exhaustiva, y dramática, como la que nos ofrecen, pero que debemos entender que forma parte de la ficción.
Narrativa paralela
Siguiendo con la necesidad de demostrar ese rigor histórico, todos los capítulos van acompañados de intervenciones de historiadores. La mayoría son reconocidos medievalistas con una prolífica obra de investigación a sus espaldas que, principalmente, aportan datos históricos de manera bastante objetiva para comprender mejor la época que nos narran.
No obstante, esto no impide que en alguna ocasión se les escapen cuñas propagandísticas al hablar de los primeros condes de la dinastía nacional, en referencia a esa anhelada nación catalana, o de una marina catalana en pleno siglo X, cuando todavía no existía Cataluña.
La epopeya
Hasta aquí podemos admitir el carácter histórico de la serie. El problema está en la parte interpretativa y teatral en la que los personajes, y la misma narradora, nos deleitan con afirmaciones más propias de una epopeya que de una serie histórica seria.
Estos cuatro condes de Barcelona son todos, evidentemente, guerreros, valientes, rebeldes cuando es necesario, ambiciosos, justos… Y cada uno de ellos realiza gestas épicas, siempre acompañadas de música apropiada para manifestar la heroicidad del personaje, aunque lo maten. Guifré el Pelós duda entre obedecer al rey o proteger a su pueblo, así nos lo explican, y decide desobedecer, además de la importancia de su muerte porque dio paso a “un nuevo país, país que nació de las derrotas”. La pregunta es: ¿Qué país?.
Comparaciones ambiciosas
Guifré Borrell, su sucesor, se muestra rebelde ante los francos y afirma que “nuestros condados son demasiado grandes como para que los ignoren”. Sunyer I se compara él mismo con Alejandro Magno o César en la guerra de las Galias y de él se dice que crea las primeras estructuras de Estado (¿de qué Estado?). Y con Borrell II se afirma que la legitimación del poder de un conde procede de su pueblo y no de ningún emperador.
Y el clímax final, cuando se repite varias veces: “A partir de ahora nos gobernaremos nosotros mismos, con nuestras leyes, sólo nos debemos a nuestra gente”. Por tanto, se pueden resumir estos cuatro condados como desobediencia al rey, obediencia al pueblo, para llegar finalmente al “autogobierno”.