La joya escondida: ‘365 Relojes’
Pura Fernández recupera la figura de la Baronesa Wilson, un prodigido de mujer, agente literaria de Alejandro Dumas
10 mayo, 2022 00:23Una breve cata: “Como si intuyera su próximo fin, Alejandro Dumas falleció a los pocos meses de remitir su carta de despedida a su amiga española. La Baronesa publicó un obituario en La América el 13 de enero de 1871 del que destilaba un melancólico y agradecido sentimiento que trascendía la amistad. Escrito en Sevilla, en diciembre de 1870, la Baronesa recordaba la última conversación con el maestro”.
¿Quién era la Baronesa? A esa tarea complicada, casi imposible, se ha dedicado Pura Fernández, profesora de Investigación del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. A sus espaldas hay numerosos proyectos de investigación sobre la historia cultural de la literatura, de la edición y de la lectura. Fernández reconstruye, con un enorme placer para el lector, la historia real de Emilia Serrano García, que se hacía llamar Baronesa, y a través de ella deja constancia de las mujeres emprendedoras que se dejaron de lado y que cambiaron muchos esterotipos tradicionales en la sociedad decimónica, que sigue aportando enormes sorpresas. Es ese periodo el más determinante para entender la España contemporánea.
Adentrarse en las páginas de 365 Relojes, la Baronesa de Wilson (Taurus) es hacerlo sobre la vida de una mujer que fue muchas cosas a la vez, que vivió enormes vivencias, con ambición, con talento. Se había perdido el rastro de alquien que se había codeado con Lamartine, que fue la agente literaria de Alejandro Dumas para los países de habla hispana y que frecuentó la corte de Isabel II. Fue protegida por el presidente mexicano Porfirio Díaz y empresaria cultural en París. Y supo en todo momento manejarse, aunque siempre con dificultades, ayudándose de estrategias, de una brújula muy personal en un mundo nada propicio para las mujeres. ¿Entonces, y ahora también?
Vinculada al escritor José Zorrilla, la Baronesa deambuló por el mundo, por todos los países americanos, y buscó siempre una relación de todos aquellos territorios con España. Fue una especie de embajadora, pero siempre atenta a sus propios proyectos personales.
El recuerdo de Bartra
La reconstrucción de Pura Fernández es prodigiosa. Es la baronesa de Wilson la protagonista, la mujer que reflexionó sobre la importancia de la educación, sobre el difícil acceso de las mujeres al mundo de la literatura, de la ciencia, de la cultura con todo lo que significa.
El libro parte de un recuerdo, el del escritor Agustí Bartra. 365 Relojes, un vago título nobiliario y algunos libros en el desván. Ese era el recuerdo persistente que el escritor Agustí Bartra rescataba de su infancia en la modesta pensión de sus padres en la Barcelona de principios del siglo XX. La imagen de una dama octogenaria –que, en momentos de dificultad, se valía de su colección de relojes para pagar el alquiler de su habitación—dominaba la memoria personal de un exiliado de la guerra civil española en los últimos años de su azarosa vida”.
Y esa mujer, que murió en Barcelona el 1 de enero de 1923, y que fue enterrada en una fosa común en el cementerio de Montjüic, resucita ahora de la mano de Pura Fernández, lo que constituye un auténtico acontecimiento cultural.