Ernesto Alterio regresa a las pantallas de cine con Crónica de una tormenta, una película basada en la obra de teatro Testosterona y que pone en evidencia el abuso de poder y el machismo anquilosado en la sociedad y en el trabajo.

El argentino se mete en la piel de Antonio, un director de periódico que tiene que buscar a alguien que le releve en el cargo. Maca, interpretada por Clara Lago, tiene muchos números para sustituirle, pero parece que su condición de mujer y su ética profesional juegan en su contra.

'Thriller' periodístico

La película, que es casi un cara a cara entre estos actores, es un tour de force entre dos maneras de concebir el mundo, dos maneras de entender el periodismo, dos maneras de enfrentarse a la realidad y a los dilemas éticos. La tensión es tal que el filme adquiere el tono de un thriller y la tensión cala en el espectador.

Alterio atiende a Crónica Directo desde su Argentina natal para explicar todos los resquicios del largometraje rodado en la sede del Diario Vasco antes de la pandemia y cuyo estreno se ha pospuesto cerca de dos años. El intérprete reflexiona con su personaje sobre la corrupción, el poder y la fama en una charla en la que también revela en quién se ha fijado para meterse en la piel de este periodista.

Ernesto Alterio en 'Crónica de una tormenta'

--Pregunta: ¿Cómo llegó al proyecto?

--Respuesta: Ha sido muy impulsado por su productor, Gerardo Herrero. Siento que es él quien convocó a la directora, Mariana Barassi, y quien se interesó por la obra. Luego ya nos llamaron a Clara Lago y a mí.

--¿Cómo definiría a Antonio?

--Es un personaje complejo. Por un lado, es un tipo de poder, el director de un periódico que está en un momento de su vida muy particular. Está acostumbrado a manejar los hilos y escenarios de poder y eso define también su carácter. Pero, de repente, él que ha empezado de abajo, fue reportero de guerra, se siente más burócrata que periodista. Se empieza a hacer una serie de cuestiones y es interesante lo que sucede después en su enfrentamiento con Clara, que le confronta con la masculinidad, los géneros. La obra originariamente se llamaba Testosterona y cae en un momento en el que se habla de ello, porque hemos avanzado, pero hemos de ir más. Y eso le choca al personaje y a su visión.

--Tiene cierto aire a 'La huella' de Joseph L. Mankiewicz, ¿no?

--Por eso de dos personajes, un espacio... ¿no? Eso fue algo que me atrajo de la película, y que fuera con Clara. Ese desafío de hacer escenas de 18 páginas seguidas, por ejemplo, algo poco habitual en el cine, nunca tuve esta oportunidad. De repente estás como 10 minutos actuando y entras en una especie de viaje interpretativo muy interesante. Y, de repente, pasan cosas y te olvidas de que vas filmando. Además, el montaje está muy cuidado.

--Como dice, la obra original denunciaba también ese abuso de poder por parte, sobre todo, del hombre. Clara se muestra una firme defensora del feminismo.

--Sí. Por suerte, algo que va cambiando. Cada vez hay más mujeres en el poder, es algo que ha costado y está costando y hace falta señalarlo y hablarlo. El machismo es algo muy enquistado y ahora poco a poco empieza a cambiar y es algo que nos beneficia. Pero en el cine también, hace unos años los directores y jefes eran hombres casi todo. Era algo anquilosado y de lo que no nos dábamos cuenta.

--También esos ideales se ven corrompidos por el poder en la película.

--Sí, y se refleja en la película. Y en el periodismo, donde la información y los datos son poder, se nota. Cuando el poder se acumula mucho es muy fácil corromperse para no querer perderlo.

 

 

Ernesto Alterio, durante la entrevista

--¿Cree que a veces pasa con la fama?

--A veces sí. Pero yo he tenido claro que la fama es algo que va y viene, no buscado. Pero ahora eso ha cambiado mucho, muchos jóvenes se acercan a la interpretación deslumbrados por lo que significa ser famoso. Pero en mi casa se cantaba un tango que decía que “la casa es puro cuento”, y mi padre me lo cantaba en realidad. Pero es ponerlo en su justo lugar. En la carrera de actor unos días estás arriba y otros, abajo. Lo importante es durar y el que más dura es el que gana.

