El poeta Francisco Ferrer Lerín

El poeta Francisco Ferrer Lerín RTVE

Letras

El poeta a modo de quebrantahuesos

Miriam Reyes, Premio Nacional de Poesía 2025, homenajea a Francisco Ferrer Lerín en un acto celebrado en la Universidad de Barcelona a propósito de la publicación de su 'Poesía reunida', que en edición de Aurelio Major, publicó la editorial Tusquets

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En todas las artes me interesan las poéticas libérrimas, que desbordan cauces, que traspasan límites o directamente los desconocen, subvierten el orden preestablecido, resignifican lo que tocan y se mantienen en construcción continua. Tal es el caso, singularísimo, de la obra de Francisco Ferrer Lerín. Un poeta que se baña en las aguas del desacuerdo / en la sangre de las citas a deshora /en la bibliofilia desaforada / y en el detalle áspero. Como dice en “Definición de Poema”, de Grafo Pez. Llamado por algunos el insurrecto, el subversivo, el de imaginación auditiva, el escrutador de lo real, el irreductible, el de condición radical.

El poeta a modo de quebrantahuesos es inconfundible y poco común, imponente y de vuelo estilizado. Como sabéis el quebrantahuesos se alimenta de restos óseos. Por la forma de su boca y la cantidad de ácido que es capaz de producir su estómago, se podría decir que está hecho para ello. Su técnica culinaria consiste en lanzar sus presas desde el aire contra las rocas, tantas veces como sea necesario, para romper en trozos más pequeños los huesos y así poder comerlos.  Y yo me pregunto ¿Qué es lo que lanza el poeta a modo de quebrantahuesos en sus rompederos? ¿Será la lengua? ¿O la lengua es lo que está dentro de lo que se rompe? El poema “Quebrantahuesos”, de su libro Fámulo, no nos dará la respuesta. Tampoco es cosa del poema respondernos, ya nos da el escalofrío, el placer, tantas otras cosas.

Portada del libro de Francisco Ferrer Lerín

Portada del libro de Francisco Ferrer Lerín

El Quebrantahuesos es una criatura real que parece imaginaria. Como a veces le sucede al poeta, deformado por su leyenda. El poeta como ave necrófaga. ¿La página como despeñadero? Puede ser, pero, continuar por aquí me hace preguntarme qué hago dejándome llevar por una alegoría cuando creo que en la poesía de Ferrer Lerín lo que hay es una literalidad absoluta. Aunque una literalidad trasladada, traspuesta.

Sus poemas no se levantan sobre un plano sino sobre una superposición de planos. No solo por el uso de técnicas paleográficas sino por su utilización de léxico y modos sintácticos de muy diversas disciplinas, tipologías documentales y épocas. Por la variedad formal entre poemas de un mismo libro, la diversidad de voces, personajes y escenarios, el uso de material onírico y ese humor tan característico que puede cambiar la dirección del poema en cualquier momento, genera una realidad desubicadora, desestabilizadora y fascinante. Crea una realidad otra, que es única y solo sucede en el poema.

Lugar impreciso

Esa escritura de escrituras me hace pensar en palimpsestos, pero no solo en los literarios o en los arqueológicos o en los arquitectónicos, sino en la idea de Thomas de Quincey del cerebro humano como palimpsesto inmenso y natural en el que ideas, imágenes, sentimientos, van sedimentando en capas. La idea de la memoria como palimpsesto, me parece de alguna manera evidenciada por los poemas de Ferrer Lerín. Y en ese paradigma, qué mayor palimpsesto que el ADN. Unos seres vivos escritos sobre otros. El poeta y el quebrantahuesos.

Claro que esta cadena de asociaciones podría llevarse hasta el infinito, es decir, hasta un lugar impreciso en su lejanía y vaguedad. Y no va por ahí la poesía de Ferrer Lerín. Aunque sí va por la acepción de infinito como sinónimo de inagotable, ilimitado, de valor mayor que cualquier cantidad asignable. En ese sentido sí, su poesía es infinita. Es un lugar que no se acaba. Ese lugar extraño y familiar a la vez, del que no quiero irme.

Texto leído en el homenaje a Francisco Ferrer Lerín celebrado en la Universidad de Barcelona a propósito de la publicación de su Poesía reunida, que en edición de Aurelio Major, publicó la editorial Tusquets.