¿Por qué notamos que alguien nos observa?

Según una investigación realizada por Colin Clifford, científico de la universidad de Vision Centre de Sídney, el cerebro humano detecta cuándo otra persona la está observando, incluso en los momentos en los que apenas hay evidencia de ello. La investigación refleja que esta forma de actuar del cerebro supone un estado de alerta constante. Así, se propicia una predisposición a reaccionar a posibles peligros externos. 

El cerebro no solamente detecta que alguien le está observando, sino que analiza una serie de factores que le permiten discernir entre si se trata de un posible peligro o no. En primer lugar, detecta la dirección de la cabeza de la persona que la observa para determinar si está en una posición dominante o si es una amenaza. Después, analiza la posición de sus ojos para determinar si están observando.

Las miradas se detectan incluso en la oscuridad

El estudio muestra que, aunque existan obstáculos que impidan determinar a simple vista si se está mirando (como pueden ser las gafas de sol o la propia oscuridad), el cerebro lo detecta igualmente. Es decir, aunque el sujeto no pueda ver a quien le mira, puede detectar si está haciéndolo.

Este modus operandi del cerebro humano se basa en recuerdos de anteriores experiencias que él mismo registra y almacena. Al detectar una nueva situación, compara la información recibida con episodios pasados y actúa en consecuencia. 

¿Es un sentimiento innato?

Surge aquí el problema de determinar si dicha forma de actuar del cerebro humano es genética o simplemente es algo que se adquiere con la experiencia, que se puede aprender. Muchos estudios han reflejado que las personas que sufren trastornos neurológicos como el autismo son menos capaces de detectar si una persona les observa. Sin embargo, aquellas que sufren problemas de ansiedad tiene una mayor tendencia a sentir que se encuentra bajo la mirada ajena.