Cómo gestionar el impacto de ‘El juego del calamar’ en los niños
Los más pequeños acceden a las escenas de violencia de la serie más vista de Netflix y las reproducen en los colegios
23 octubre, 2021 00:00El juego del calamar ha revolucionado el mundo entero. La serie ha batido récords en Netflix y se ha convertido en la más vista de la historia de la plataforma. La crítica social en gore ha enganchado a la audiencia como ninguna producción lo había hecho antes. No obstante, este éxito ha tenido terribles consecuencias para los niños. Aunque la serie está clasificada para mayores de 16 años por la violencia que muestra sin censura, niños desde los cinco años han tenido acceso a unas imágenes de lo más escalofriantes.
El juego ha llegado al patio de los colegios y los menores de todo el mundo recrean escenas muy duras de matanza y sangre. La producción coreana llama la atención a los niños por sus escenas llenas de colores y sus juegos de escuela, pero el argumento es muy diferente. En la serie, cientos de personas con dificultades económicas aceptan una extraña invitación a un juego de supervivencia. Les espera un premio millonario, pero solo podrá ganar uno y el resto morirán. A pesar del trasfondo real detrás de la apuesta de Netflix, los más pequeños no lo ven de la misma manera.
Crítica social
"A algunos padres se nos olvida de que los niños no piensan del mismo modo que nosotros, ni ven las cosas del mismo modo”, apunta Francisco Castaño, asesor y orientador familiar. “Los niños hasta los 8 o 9 años no saben diferenciar entre realidad y ficción. Eso conlleva que vean todo como que eso es normal o real. Tú puedes diferenciar que es una crítica a la sociedad capitalista como adulto, pero un niño no tiene esa capacidad de distorsionar esas cosas”, añade el autor de La mejor versión de tu hijo.
Como apunta la psicóloga Sònia Cervantes, se trata de un problema que apareció hace unos años. “Llevamos tiempo diciendo que se está normalizando la violencia. No se trata de demonizar la serie, sino de que, si Netflix pone una clasificación de más de 16 años, se respete y no haya niños de siete años viéndola”, manifiesta Cervantes. La misma aplicación informa del tipo de contenido que se va a visualizar en los episodios y las razones por las que no deberían verlo los menores de esa edad.
Sentido común
¿Cómo se puede controlar la entrada a estos programas? Los expertos se muestran en contra de la prohibición, pero apuestan por la supervisión y el control parental de las tecnologías. “Yo hago una pregunta: ¿tú le dejarías ver a tu hijo de ocho o nueve años una película porno? Esto es lo mismo”, ejemplifica Castaño. Un argumento que también apoya la psicóloga: “Ahora la polémica viene con El juego del calamar, pero la media de edad de acceso a la pornografía en España son ocho años”.
El orientador familiar pide “sentido común” a las familias. Y es que muchos padres han visto la serie con sus hijos menores. “Los niños no ven el mundo del mismo modo que lo vemos nosotros. No basta con que les expliquen que eso no se debe hacer porque no lo van a entender y las imágenes se les quedan. Si los padres normalizan la violencia, el niño asimila todas esas cosas”, añade el escritor de Aprender a educar.
Situación en los colegios
Esta problemática ha llegado a los colegios de todo el mundo en niños de a partir de seis años. Los profesores se han encontrado a alumnos jugando al escondite inglés a la hora del patio. Pero, imitando a la serie, en lugar de volver al inicio cuando pierden, se caen al suelo y hacen ver como que les matan. Los pequeños se envían papeles entre ellos durante la clase con los símbolos de las figuras geométricas como invitación al juego. Y la cosa llega más lejos. “Un niño dibujó la muñeca y la sangre, una pistola y el mono rojo con el triángulo en la cara”, expone la profesora Irene Alegría. Es por eso que ella ha decidido darle la vuelta a estas figuras y crear El juego del amar, una nueva versión para que los más pequeños dejen de asociar estas imágenes con la serie y se dediquen mensajes llenos de amor a través de ellas.
Alexis Leyva, maestra de pedagogía terapéutica en un centro ordinario, confirma que sus alumnos hablan sobre algunos aspectos que han visto de la serie. “Comentan escenas violentas riéndose o sin darle más importancia que la que podamos darle los adultos. Cuando les explicas que este tipo de contenido no es adecuado para ellos y que no tienen que verlo, entonces niegan haber visto la serie y dicen que se lo han explicado”, expone sobre la situación en las aulas.
Discriminación
No se trata solo de violencia. Los niños también están adquiriendo una actitud discriminatoria. En la serie, a la hora de elegir, los hombres segregan a las mujeres a la hora de formar equipos porque las consideran menos fuertes. “Te encuentras con situaciones en le patio donde no dejan jugar a las chicas porque solo quieren elegir a los chicos. Ahí hacen discriminación machista. Son comportamientos que nosotros intentamos evitar a sus edades”, explica el docente Guillermo Buedo. Un punto que también preocupa a Alegre, que todavía no ha vivido una marginación de las chicas, pero teme que pueda llegar.
Desde los colegios también están percibiendo un cambio en las actitudes de los más pequeños. “El juego del calamar es la gota que colma el vaso, algo que da visibilidad, pero son muchísimas series y contenidos como youtubers que usan un lenguaje inapropiado y ellos lo ven gracioso”. Esto dificulta la actividad de los docentes ya que los alumnos “no tienen una madurez para entender muchas de las cosas que ven y ellos lo reproducen en valores contrarios a los que intentamos transmitir en los colegios”.
Supervisión de contenidos
¿Cómo se puede actuar ante esta situación? "Yo siempre digo que el móvil no es el sonajero del siglo XXI", manifiesta Castaño. En el caso de los más pequeños, los padres deben "supervisar los contenidos que ven los hijos en la televisión y en internet". Los expertos son conscientes de que, con los adolescentes, la situación se complica. En esos casos, se debe recomendar que no visualicen ese tipo de contenido y exponer las razones.
Imágenes escalofriantes de niños representando El juego del calamar han dado la vuelta al mundo. Actitudes extremas y de gravedad que pueden llegar a ser peligrosas para su desarrollo. "La violencia no es un juego", zanja Cervantes.