El Nobel pasa de España
El reciente fiasco con Mojica mantiene el palmarés con solo uno (Cajal) y medio (Ochoa) de los 700 galardonados en ciencias
9 octubre, 2016 00:00España habría goleado si se tratase de fútbol, donde tiene una de las mejores ligas, ha sido tres veces campeona de Europa y una del Mundo. Pero en 110 años solo se ha conquistado un premio Nobel (Cajal) y medio (Ochoa, también tenía pasaporte USA) en ciencias de los casi 700 otorgados. El irrisorio balance se produce año tras año, en un país considerado la doudécima economía mundial.
El bioquímico alicantino Francis Mojica, padre de la CROSPR --una técnica que permite copiar y pegar genes de forma sencilla--, ha protagonizado el penúltimo chasco. Su aspiración al Nobel de Medicina o de Química se ha sumado a la pobre quiniela de españoles que se han quedado en candidatos.
El hecho de sonar como candidato acarrea una repercusión inaudita. Pero los españoles tampoco han sido tantos. Oficialmente la Academia de Ciencias sueca solo ha confirmado cuatro, además de Cajal y Ochoa, al desclasificar los nombres de los aspirantes hasta 1964.
Pero los habrá habido. Desde entonces, en la rama de ciencias, han sonado con fuerza el biólogo Antonio García Bellido y el oncólogo Mariano Barbacid cuando trabajaba en Estados Unidos.
Actualmente forman parte del selecto grupo de aspirantes el físico catalán Juan Ignacio Cirac, el químico Avelino Cormá, el biotecnólogo Víctor de Lorenzo, el neurobiólogo Rafael Yuste, el oncólogo Joan Massagué y el bioquímico Carlos López Otín.
Universidades sin 'vivero'
Los expertos apuntan como primera causa de esta cruda realidad la desastrosa situación de la universidad española, “sin medios ni atractivo ni excelencia”. Se considera que esta institución es en todo el mundo el principal vivero de este elenco de laureados.
Un crudo y manido dato lo dice todo: España no conseguido colocar, según los rankings internacionales, ni una de sus 85 universidades entre las 200 mejores del mundo. Hasta Brasil, México y Argentina, con instituciones fundadas por nuestros antepasados, cuentan con al menos una.
El médico y filósofo José Luis Puerta pone ejemplos. Argentina ha logrado dos galardones y medio (Houssay, Leloir y Milstein, éste tenía también la nacionalidad británica cuando recibió el reconocimiento). Entre los egresados de la Escuela Normal Superior de París, esa isla del sistema universitario francés, se contabilizan 12 ganadores de un Nobel y 10 de una Medalla Fields (el equivalente en Matemáticas). Por la Politécnica de Zúrich (fundada en 1885) han pasado 21 laureados y por el renombrado Instituto de Tecnología de California o Caltech’ (fundado en 1891) otros 31.
Falta de inversiones
Destacados investigadores del CSIC consideran que España carece del necesario “caldo de cultivo” propicio para hacer una buena ciencia. Una apuesta sostenida en el tiempo, un ecosistema apropiado, buenas estructuras, trabajo en equipo, formación... Pero la crisis económica ha dado al traste con él y “se está a punto de alcanzar un punto de no retorno”, según el propio presidente del organismo investigador más importante de España, Emilio Lora-Tamayo.
La ex ministra de Ciencia Cristina Garmendia, bióloga y empresaria, resumió la penosa situación ante el rey Felipe VI con estos descorazonadores datos de la Fundación Cotec que ahora preside: los presupuestos en I+D han caído en España un 30% con respecto al 2009 y nuestro país se sitúa 1,1 puntos por debajo del promedio europeo en investigadores (no llegan a ocho) por cada mil empleados.
EEUU: regalo nazi y atracción
El liderazgo de Estados Unidos como gran triunfador de los Nobel en ciencia (265, seguido a distancia por Alemania y Reino Unido con 87 y 85) tiene su porqué, además de por las considerables inversiones. Los historiadores apuntan que, hasta la Segunda Guerra Mundial, Alemania era el país que dominaba el galardón sueco. Hitler provocó el exilio judío y los nazis hicieron el mayor regalo de talento científico a Estados Unidos.
Después ha sabido mantenerse el primero en el podio, acogiendo a investigadores de todo el mundo. El 25% de ellos y más de la mitad de los Nobel que viven allí son “cerebros fugados” atraídos de otros países. “Tienen un mercado científico muy competitivo, estratificado por talento, y las mejores condiciones para los investigadores”, explican en la COSCE, entidad que agrupa a los investigadores españoles.
Copiar del fútbol
“Con la inversión actual, una universidad española no puede ni contratar como profesor a un Nobel", ha asegurado el presidente de la Real Sociedad Matemática Española, Francisco Marcellán. El matemático defiende la necesidad de un auténtico “pacto nacional por la ciencia” para llegar a destinarle un 2020 a un 2% del Producto Interior Bruto (PIB). Actualmente es el 1,4%.
También pide a la prensa que "identifique a los investigadores españoles de primer rango" como lo hace con los jugadores de fútbol o baloncesto o, por ejemplo, a los deportistas ganadores de medallas olímpicas, como ha ocurrido en los recién finalizados JJ00 de Río de Janeiro 2016.
"El día que se ponga dinero en la ciencia, como se hace con el fútbol, habrá más premios Nobel", coinciden investigadores, sociólogos e historiadores. Y hasta algunos aficionados al fútbol.