El extraño mundo de Joe Exotic
'Tiger King' muestra un mundo que hay que verlo para creerlo, y es de gran utilidad para comprender cómo un tarugo como Donald Trump pudo llegar a presidente
11 abril, 2020 00:00La serie documental de Netflix Tiger King lo está petando en todo el mundo. ¡Y no es para menos! En una época en la que el frikismo más radical se paga a precio de oro, las peripecias de su protagonista --un palurdo homosexual, supuesto amigo de los grandes felinos, adicto a la metanfetamina, devoto de las armas de fuego y cantante de country en sus ratos libres que atiende por Joseph Schreibvogel, pero se hace llamar Joe Exotic-- han captado en masa el interés de la audiencia. Hasta Donald Trump ha dicho que está considerando la posibilidad de indultar al bueno de Joe, que cumple una condena de 22 años de reclusión por maltrato criminal de animales y conspiración para el asesinato de un ser más o menos humano, su némesis en el negocio de los zoos privados Carole Baskin, quien le estuvo buscando la ruina durante años y, siendo igual de despreciable que él (se sospecha que se cargó a su primer marido y se lo echó a los cocodrilos de su zoológico particular), consiguió el apoyo de PETA y otras organizaciones animalistas presentándose como una adalid de los derechos de los irracionales.
Tiger King nos muestra un mundo que para muchos resulta desconocido, el de los zoos privados de Estados Unidos, donde hay más tigres que en toda África. En ese mundo la competencia es feroz, y los diferentes propietarios se hacen la puñeta mutuamente todo lo que pueden. Todos son, sin excepción, unos garrulos que bordean la criminalidad, si es que no incurren directamente en ella, pero Joe Exotic es el más espectacular.
Los personajes secundarios de Tiger King, eso sí, son de abrigo, y cada nuevo cantamañanas que aparece en pantalla supera al anterior (destaca especialmente Jeff Lowe, un socio de Joe que usa cachorritos de felino para ligar, ya que, según él, con un buen tigretón te llevas a la cama a quien quieras; un estafador criminal que debe plazos del Ferrari y que tiene un secuaz con una lágrima tatuada bajo un ojo, señal carcelaria de que se ha cargado a alguien), hasta el punto de que la galería de frikis más o menos peligrosos se va ampliando sin parar durante los siete episodios de la serie. Mi favorito es el jefe de campaña de Joe Exotic --sí, a nuestro hombre la da por presentarse a gobernador de Oklahoma y no descarta la posibilidad de aspirar a la presidencia de los Estados Unidos--, un buen chico algo simplón que le vendía la munición a Joe en Walmart antes de, digamos, meterse en política.
Los maridos de Joe Exotic, que no le hace ascos a la poligamia gay, también son dignos de mención, dos gañanes --uno de ellos, totalmente desdentado, pero con muchos tatuajes para compensar-- que le ponen cuernos con mujeres mientras viven a su costa, lo cual no ha impedido que Joe use sus apellidos porque el suyo, como se ve en la serie, no lo sabe pronunciar nadie: ahora firma Joe Maldonado--Passage (el tal Maldonado era tan lumbreras que se voló la cabeza jugando con un revólver, y el viudo Passage es un garrulillo con una madre que da pavor).
Tiger King muestra un mundo que hay que verlo para creerlo, y es de gran utilidad para comprender cómo un tarugo como Donald Trump pudo llegar a presidente de la nación más poderosa de Occidente: no es de extrañar que esté considerando indultar a Joe Exotic porque son tal para cual. De todos modos, el personaje más inquietante de la historia es Carole Baskin, esa mosquita muerta que aparenta ser lo que no es y que, de momento, ya ha conseguido quitarse de encima a su principal competidor. En su línea santurrona, ha declarado que se siente engañada por el director de la serie, Eric Goode -¡cinco años metido hasta el cuello en esa pesadilla tragicómica!-, quien, según ella, le prometió un documental serio sobre la defensa de los animales y luego la convirtió en carne de tabloide.
El lunes 13 de abril, Netflix emitirá, a modo de epílogo, un nuevo episodio de Tiger King en el que Jeff Lowe llevará la voz cantante. No me lo pienso perder. Por su parte, la productora Investigative Discovery ha puesto en marcha Investigating the strange world of Joe Exotic (Investigando el extraño mundo de Joe Exotic), serie en la que nuestro héroe piensa volver a la carga, aunque sea entre rejas. ¿Próximamente en Netflix o en la plataforma que pague mejor?