Un paseo por la calle del Orco
La página recopila citas de autores venerables, es como un escaparate de frases célebres en torno a la literatura
7 marzo, 2021 00:00A veces entro en la página llamada Calle del Orco o sea calle del infierno, a ver si ha incorporado, como hace de vez en cuando, sin periodicidad fija, alguna nueva cita de un autor venerable. La página acaba de cumplir 10 años de vida y consiste en eso precisamente: en un escaparate de citas –van ya 500—, generalmente en torno a la literatura, pero no siempre, sin otra jerarquía que el gusto del compilador.
Que no necesariamente tiene que coincidir, eso hay que darlo por descontado, con el gusto del lector. Veo yo en la pantalla, por ejemplo, la cita y el rostro de determinado novelista que no me gusta nada, pero es que nada, y tuerzo el gesto, pero al lado de ese se alinean los altares de tantos otros autores estupendos… hay para elegir.
En algunas ocasiones en que te convenga un refuerzo de la fe en la literatura, y también, otras veces, movido por el aburrimiento, o por ese estado de ánimo de curiosidad difusa e inconcreta en que uno quiere pensar pero no se le ocurre en qué –porque en sus cosas le parece que ya ha pensado demasiado—, puedes salir a dar una vuelta por la Calle del Orco –las entradas son independientes de la actualidad, se puede entrar por donde a uno le provoque—, y seguro que saldrá revitaminado con la lectura de los pensamientos de grandes maestros. Seleccionados con buen gusto por el compilador, que así va configurando una especie de arcimboldiano autorretrato.
A ese compilador no tengo el gusto de conocerlo, pero le he leído algunos artículos en Letras Libres, que rezuman entusiasmo y conocimientos. Se llama Kim Nguyen Baraldi. Este nombre tan particular no es un seudónimo: su padre, refugiado vietnamita en Lieja, conoció allí a su madre, inmigrante italiana. Kim estudió literatura en París y vive y trabaja en Barcelona. Si no me confundo andará por los 35 años. Tiene como referentes para su página de citas a los mejores: Simon Leys, que teoriza y practica este coleccionismo en Ideas ajenas, y Hugo von Hoffmansthal y su Libro de los amigos, en el que reunió sus citas preferidas de sus autores predilectos, alternándolas con breves observaciones. “La cita tiene mucho que ver con la amistad”, dice Nguyen. “Es elegir el texto de alguien y hacértelo tuyo.”
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Algunas entradas son temáticas, como la relativa al plano de París, el plano físico, de papel, que reúne citas de Cortázar, Walter Benjamin, Modiano, Ribeyro, Rilke, Flaubert, Julien Green. O como Detrás de una ventana con citas de Leopardi, Modiano y Baudelaire sobre la sugestión de misterio que hay en las ventanas de las casas, cuando uno pasa por la calle; especialmente de noche, cuando la ventana emite un rayo de luz, o se ve en ella moverse una sombra.
No reproduzco aquí las estupendas citas de Leopardi, Baudelaire y Modiano, porque basta con ir a la Calle del Orco y leerlas. Me atrevo a sugerir al compilador que el tema de las ventanas es muy interesante y digno de incorporar otras aportaciones. He confeccionado una lista de cinco o seis ventanas, de las que ahora mencionaré las tres más conocidas: la canción de Brel Les fenêtres; las High Windows de Larkin; y por supuesto, la ventana que vio Pessoa desde el coche prestado con el que circulaba por la carretera de Sintra.
Porque la mejor noticia de estos párrafos, siendo ya muy buena la noticia de la existencia de la Calle del Orco, es que no solo Kim Nguyen, todos podemos hacernos nuestro propio retrato de Arcimboldo… o nuestro propio monstruo de Frankenstein…