Cine & Teatro

El nuevo mago de Oz

21 enero, 2017 00:00

El cineasta indio Tarsem Singh es un hombre de una potencia visual extraordinaria, como ha demostrado en todas las películas que ha dirigido hasta ahora. En su caso, parafraseando a McLuhan, el medio es el mensaje, y el cómo puede ser bastante más interesante que el qué. Lo demostró en su primer largometraje, La celda, con Jennifer Lopez en el papel de una improbable científica: lo que en otras manos no habría pasado de un thriller televisivo de sobremesa, en las del señor Singh era una fiesta para los sentidos tan apabullante que hasta te olvidabas de la escasa fuerza que tenía el guión.

Parece que fue Mirror, mirror --su particular revisión de la historia de Blancanieves-- la que convenció a los productores de una serie en gestación para confiarle su dirección, como así ha sido: llevamos tres episodios de Emerald City y da la impresión de que la elección de Tarsem ha sido un acierto, pues la propuesta se las trae y no era fácil dar con la persona adecuada para llevarla a la práctica.

Llevamos tres episodios de Emerald City y parece que la elección de Tarsem Singh para dirigirla ha sido un acierto

Emerald City (La Ciudad Esmeralda) es una versión muy particular de El mago de Oz, historia que todos recordamos por la versión cinematográfica de los años 50 que protagonizó Judy Garland. En esta versión, Dorothy --o Dorita, según el doblaje español de la época-- es una joven enfermera que vive en un pueblo de Kansas y es víctima de un tornado descomunal que la traslada, dentro de su coche, a otro mundo que se rige por otras normas, una especie de país de cuento controlado por el mago de Oz, papel que interpreta Vincent D'Onofrio, ya presente en La celda en un desagradable rol de asesino en serie. Aunque el punto de partida es totalmente increíble --pedazo de tornado, el que es capaz de llevarte a otra dimensión--, los fans de Tarsem Singh --entre los que me cuento, por si no había quedado lo suficientemente claro-- se encontrarán inmediatamente a gusto en el escenario que se nos propone, donde, una vez más, el cómo se impone al qué.

Rodada principalmente en España --se distingue el parque Güell en unas secuencias del primer episodio--, Emerald City es una extrañísima revisitación de un clásico disfrutable, incluso, por aquellos que, como es mi caso, nunca hayan visto entera la película de Judy Garland. Puede que lo que se nos cuenta tenga un interés relativo, pero basta con dejarse llevar por el poderío visual del amigo Tarsem para disfrutar de la serie como se disfruta de un trayecto en montaña rusa. Lo dicho: con este hombre, el medio es el mensaje.