'Fabulosas y rebeldes'
Joana Bonet recoge en esta obra una experiencia de vida a la vez personal y colectiva de lo que significa ser mujer
30 junio, 2019 00:00Libros como el de mi amiga Joana Bonet, que he estado leyendo estos días, Fabulosas y rebeldes, subtitulado “Cómo me hice mujer”, no solo son amenos y a ratos emocionantes sino altamente instructivos para chicos y chicas y el beneficio que unos y otras extraerán de la lectura será parecido, pero diferente.
La lectora encontrará aquí reconocimiento, un espejo donde mirarse a si misma no solo en las aventuras felices y los éxitos sino también --y sobre todo-- en las dificultades, sometimientos, miedos cotidianos, exigencias y desventajas, consecuencias consustanciales al hecho biológico de haber nacido niña. Y además, un ejemplo de cómo otras --la autora, por ejemplo-- afrontaron todo eso con animosa alegría y lo recuerdan con moderada complacencia en los logros. “Nunca sentí formar parte del sexo débil, todo lo contrario, qué aburridos me parecían los entretenimientos de los chicos: su fort comanche, su coche autodirigido que chocaba contra los muebles, su olor a calle después de una tarde de sábado chutando el balón.”. También encontrará --ocupa la mitad del texto-- un listado de mujeres notables, referentes para ventilar la soledad, el desamparo; no solamente los consustanciales a la condición humana sino también los particulares de la mujer.
Al lector varón, en cambio, le invitará a reparar en lo que acaso ya hubiera tenido que haber sabido y repetidamente considerado desde hace mucho tiempo, no tanto sobre la condición femenina en abstracto --porque en abstracto todos creemos asumir los principios de justicia y igualdad-- sino en las minucias de la cotidianeidad de la vida social.
Hay conceptos que Bonet apunta aquí en los que uno no había querido pensar. Como, por ejemplo, en qué medida está en lo cierto Virginia Despentes cuando sostiene que la llamada femineidad es, en el fondo, el arte de ser servil, de acostumbrarse a comportarse como alguien inferior; o en lo que implica para la propia autoestima y confianza en el propio valor la necesidad de mantener por principio alta la guardia al pasar por sitios por los que uno pasa despreocupadamente; o, en el ámbito laboral, la humillación que es ver retribuido un trabajo con un salario menor por el hecho de no ser varón, hacer frente a la condescendencia masculina, etcétera, etcétera. Desde luego, todo esto y mucho más no es ni mucho menos tan grave como ser forzada a vestir el burka, pero el principio de sumisión que alienta detrás es el mismo.
Bonet (Vinaixa, 1966), wonderkid del periodismo, directora desde muy joven de revistas en las que fue pionera en España en considerar y tratar la moda como otra disciplina del complejo cultural de la época, expone con una prosa clara, funcional, extraordinariamente empática y desde un punto de vista cercano y cálido, una experiencia de vida a la vez personal y colectiva.
Este libro es a la vez una autobiografía, una meditación y una galería de mujeres “fabulosas y rebeldes” que hicieron lo suyo en distintos ámbito. Vidas no siempre ejemplares pero todas vividas en serio y todas fructíferas. Desde Silvia Plath a Coco Chanel, de Maruja Mallo a Susan Sontag, de Jane Birkin a… Margarita Rivière. Margarita, qué sorpresa tan agradable encontrarte aquí, como siempre lo es en cualquier sitio.