Los nuevos expedientes X
'Evil' constituye una divertida e ingeniosa variante de la célebre The X Files (Expediente X), la serie de Chris Carter que se adelantó al actual auge de las ficciones por capítulos
7 marzo, 2020 00:00Siempre dispuesto a salir en defensa de series estupendas que corren el riesgo de pasar desapercibidas entre la monumental oferta de las plataformas de streaming, hoy me toca hablarles de Evil (El Mal), la nueva propuesta del canal SyFy de Movistar. Creada por Robert King y Regina King, Evil constituye una divertida e ingeniosa variante de la célebre The X Files (Expediente X), la serie de Chris Carter que se adelantó --como en su momento lo había hecho Twin Peaks, de David Lynch y Mark Frost--al actual auge de las ficciones audiovisuales por capítulos.
Los nuevos Scully y Mulder no son agentes especiales del FBI, sino una psicóloga agnóstica (Kristen Bouchard, interpretada por Katja Herbers) y un seminarista que empezó a creer en Dios cuando murió su novia (Mike Colter en el papel de David Acosta). El equipo se completa con un ayudante atrabiliario y con problemas para echarse novia que atiende por Ben Shroff (Aaasif Mandvi): una descreída blanca, un creyente negro y un computer nerd de origen árabe. A sueldo de la Iglesia Católica, su misión consiste en enfrentarse a fenómenos paranormales --en principio, posesiones demoníacas, aunque la paleta de colores se va ampliando de manera exponencial-- y descubrir si tras ellos se esconde el Maligno o si solo se trata de desgracias espectaculares y aparentemente inexplicables, pero susceptibles, aunque no lo parezca, de tener una explicación humana y más o menos verosímil.
Al espectador se le informa enseguida de que, como decían los Louvin Brothers en uno de sus discos publicados tras descubrir al Señor, Satan is real, el Diablo existe y habita entre nosotros. Si no él en persona, sí sus secuaces, un grupo de 60 diablillos malévolos entre los que destaca un psicoanalista con tendencia a conducir a sus pacientes hacia la catástrofe (Leland Townsend, encarnado por el siempre inquietante Michael Emerson, al que descubrimos en Person of interest). Los elementos de comedia, que también los hay y que contribuyen a convertir Evil en eso que yo llamo una serie confortable, los aportan el marido de la psicóloga, un escalador que se pasa la vida guiando a turistas por escarpadas montañas, sus cuatro hijas, todas muy monas y graciosas, y su señora madre, ligona recalcitrante y vivalavirgen profesional que no tiene mejor idea que dejarse seducir por el perverso Leland Townsend, empecinado en buscarle la ruina a la pobre doctora Bouchard.
Terror diabólico y comedia familiar
Sé que a más de uno le sonará a un amasijo de memeces lo que llevo escrito, pero les aseguro que no es así. Esa mezcla de thriller, terror diabólico y comedia familiar que es Evil constituye una mayonesa audiovisual de las que no se cortan, lo cual no ha debido ser nada fácil y confirma el talento de sus creadores. Fabricar algo que es, al mismo tiempo, una serie tan confortable como Se ha escrito un crimen o Columbo, una versión vaticana de Expediente X y una ficción creíble sobre la presencia del Diablo en la tierra no está al alcance de cualquiera, y las posibilidades de perecer en el intento y hacer el ridículo son más que considerables.
Los King se han salido brillantemente con la suya gracias a unos guiones espléndidos y bastante originales y unos actores en estado de gracia. A la psicóloga y al seminarista les coges aprecio instantáneamente, y lo mismo ocurre con la catastrófica y tarambana Lynn Bouchard, que no se resigna a ejercer únicamente de cuidadora de sus nietas. El diabólico doctor Townsend, por su parte, se revela como un muy verosímil demonio menor: pocos lugares hay mejores para jugar con la mente de las personas que la consulta de un psicoanalista.
Aunque aquí nadie le está haciendo mucho caso, la primera temporada de Evil ha corrido mejor suerte en su país de origen, Estados Unidos. La serie ha sido renovada ya para una segunda tanda de episodios.