El regreso de la AC 12
La serie británica 'Line of duty', de Movistar, llega a la quinta temporada con el misterio del alto cargo policial que colabora con bandas mafiosas
29 junio, 2019 00:00Tanto en el sentido geográfico como en el audiovisual, no hay nada como volver a pisar territorio conocido del que uno ya ha disfrutado con anterioridad. Por eso me he propulsado a tragarme (¡en dos días!) los seis episodios de la quinta temporada de la serie británica Line of duty (Acto de servicio o En cumplimiento del deber), que Movistar acaba de colgar junto a las cuatro anteriores, que siguen a disposición del respetable (o muriéndose de asco, no lo sé muy bien). Les aseguro que ha sido un placer volver a la AC 12 (la unidad número doce del departamento policial de Anti Corrupción) y encontrarme de nuevo con el superintendente Hastings (Adrian Dunbar) y la brillante pareja compuesta por los agentes Steve Arnott (Martin Compston) y Kate Fleming (Vicky McClure). Y, sobre todo, con otra de esas intrigas complejas, llenas de elaborados desvíos y con una carpintería a prueba de bombas que distingue al creador de la serie, Jed Mercurio, que es en estos momentos el guionista número uno de la televisión británica.
Fuera de Gran Bretaña, lamentablemente, las brillantes ficciones policiales del señor Mercurio no despiertan el mismo interés. Su última miniserie, Bodyguard (El guardaespaldas), tuvo a Inglaterra en vilo durante su emisión y fue el programa más visto durante toda ella, permitiendo además que su protagonista, Richard Madden, entrase en la lista de los posibles sustitutos de Daniel Craig en el papel de James Bond (por más que Madden es un actor simplemente correcto que, además, tiene un acento escocés que tira de espaldas). En España pasó prácticamente desapercibida. Como las cuatro primeras temporadas de Line of duty (a ver qué pasa con la quinta, aunque no me hago muchas ilusiones).
Puede que esto se deba a que el tratamiento del thriller al que estamos acostumbrados es el norteamericano, rico en tiroteos y escenas de acción, mientras que en los de Jed Mercurio, aunque también se dispara a veces, la cosa se mueve en un terreno más cerebral y menos violento. Sus detractores podrían decir que se habla demasiado y se dispara poco, pasando olímpicamente del factor humano y de la misión moral de la AC 12, que no es más que una unidad dedicada a sacar de la circulación a los policías corruptos.
La quinta entrega está consagrada a desenmascarar a un alto mando de la policía que colabora con bandas mafiosas. Hastings, que sigue con su complicado divorcio, figura como sospechoso, aunque los fans de la serie sabemos que es imposible que ese dechado de virtudes tenga nada que ver con unos atracos en los que han muerto unos cuantos policías. Esta quinta entrega de Line of duty ha vuelto a ser un exitazo en Gran Bretaña, donde las sospechas sobre Hastings han dado a luz más de un artículo en la prensa. Estamos ante una excelente mezcla de thriller y drama humano que, por los motivos que sean, no acaba de funcionar fuera de su país de origen. Una lástima.