
Imagen de la miniserie 'The stolen girl'
La niña robada
La miniserie 'The stolen girl' mantiene al espectador en tensión, con cinco capítulos en los que nada sobra, donde todo funciona: el guion, la dirección y el reparto, demostrando una vez más que un buen policial británico nunca defrauda
Elisa Blix (Denise Gough) es azafata en una compañía de aviación privada para millonetis. Un día, tras volver de un viaje, se va a recoger a su hija Lucía (Beatrice Cohen) al colegio y observa que la niña ha hecho una nueva amiguita con la que se lleva muy bien. La madre de ésta, Rebecca (Holliday Granger), es muy simpática y enseguida pega la hebra con Elisa.
Las niñas quieren seguir juntas y Elisa, aunque no conoce de nada a Rebecca, se las deja para que las entretenga toda la tarde. Poco antes de que caiga la noche, Elisa recibe una llamada de Rebecca pidiéndole que deje dormir a Lucía en su casa, que las niñas se lo están pasando muy bien. Elisa cede y, a la mañana siguiente, cuando va a recoger a Lucía, le abre la puerta una limpiadora que le informa de que la casa es de alquiler por días o semanas, que ahora está vacía y que nunca ha oído hablar de Rebecca y su hija.
Todo parece indicar que Lucía ha sido secuestrada.
Este es el contundente arranque de The stolen girl (La niña robada), miniserie (cinco episodios) británica que puede verse en Star, canal incluido en la suscripción a Disney Plus. Dirigida por Eva Husson y escrita por Catherine Moulton, a partir de la novela de Alex Dahl Playdate (2020), The stolen girl es un thriller trepidante que va un poco más allá de la consabida historia de secuestro infantil. Una periodista, Selma (Ambika Mod) le lanza a Elisa dos inquietantes preguntas en una rueda de prensa teóricamente sin preguntas: “¿Por qué Lucía?” “¿Por qué usted?”.

Imagen de la serie 'The stolen girl'
El rapto, evidentemente, no ha sido indiscriminado. Rebecca solo llevaba tres semanas en esa casa. Su hija solo llevaba tres semanas en la escuela. Parece evidente que había que apoderarse de una niña en concreto. Probablemente, para hundirle la vida a su madre.
Una madre que, como desvelan las investigaciones de Selma, no acaba de ser trigo limpio. Criada en una secta de la que huyó a los dieciséis años, toda su vida ha consistido en dejar atrás sus orígenes. Haciendo lo que hiciera falta para ello, y ahí lo dejo para no incurrir en el spoiler.
Final dramático
Aparentemente, es una madre y una esposa ejemplar, pero si rascas un poco, como hace Selma, puedes encontrar un montón de historias para no dormir (un tema recurrente en las novelas de Harlan Coben, por cierto, muy en la línea de esta miniserie, aunque no haya tenido nada que ver en ella).
Rebecca, que no se llama Rebecca, sino Nina, está empeñada en que Lucía es hija suya y le fue arrebatada. ¿Lo es? Bueno, en las fotos de antaño, su hija luce en la espalda la misma mancha de nacimiento que Lucía. ¿Basta con eso para creer a Rebecca? Ya verán que no.

Escena de la serie 'The stolen girl'
Rodada a un ritmo veloz, La niña robada mantiene al espectador en tensión durante sus cinco capítulos, hasta llegar a un final dramático y algo violento. No les cuento cómo acaban Elisa y Rebecca porque me matarían, así que me limito a recomendarles esta estupenda miniserie británica en la que, como suele suceder, todo funciona: guion, dirección, reparto…
Sin demoras
Puede consumirse en dos noches (o en una, si a uno le entra prisa por ver cómo acaba), se disfruta en su recorrido y deja un buen recuerdo. Con la de thrillers chungos que afloran últimamente en todas las plataformas, se agradece mucho uno que sabe mantener el interés del espectador y que cuenta con una trama que engancha y que dura lo que tiene que durar, sin innecesarias demoras, rellenos y tiempos muertos.
En caso de duda, nada como un buen policial británico.