
Imagen promocional de la serie ‘Adolescencia’
‘Adolescencia’: cuando tu hijo es un asesino
La serie de cuatro capítulos, Adolescencia, aborda algo muy duro para los padres, la constatación de que los hijos actúan por razones poco conocidas
Descubrir que tu hijo adolescente es capaz de matar a alguien es una de las sorpresas más desagradables que te puedes llevar como progenitor. Recordemos a la pareja protagonista de la novela de Lionel Shriver Tenemos que hablar de Kevin cuando se enteran de que su chaval ha entrado en el colegio disparando contra todo lo que se movía.
En el caso de la excelente miniserie de Netflix Adolescencia (cuatro episodios rodados en sendos e impactantes planos secuencia), las bajas se limitan a una niña que es apuñalada hasta la muerte por un chaval de trece años, Jamie, sin que nadie pueda entender cómo ha sido posible tal cosa.
Tras ser detenido, Jamie lo niega todo, pero una cámara callejera (Inglaterra ostenta el récord mundial de cámaras repartidas por sus poblaciones) lo muestra claramente en el momento de apuñalar a la cría. ¿Por qué lo ha hecho?

Imagen de la serie 'Adolescencia'
A desentrañar ese misterio se consagrarán los cuatro episodios de Adolescencia, centrados en el carácter imprevisible de Jamie, el complejo de culpa de sus padres (en estos casos, me temo que todo el mundo cree que es el culpable de la tragedia), la caótica educación que se imparte en su escuela, donde impera la insubordinación hacia los profesores (que sufren lo indecible u optan por el escaqueo) y la violencia mutua entre alumnos, la labor de zapa de las redes sociales, con la basura que les meten en la cabeza a los chavales y, en fin, los fallos de la sociedad con sus elementos más vulnerables.

Una imagen de la serie 'Adolescencia'
Adolescencia está escrita por Jack Thorne y Stephen Graham, quien también la protagoniza. El director es Philip Barantini, que se luce en esos monumentales cuatro planos secuencia obtenidos, se intuye, después de innumerables ensayos (si alguien mete la pata en el minuto 58 hay que volver a empezar) y entre cuyos principales logros uno destacaría el final del segundo capítulo, cuando la cámara se aleja del colegio de Jamie y emprende un viaje en dron hasta llegar al memorial lleno de flores y peluches en honor de la niña muerta al que acaba de llegar el personaje de Stephen Graham, Eddie Miller.
Plano secuencia, recurso sensacional
Entre los productores ejecutivos figura Brad Pitt, al que Graham conoció en el rodaje de Snatch, de Guy Ritchie. Como es habitual en las producciones británicas, todos los actores están espléndidos, pero destaca la actuación del jovencísimo Owen Cooper en el papel de Jamie Miller: es impresionante que a los trece años resulte tan creíble y que pueda mantener el tipo en ese episodio que no es más que una larga conversación con una psicóloga. Este chaval dará qué hablar.
Adolescencia es una propuesta claramente humanista, y está tan bien escrita y rodada que es prácticamente imposible no empatizar con ella y no meterse en la piel de esos padres que se enfrentan a la posibilidad de haber alumbrado un monstruo (y a la de que ellos hayan tenido algo que ver).
Esta miniserie deslumbra por su contenido y su realización (aunque a veces las esclavitudes del plano secuencia alarguen innecesariamente las situaciones, la verdad es que estamos ante una auténtica gozada visual). Una nueva sorpresa agradable de Netflix, ese cajón de sastre en el que las obras maestras conviven con las banalidades más desoladoras.