Vía Láctea / PIXABAY

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Ciencia

Científicos revelan que la Vía Láctea es una auténtica fábrica de grasa

Con la cantidad de sebo interestelar se podrían llenar billones de paquetes de mantequilla

12 julio, 2018 13:27

Un grupo de científicos de la Universidad Ege, en Turquía, ha revelado que en el universo abunda gran cantidad de partículas grasas. Según las estimaciones de estos investigadores, dentro de la Vía Láctea habría capacidad para llenar billones de paquetes de mantequilla. En términos científicos, esto se debe a que por cada mil átomos de hidrógeno contamos con 100 átomos de materia grasa, lo que a gran escala puede dar lugar a unas cifras impresionantes.

Para comprobar el contenido de la materia, los investigadores recrearon polvo interestelar. Dicho polvo está formado en su mayoría por átomos de carbono que es el elemento fundamental para comprender la formación de las estrellas o los planetas. En el análisis se realizó una estimación de moléculas de carbono grasas y su transcendencia se comprobó más allá del Sistema Solar, en la Vía Láctea.

El carbono interestelar es la clave

Antes de desarrollar el estudio, los científicos solo tenían estimaciones del carbono interestelar, que existe en dos formas: grasa espacial y lo que los científicos han determinado como carbono aromático. Gracias a las partículas de carbono podemos comprender entre otras cosas la formación de las estrellas y los planetas, pero realmente entre sus cualidades más importantes es que, según los investigadores, pueda ser un elemento esencial para que haya vida.

El estudio del carbono graso es, tal y como evidencia el químico Tim Schmidt, el primer paso para abordar el problema de la “grasa” espacial. Para ello, los científicos expandieron un plasma con gran contenido de carbono al vacío a baja temperatura, imitando el proceso por el cual las moléculas orgánicas se sintetizan en la formación de las estrellas. De esta forma, comenta Schmidt, fueron capaces de medir la cantidad de carbono alifático o graso que hay entre nosotros y las estrellas.

No obstante, el nuevo paso que se plantea ahora pasa por centrarse en el otro tipo de carbono que confluye en el cosmos: el aromático. En este caso será necesario realizar nuevas pruebas que permitan descubrir su abundancia.