Loles León (Barcelona, 1950) no para quieta. En televisión se la puede ver en Tu cara me suena y las reposiciones de La que se avecina y Aquí no hay quien viva; en teatro, tiene en marcha Una noche con ella; y en cine, tras Padre no hay más que uno, regresa con la comedia navideña El refugio.
La película es completamente coral. Participan grandes actores cómicos del país como Leo Harlem, David Guapo, Mariam Hernández y María Barranco. Todo un reparto de lujo en el que León se mueve como pez en el agua.
Comedia navideña
La catalana interpreta a Estrella, la dueña de un hotel de montaña que tiene todo tipo de desperfectos a los que ha de hacer frente en pleno día de Navidad y con todo lleno. A eso se le suma un temporal que los deja a todos encerrados y casi sin víveres. La situación tiene todos los ingredientes para que acabe en tragedia, pero todo se desarrolla en el puro ámbito del humor, porque todo lo que no debería pasar sucede.
Crónica Directo le roba unos minutos de la ajetreada agenda a la chica Almodóvar para nos explique si alguna vez se ha encontrado en una situación similar, cómo ha sido el reencuentro con María Barranco y cómo lo hace para estar al pie del cañón.
--Pregunta: ¿Alguna vez se ha quedado encerrada o se ha visto en una situación así en la vida real?
--Respuesta: Hombre, tengo tanta vida real que ahora no me acuerdo. En la película, al ser una comedia familiar, es siempre más exagerado, pero tanto como pasa en El refugio en la vida real no pasa. ¡Bueno! Alguna gente se lo habrá encontrado.
--Vuelve a una película coral, con grandes actores, pero esta vez con una amiga, María Barranco. ¿Cómo ha sido el reencuentro?
--Sí, yo ya estoy acostumbrada a pelis y series corales. Pero sí, el reencuentro con María ha sido un gran hallazgo. Nos conocemos de hace muchos años, no hemos dejado perder la amistad, estamos siempre conectadas y ha sido una alegría que nos dieran estos personajes. Hemos disfrutado muchísimo haciendo de hermanas un poco enfadadas. Había una escena de reconciliación que se ha cortado, pero ha sido un placer.
--Lo decía porque nunca rodaron una escena juntas.
--Esta es la quinta película que hacemos juntas y no hemos compartido escena ni tramas hasta ahora. Ha sido un rodaje muy divertido con María porque ella es una actriz estupenda y maravillosa. Y como estábamos a 3.000 metros de altura nos teníamos la una a la otra y hemos estado muy bien pasando todo el tiempo juntas.
--¿Qué tiene Loles de Estrella, que es una mujer algo agobiada con el descontrol, y qué parte no?
--Bueno, yo nunca he tenido un hotel (bromea). No es una cuestión del carácter de este personaje, es que le pasan muchas cosas, se queda sin agua, sin luz, sin comida… y pierde los nervios constantemente. Además, la gente que le ha venido es un poco pija y quiere de todo. Ella pierde los nervios.
--¿Y se agobia en Navidad como Estrella o le gustan estas fiestas?
--A mí me gusta, pero casi siempre estoy trabajando (ríe). Me gusta y ni puedo preparar nada, casi siempre voy a mesa puesta. Es mucho más cómodo. Además, si voy con mi hermana, cuñada y sobrinos, lo hacen todo ellos. Yo estoy en Madrid y ellos en Barcelona. Voy mal de tiempo siempre. Si lo hago en Madrid, lo celebro con gente que está sin familia y voy loca cocinando.
--¿Qué relación tiene con Barcelona? ¿La echa de menos?
--Voy siempre que puedo. Tengo a toda mi familia allí. Estoy muy unida con ellos. Yo en Madrid estoy sola, solo tengo a mi hijo y a mi nieto y estamos un poquito solitos.
--¿Se esperaba llegar hasta aquí cuando empezó en Barcelona?
--Yo presentía que podía conseguir algo de todo esto. Siempre he confiado mucho en mí. Ha surgido y ha llegado, con paciencia, empeño, entrega y mucho trabajo siempre sale algo.
--De hecho, como bien dice, no para, y eso que hemos pasado una pandemia. ¿No le ha afectado?
--Sí, sí. Me ha afectado como a todos (ríe). Mi profesión y yo también hemos tenido falta de todo. Lo que yo tenía la serie y cuando salimos del confinamiento pude volver a trabajar. Luego han ido surgiendo el resto de trabajos y otros que se han retomado. Es cierto que ahora tengo trabajo y muchas cosas, pero nuestros trabajos son muy intermitentes y espero tenerlo durante mucho tiempo.
--Y al salir, además se está haciendo mucha comedia. Usted que lleva tanto haciendo comedia, ¿cree que ahora más que nunca es necesaria?
--¡Claro! El sentido del humor sana, te da salud. Tomarse las cosas con sentido del humor es lo mejor que puedes hacer. Los problemas que puedas solucionar los solucionas, y los que no, te relajas y usas el sentido del humor, te tomas una cerveza y todo vuelve a su cauce. No puedes hacer otra cosa que esperar que el tiempo lo solucione. Las comedias son muy necesarias, pero me gustaría hacer algún drama de vez en cuando, también. Todo llega y, si no, soy muy feliz haciendo lo que hago.
--En el teatro también está con una obra cargada de humor, 'Una noche con ella'.
--Es un cabaret literario. Somos dos actores, un pianista y yo. Estupendos todos. Es un poco mi vida desde pequeña hasta ahora, mezclada con ficción y realidad. El público debe deducir qué es ficción y realidad, por eso, porque yo no les aclaro nada. El 21 de enero estrenamos en Madrid hasta marzo y seguiremos por toda España. En Barcelona estaremos en verano. Es un music-hall porque hay ocho números musicales y estamos bailando y cantando y la gente se troncha. Yo también (ríe).
--Entre ellas canta ‘El conejo de la Loles’, ‘Qué ganas tengo’...
--La gente me lo pide. En el confinamiento fuimos trending topic en TikTok. Porque la gente quiere divertirse. Estamos pasando por esta pandemia mundial que si no nos vacunamos todos, nos ponemos la mascarilla y somos adultos y responsables, se nos lleva a todos p’adelante. Para dos días que vamos a vivir que cada uno se coma lo que quiera sin molestar a nadie, como digo en el corto El mundo entero.
--Está bien que lo diga porque ahora parece que cada vez hay más edadismo, y que a partir de cierta edad ya no se puede hablar de sexo.
--(Ríe) No había oído nunca que a partir de cierta edad no se puede hablar de sexo (ríe a carcajadas). Que se tomen una cañita a mi salud. Gracias. Y que se acuesten.