Nemesio Fernández Cuesta, autor de No se trata de si es verde o no, sino de si elimina o reduce emisiones'

Nemesio Fernández Cuesta, autor de "No se trata de si es verde o no, sino de si elimina o reduce emisiones'

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Nemesio Fernández-Cuesta: "Para ser verdes hay que reducir las emisiones y contar con la energía nuclear"

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Perseguir un objetivo, desde la racionalidad. No negar un hecho, pero tampoco mezclarlo todo a partir de una determinada ideología. Nemesio Fernández-Cuesta, técnico comercial y economista del Estado, ex secretario de Estado de Energía y Recursos minerales, aporta serenidad en el debate sobre la transición energética, que diferencia de “transición ecológica”.

Acaba de publicar el libro No se trata de si es verde o no, sino de si elimina o reduce las emisiones, un título que es un auténtico editorial, publicado en Deusto. En esta entrevista con Letra Global, incide en la necesidad de contar con muchas energías distintas, pero sin olvidar la nuclear: “Para ser verdes hay que reducir las emisiones y contar con la energía nuclear”, señala.

El "error" de la izquierda

La posición es clara. Todos los esfuerzos se deberían centrar, a su juicio, en reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. El gran incremento en los últimos decenios se debe a “la actividad humana, sin ninguna duda", y lo que ha provocado es un calentamiento global que puede ser muy perjudicial para algunos países, como España.

“El Mediterráneo puede ser una auténtica bomba, y lo debemos interiorizar en España”, insiste Nemesio Fernández-Cuesta, que sitúa el problema una y otra vez en el incremento de emisiones que generan una serie de sectores industriales, como el del cemento o el del acero. “Hay que centrarse en los sectores que generan más CO2 y en cómo hallar energías alternativas, y siempre desde una posición clara, la de que sea factible y económicamente viable”.

Pero el debate, a su juicio, se ha tergiversado. La izquierda ha “mezclado” diferentes batallas, para hallar un sistema ideológico alternativo, y la derecha “ha ocultado el problema o no se pronuncia”, al ver como la ultra-derecha ha escogido el rincón del “negacionismo”. Lo que se debe hacer, según este economista que conoce a la perfección la maquinaria del Estado, es atacar el problema de “frente”, pero una vez se ha singularizado.

Portada del libro de Nemesio Fernández-Cuesta

Portada del libro de Nemesio Fernández-Cuesta

“Reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera es, sobre todo, un problema de política energética. El 88% de las emisiones procede de la quema de combustibles fósiles, cuyo consumo está dedicado a proporcionar calor y movimiento. A suministrar, en una palabra, energía. Mezclar, por tanto, la reducción de emisiones con la biodiversidad, los microplásticos o la calidad de las aguas, cuestiones de indudable importancia, no ayuda, y pone en pie de igualdad problemas de muy diferente alcance y trascendencia. Siempre es mejor hablar de transición energética que de transición ecológica, y el primer problema por resolver queda identificado”, señala Fernández-Cuesta.

Sin embargo, ¿qué ha pasado en los últimos 35 años? Para el autor de este libro sobre la energía, la primera Cumbre de la Tierra, en 1992, celebrada en Río de Janerio, cayó en un error. “Fue una pena que lo importante se mezclara con la urgencia de la izquierda por recuperar una razón de ser tras la caída del comunismo. Fue una pena que un problema concreto, el calentamiento global derivado de la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, quedara subsumido en una amalgama de reivindicaciones de todo orden, justas unas, puramente ideológicas otras”.

Negociar con China

Hay que salir de esa disyuntiva, plantea Nemesio Fernández-Cuesta, con ideas precisas y con capacidad para negociar, en primer lugar con China, que es el país que genera más CO2 del mundo, pero también el que dispone de toda la cadena de valor para hallar alternativas. “Las emisiones chinas suponen el 31% de las emisiones totales, ya que emite más dióxido de carbono que Estados Unidos, la Unión Europea y la India juntos”.

Al mismo tiempo, China “es líder en cadenas de suministro que utilizan tecnología limpia, y su capacidad de fabricación a nivel mundial se sitúa por encima del 80% en 11 categorías”, que van desde la generación de energía solar, al litio, y pasa por todo tipo de baterías”.

Fernández-Cuesta insiste en que la lucha debe centrarse en la disminución del dióxido de carbono, con una mayor electrificación de todos los sectores productivos. En el necesario mix energético no se debería dejar de lado a las centrales nucleares. Para España es “esencial”. El ex secretario de Estado de Energía entiende que las centrales en España “deberían alargar su vida activa”, y, por tanto, rechaza el cierre de las que se han programado, aunque se prevé en el horizonte de 2035 que estén cerradas las cinco centrales nucleares españolas.

La oportunidad de España

La posición de Fernández-Cuesta es firme: “No podemos caminar hacia lo que se ha llamado el decrecimiento económico. Lo que hay que hacer es una transición energética para poder crecer más, y España está en una buena situación si lo hace bien, porque tendrá energía más barata que muchos otros países, algo que no ha pasado nunca”.

Para ello, todas las energías tienen su función: “Gracias a nuestra mayor irradiación solar y a nuestro recurso eólico, un sistema eléctrico descarbonizado, basado en la generación renovable produciría una electricidad más barata que la media europea, y, lo más importante, más barata que la actual”.

El calentamiento global afectará a todos

¿Y Europa en su conjunto? Fernández-Cuesta es severo con los europeos. El modelo que ha seguido en los últimos decenios ha tocado a su fin: “El modelo político de la Unión Europea ha colapsado. Comprar energía barata a Rusia, profundizar la relación comercial con China y recabar la protección militar de Estados Unidos es una combinación perfectamente insostenible en los tiempos que corren”.

La advertencia es severa: “La preocupación es que Europa siga empeñada en una política ecologista a ultranza que olvida las restricciones técnicas y económicas del suministro de energía. Tenemos, por tanto, que reducir emisiones para evitar pérdidas futuras de nuestro PIB, pero no tiene sentido hacerlo a costa de incurrir en pérdidas presentes de PIB”.

Racionalidad más allá de las ideologías, eso es lo que propone Nemesio Fernández-Cuesta, con la invitación a que sociedades y gobiernos colaboren a nivel mundial. ¿Pero todos quieren lo mismo?

“No quedará más remedio, el calentamiento global afectará a todos”, insiste el autor de este libro que lo explica ‘casi’ todo sobre la llamada transición energética, que no “ecológica”.