Imagen de la serie francesa 'Gloria' / MOVISTAR

Imagen de la serie francesa 'Gloria' / MOVISTAR

Cine & Teatro

¿Quién era realmente tu marido?

La serie francesa 'Gloria' es un thriller con una atención especial y sutil al factor humano que la hace atractiva y diferente

18 diciembre, 2021 00:00

Los Meyers, Gloria y David, son una pareja razonablemente feliz. Dirigen al alimón su propio bufete de abogados en una pequeña ciudad de la costa francesa, tienen dos hijas y acaban de dar la bienvenida al hogar a un bebé llamado Leo. Aunque da la impresión de que viven ligeramente por encima de sus posibilidades --casa de lujo con piscina, yate amarrado en el puerto local--, nada más destaca en su existencia. Hasta que una mañana David se despide de su familia --el mismo día en que Gloria se reincorpora al trabajo tras su baja por maternidad-- y desaparece sin dejar rastro. Una vez en el bufete, Gloria descubre que hay un agujero monetario considerable, que muchos clientes han abandonado la firma en su ausencia y que en el negocio familiar está todo manga por hombro. Ante su desesperación y la de sus hijas, Gloria observa que David ha desaparecido dejándolo todo empantanado y a ella llena de deudas aparentemente incomprensibles. Todo parece indicar que David Meyers no era exactamente el hombre que parecía ser.

Así arranca la excelente serie francesa Gloria, que acaba de emitir el canal Calle 13 de Movistar y que es, de hecho, un remake de la británica Keeping faith, ya emitida por AMC y que, a mí, lo reconozco, me pasó desapercibida (¡no se puede estar en todo!). No sé cómo sería el original, pero la copia me ha parecido brillante, bien dirigida, bien escrita (por Jeanne Le Guillou y Bruno Dega) y bien interpretada (a la Gloria del título, Cecile Bois, ya la conocíamos de la serie Candice Renoir). Como thriller que presta atención al factor humano, Gloria resulta especialmente lograda, y es esa sutil atención a ese factor humano lo que diferencia la serie de otras similares: aunque el tono y, sobre todo, el punto de partida, la sitúa en la órbita de las novelas de Harlan Coben (la desaparición inesperada de alguien teóricamente normal que, en realidad, no lo es tanto es desde hace tiempo un cliché en el género policial), una serie de sub tramas familiares (a la pobre Gloria la detestan su suegra y su cuñada, uno de los secretos del desaparecido tiene su origen en sus propios progenitores) enriquecen la ficción y la alejan de caminos más trillados.

Abogada de provincias

La presencia de dos personajes excéntricos --un vecino borrachuzo, que puede ser inofensivo o no, y un antiguo cliente de David que parece sentir algo por Gloria-- otorgan a la historia un punto tan original como eficaz. Y lo mismo puede decirse de la siniestra inspectora Valdon, a quien parece interesarle menos encontrar al leguleyo desaparecido que en amargarle la existencia a su mujer, la abogada a la que responsabiliza de haber perdido la custodia de sus hijos en su proceso de divorcio.

Keeping faith tuvo tres temporadas. No sé si Gloria también las tendrá o si se ha optado por el formato de miniserie. El final abierto del sexto y último episodio permite intuir una posible continuación. Yo diría que no hace ninguna falta y que con lo visto hasta ahora vamos que chutamos (aunque me engancharé a la segunda temporada si se rueda).

Pero el éxito obtenido por Gloria en Francia cuando la emitió TF1 es un motivo de peso para seguir con la historia de la abogada de provincias que un mal día descubrió que no sabía realmente quién era su marido. En el ínterin, no descarto abalanzarme sobre Keeping faith, saltándome la primera temporada, eso sí.