El actor Adrià Collado / VERTICE360

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Cine & Teatro

Adrià Collado se une a 'El club del paro'

“Llevamos dos años de mierda con la pandemia, necesitamos ir al cine, al teatro”, reclama el actor

20 septiembre, 2021 00:00

Adrià Collado (Barcelona, 1972) se vuelve a poner a las órdenes de David Marqués en una nueva comedia muy incómoda, El club del paro. Se trata de una historia de cuatro amigos que se aman y se odian a la vez, y a los que la vida no trata muy bien.

El catalán recrea el papel del afortunado, Benavente, el único de los colegas que tiene una vida prácticamente soñada y quien paga las cervezas a todos. El intérprete no se siente tan así, cree que esta carrera es de altibajos y que se pasa por todo. Pero lo que tiene claro es que nunca ha caído en envidias.

Sin tabús

En el filme él es la víctima de estas envidias, aunque el director de la cinta no se sentaría con ninguno de los cuatro personajes que ha creado para tomarse unas cañas. “Uno de los personajes está rebotado con el mundo. Cree que tiene mucho talento y no le contratan. Mientras otro del grupo, que es el más inocente y lo tratan de tonto, tiene un buen trabajo, una familia perfecta y le va fenomenal. Otro es más desconfiado, el conspiranoias. Y luego está el que sacan provecho de él. Todos son muy diferentes y muy iguales. En todos se pueden sentir identificados”, asegura Marqués.

Curtido en los lares de meterse en películas que se saltan las normas de lo políticamente correcto, no teme que nadie le acuse de burlarse de las personas que están sin empleo. “Tengo este sambenito desde que empecé en esto. Con Campeones ya quisieron atacarme por si me quería reír de las personas con discapacidad, con la serie de la cuarentena si me reía de la gente que había sufrido por el Covid… Depende de los ojos con los que quieras verlo. Si te quieres ofender lo vas a hacer y si te quieres divertir también. Gilipollas hay en todos lados”, apunta.

Personaje

La película nació en 2012 y el tema sigue siendo actual. Era un proyecto de serie e incluso grabaron 10 minutos con los mismos actores, Collado, Carlos Areces y Éric Francés. Por aquel entonces, el personaje de Fernando Tejero lo hacía Alberto San Juan. Luego adaptó los personajes y se convirtió en el filme que ya está en el cine.

Admite que tras el paso de la pandemia, le salieron unos personajes “más oscuros”, pero no le ha impedido escribir comedias. Sobre el personaje de Collado dice que es aquel al que “dejan estar allí porque es el que paga las cañas”. Collado da esta versión.

--Pregunta: ¿Cómo describiría a su personaje?

--Respuesta: Es el único de los cuatro al que le va bien y tiene trabajo. Es un poco peculiar, habla raro, es tartamudo, tiene tics, pero haga lo que haga la vida le sonríe y es muy entrañable.

--¿Siempre fue ese su rol?

--Yo tenía otro personaje, pero al adaptarlo al cine lo cambiamos a este. Además, es un tipo que medio se despista en las conversaciones y me interesaba hacer una composición externa, crear un personaje especial.

--Es un intruso laboral.

--Sí, pero sin mala intención. No se preocupa por ello. A veces, cuando uno quiere mucho una cosa parece que la gafe y le vaya mal, mientras que el que no se preocupa, le sale y todo fluye. Es un tío que es muy inteligente y, al final, funciona.

--Y a usted que le ha ido tan bien en la vida, ¿sintió alguna vez esa mirada recelosa?

--No. Y además me podría haber ido mucho mejor. Siempre hay alguien a quien le va mejor. Hablamos de envidias y esas cosas, y yo prefiero no entrar. Nunca me he parado a pensar si alguien me mira mal, y si lo hacen, es su problema, no es mío. Igual habrá de eso, pero yo intento rodearme de personas más sanas. La carrera de actor es una carrera de fondo.

--¿Cómo ha sido trabajar con reparto ya conocido? ¿Hay más complicidad?

--Sí. Quizás he trabajado menos con Carlos, pero con todos llevamos años. Hay un grado de confianza muy grande y sabemos por dónde va cada uno. Trabajar entre amigos en el cine lo hace todo muy fácil y David nos lo hace muy fácil. Incluso a la hora de rodar nos da más libertad para improvisar.

--¿Cree que la comedia se ha vuelto más necesaria que nunca?

--Por supuesto, reír, siempre. Llevamos dos años de mierda con la pandemia, necesitamos ir al cine, al teatro… Y el cine y todo lo que esté relacionado con la cultura nos enriquece.

--Lo que sucede es que las salas están muy vacías.

--Claro. No sé cuáles son las razones. A veces uno piensa que es el miedo al contagio, pero son espacios seguros, y luego ves a la gente en las playas y en las terrazas... Supongo que es un proceso de readaptación que estamos viviendo y creo que va a ir para arriba. Tenemos ganas de volver a la rutina de volver a ir al cine y la cosa mejorará.

--David Marqués: Las taquillas ya no son las mismas que eran antes. Pero rodar se sigue rodando.