--¿Se inspiró en alguien para este papel?

--Me documenté bastante sobre el periodismo. No me inspiré en nadie en concreto, pero te reconozco que me fijé en Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez. No para copiarlos, sino para ver cómo acercarme a la dirección del periódico. Nos sugirieron también leer El director, de David Jiménez, que nos iluminó mucho. Además, tengo la suerte de tener amigos periodistas como Olga Rodríguez, que me parece un ejemplo de lo que debe ser un periodista. Pero no me he inspirado en nadie.

--Se reflejan dos tipos de periodismo: el combativo con el poder y otro que va a por todas para conseguir la exclusiva y poder. ¿Cómo ve el periodismo actual?

--Es como todo. Estamos metidos en un engranaje donde hay un montón de intereses y en el mundo del periodismo es muy claro y notorio, donde la verdad, a veces, queda en segundo o tercer plano. Sucede en todos los países y ves lo tendenciosa que es a veces la información. También nos toca a los lectores hacer una tarea de filtrado y nos enseña a no dar nada por sentado y tener una mirada crítica porque la información a veces responde a intereses económicos, políticos… y espera que no esté Facebook, Twitter o Google detrás. ¡Madre mía, la información!

 

 

El actor Ernesto Alterio, durante la entrevista

--¿Es de redes a la hora de consumir información?

--Un poco de todo, pero todas las mañanas, esté donde esté, salgo a comprar los periódicos.

--La película se estrenó en el Festival de Málaga tras la primera ola de la pandemia. ¿Cómo fue la recepción?

--Fue algo guay. Fue mi primer encuentro con la nueva normalidad tras el confinamiento. A la gente le gustó porque tiene algo muy íntimo y el espectador se siente un poco espía.

--¿Laboralmente le afectó la pandemia?

--Obvio. Yo tuve la suerte que los proyectos solo se me pospusieron y tuve que rearmar la agenda. Pude encajar una gira de teatro con Shock 2 de Andrés Lima durante la pandemia y luego una película con Álex de la Iglesia. Pero muy agradecido de poder haber podido hacerlo.

Clara Lago y Ernesto Alterio en 'Crónica de una tormenta'

--¿Cree que se gestionó bien a nivel cultural?

--Ha habido incongruencias, pero se ha hecho como se ha podido. A nosotros nos llamaba la atención que actuábamos en foros reducidos y volvíamos en un tren abarrotado.

--¿Y a nivel personal le afectó?

--El confinamiento lo llevé bien y nadie cercano o de la familia se contagió. Y el encierro también me posibilitó conectar más conmigo, gestionar de otra manera el tiempo, la ansiedad. Pero ahora también pasa factura. Me siento cansado pese a lo acostumbrado y hay que aceptar que estamos aquí y ahora y ya está.

--Pero en su caso no ha parado...

--Sí, he tenido mucha suerte. Pude hacer la gira de Shock, participar en una peli coral en BarcelonaDonde caben dos, de Paco Caballero. Y luego en una serie para Movistar que se llama Todos mienten, de Pau Freixa, también en Barcelona. Y ya en 2021 con la peli de Álex de la Iglesia y, ahora, un proyecto en Argentina con Disney+ basado en el libro de Tomás Eloy MartínezSanta Evita.

 

 

Tráiler de la película 'Crónica de una tormenta'

--Le vemos en cine, series, teatros, ¿hay algo en que lo que se sienta más cómodo?

--Estoy contento de haber encontrado la manera de trabajar en muchos ámbitos. En teatro disfruto mucho por el show en vivo, pero en el cine y su mecánica también, y en series igual por la posibilidad de desarrollar un personaje en el tiempo, sus arcos.

--¿Le ha picado el gusanillo de dirigir o escribir?

--No tan fuerte. Siempre he tenido la idea, pero como también descubrí la pintura por allí canalizo algunas cosas, así como con la música, cuando toco el piano.

--¿Se definiría como un curioso del arte o algo por el estilo, entonces?

--Algo así. A veces estudio un guion y paso a pintar y con la pintura interiorizo el personaje. Son maneras de interiorizar un mundo imaginario.