Crean el primer ladrillo del mundo hecho con orina humana
Se trata de un experimento que podría ser revelador para el sector de la construcción y del medio ambiente
7 noviembre, 2018 15:49Un grupo de estudiantes de la universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) ha elaborado el primer ladrillo del mundo hecho a partir de orina humana, una innovación que podría traer importantes mejoras en el reciclaje de residuos. Se trata de un bioladrillo fabricado mediante un proceso natural similar al que ocurre en las conchas marinas. “La arena suelta se coloniza con bacterias que producen la enzima ureasa, que descompone la urea de la orina mientras produce carbonato de calcio a través de una reacción química compleja”, detallan su responsables, que explican que a este proceso es al que se le conoce como precipitación de carbonato microbiano.
Una de las ventajas principales que podría tener este bioladrillo es que supone un recurso respetuoso con el medio ambiente, puesto que para fabricar un kilo de ladrillos de arcilla convencional se precisa del consumo de casi cuatro megajulios, el gasto de más de un litro de agua y la emisión a la atmósfera de doscientos setenta gramos de dióxido de carbono, según refleja el Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos en España (CIRCE).
Ventajas del bioladrillo
Aunque ya se habían realizado pruebas anteriores con urea para cultivar ladrillos, es la primera vez que se utiliza orina humana real en este procedimiento. Gracias a esta investigación se han podido estudiar detenidamente las propiedades químicas de la orina con este tipo de fines.
Después de la investigación, los científicos han denominado a este recurso como “oro líquido”, puesto que sus componentes son capaces de producir como subproductos nitrógeno y potasio, dos elementos clave para los fertilizantes comerciales que sustentan al sector de la agricultura. En primer lugar, la orina se puede utilizar para realizar fertilizantes sólidos, y después el líquido restante puede utilizarse en el proceso biológico para cultivar el bioladrillo. “En ese proceso sólo buscamos dos componentes: los iones de carbonato y el calcio. Lo último que hacemos es tomar el producto líquido restante del proceso de bioladrillo y hacer un segundo fertilizante”, explican al respecto los investigadores.